Nuevamente, Gisela Valcárcel comenta sobre su participación en la película Tarata, de Fabrizio Aguilar, la recreación del terrible atentado senderista que sacudió en 1992 la calle miraflorina del mismo nombre y la actitud de la población limeña frente a la guerra. Según ella, su arriesgada elección para el rol iría tomando forma, ya que algunas personas que estaban cerca no la reconocieron en un día de rodaje. Ojalá no se encuentre en el personaje de Claudia rastro de sus mohines, miradas y poses de diva que la caracterizan, y que ofrezca una actuación apropiada con la que el público pueda identificarse. Por si acaso, no lo garantiza, y le pasa la pelota a Aguilar. Efectivamente, el director es decisivo en el trabajo actoral. Si no se le controla a Gisela, podría ser como ver TV.
–¿Cómo va Tarata?
–Muy bien, estoy súper feliz. Me encanta vivir otra vida. En este caso, la de «Claudia», mi personaje en la película. Es muy bueno poder interpretar a otra persona, caminar como ella, sentir como ella.
–¿Garantizas que no veremos nada de Gisela en Claudia?
–No puedo garantizar nada, solo el gran trabajo que está haciendo el director Fabrizio Aguilar. Sin embargo, el otro día estuvimos haciendo una escena en un restaurante y la gente no me reconoció, por el cabello, el modo de caminar. Además Claudia es muy natural, al punto que anda sin maquillaje.
(Vía La República)
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