La alarma cunde entre los organizadores del certámen debido a que el balance de este año arroja un déficit presupuestario de casi medio millón de euros. Con esto se repite lo sucedido el año pasado que arrojó un saldo deficitario de 511.878 euros. A esto se suma la posibilidad de quealgunas de las entidades patrocinadoras pudieran reducir su aportación para el próximo año. Los seis integrantes de la dirección han condicionado su continuidad en el cargo a contar con un presupuesto acorde a las necesidades de un festival de nivel internacional. Precisamente San Sebastián es uno de los que trabaja con presupuesto muy reducido. La última edición contó un presupuesto de 7,5 millones de euros, mientras que Venecia lo hizo con 11, Berlín con 17 y Cannes con 20.
La diputación de Guipúzcoa -una de las cuatro instituciones que conforman la sociedad anónima- ha decidido reducir en 90.000 euros su aportación al certamen, lo cual ha creado una situación de inestabilidad y preocupación. Por su parte, el ayuntamiento, el gobierno vasco y el Ministerio de Cultura -los otros tres socios- han anunciado la congelación del presupuesto. Es decir, que en la próxima edición seguirán aportando solo un millón de euros cada uno, frente a los 910.000 de la institución provincial, que pondrá un 10% menos.
Debido a esta situación, el director del festival, Mikel Olaciregui, y su equipo han anunciado que están dispuestos a abandonar la responsabilidad del certamen si el presupuesto no se ajusta a las necesidades para competir a nivel internacional. El alcalde de la localidad Odón Elorza, ha pedido calma y se mostró convencido de que la situación se solucionará en los póximos días. Elorza ve «lógico» que, dada la situación económica actual, «se ajusten las aportaciones a los eventos culturales» como el festival «sin que ello signifique una merma de su calidad», pero considera que «no tiene sentido» que la Diputación recorte su partida. «Seguro que va a repensar su posición, porque está en una actitud positiva», fue lo que dijo. En todo caso esperemos desde acá que la tradición cultural de España se imponga sobre las difíciles circunstancias de la actualidad y no nos prive de uno de los momentos más importantes del calendario cinematográfico, tal y como se ha estado condiciendo hasta la actualidad.
(Vía El País)
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