Hace aproximadamente un año la industria del cine y la televisión en Estados Unidos se vio alterada por la paralización de sus guionistas. Lo más interesante desarrollado en esos meses fue el constatar el nivel de los alcances, o si se quiere, de la brucracia en la organización de las majors. Inmediatamente a esta medida de fuerza los programas y rodajes fueron suspendidos por tiempo indefinido provocando grandes perdidas de las cuales todavía se vienen recuperando. Los escritores demostraron que tenían mucho más poder de lo que se podría suponer en una maquinaria como la hollywoodense, tan famosa por su capacidad sustitutiva e impersonal.
Ahora parece asomar en el horizonte otra huelga tal vez mucho más catastófica. El Sindicato de actores de Norteameérica (SAG) anunció que sus miembros pueden decirdir si se toma la determinación o no tras el fracaso de las negociaciones con los estudios. Resulta que tras el vencimiento del último convenio laboral el pasado 30 de junio, los actores requieren para la renovación, un porcentaje de las ganancias en video e internet, lo cual fue precisamente motivo de la huelga de guionistas hace meses. Como muchos esperaban, los estudios se han negado a esto durante las conversaciones con los representantes del gremio de actores. Ahora todo depende de que los asociados lleguen a un acuerdo mediante votación. Para llegar hacia la paralización se requieren al menos el 75% de aprobación y será la junta directiva de la SAG la que en última instancia decidirá los términos de la convocatoria.
(Vía El País)
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