El proyecto de largo que se llevara el premio en el concurso de Conacine 2008, se encuentra en pleno desarrollo. Cuatro es un nuevo intento por desarrollar la vertiente del «filme colectivo» que en el Perú se desarrolló brevemente con Cuentos inmorales o Aventuras prohibidas. Varios años después, esta modalidad servirá a los directores Pérez Garland, Buckley, Barrio y Ascenzo para narrar una serie de episodios que giran más en lo introspectivo, en la clave baja. Tal vez lejos de la picardía y criollada de los pioneros de las cintas de episodios en nuestra cinematografía.
Son anécdotas variadas, marcadas por el signo de la soledad y el distanciamiento. Basta conocer la primera parte, que se presenta los últimos días de un hombre que padece esclerosis múltiple. El siguiente episodio veremos a Vanessa Saba como una mujer que lucha contra su soledad en medio de la ausencia de su esposo (Giovanni Ciccia). En otro se cuenta la situación de dos hermanos (Bruno Ascenzo y Natalia Parodi), intentando lidiar con una impertinente vendedora (Katia Condos) mientras se prepara el funeral del padre de ambos. La siguiente presenta a Gisela Ponce de León en el papel de una chica que -tras la muerte de su madre- hallará en un hombre algo mayor (Miguel Iza) a un confidente, en tanto vive distanciada de su padre.
Intento no poco ambicioso el de estos jóvenes directores que esperan tener lista la película para mediados del próximo año. A propósito de la naturaleza del proyecto, Christian comenta al respecto:«Estos personajes tratan de afrontar la pérdida y la soledad. Aunque no pueden solucionar sus problemas, sí llegan a dar ese primer paso necesario para después continuar con su propio camino».
Contracorriente
De otro lado, el rodaje de Contracorriente, proyecto del director Javier Fuentes también premiado por Conacine, acaba de concluir tras siete semanas de rodaje. «He querido representar todo lo que hacemos por tratar de encajar en una ciudad. Además del amor, en la película se ve cómo podemos sufrir y hacer sufrir a la gente que nos quiere por no ser sinceros. La idea no es crear controversia, sino mostrar parte de la condición humana», dice el director luego de terminar esta etapa.
Por su parte, el actor colombiano Manolo Cardona afirma: «Ha sido una experiencia muy enriquecedora. Aprendí mucho de la tolerancia y del hecho de no juzgar a los demás. Me tocó, además, hacer escenas íntimas que se lograron gracias a la buena química con todo el equipo, en especial con Cristian. Además, Cabo Blanco es mágico, estoy enamorado de este lugar. Lo voy a extrañar mucho». En la película -cuyo estreno sería igualmente en los próximos meses- han participado también el boliviano Cristian Mercado y la nacional Tatiana Astengo. (Foto: El Comercio)
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