Con estrenos de última hora y nuevas revisiones, he modificado mi lista varias veces, así que después de tanto evaluar, puedo decir que esta es la definitiva. He considerado empates en dos casos porque pienso que se trata de películas que tienen que constar sí o sí. Aquí va:
1.- Sin lugar para los débiles (Joel & Ethan Coen): Una de las primeras imágenes que vi este año y que rondó por mucho tiempo en mi cabeza, es la entrada en escena de Anton Chigurh (Javier Bardem), maniático del azar, mirada fría, peinado ridículo, con muchas vidas pendiendo de un hilo, de la cara o cruz de esas monedas de 1958 que porta en sus bolsillos. Pero no es solo eso. Esa huida – cacería de un Josh Brolin cargando un maletín lleno de dinero a lo largo de la quemante frontera y la pesadumbre en la narración de los sueños del acabado sheriff (Tommy Lee Jones) con la que empieza y termina esta cinta, completan la visión desencantada de los Coen, que contagia y golpea.
2.- The Host (Bong Joon-ho): Cuando terminé de ver esta cinta y pasaban los créditos, sentí que me habían llevado por una montaña rusa. ¿Por qué? Porque en dos horas me emocioné de todas las formas imaginables: me reí, me mantuve en suspenso, me asusté y lloré. Los personajes son una delicia, quizás se trate de una de las familias disfuncionales más entrañables del cine. Una lástima que la presenten solo como filme de terror, cuando no es así, pues en The Host, importan más otras cosas: la supervivencia del hombre y el monstruo, víctimas del poder; esos seres humanos que con todas sus diferencias se solidarizan y que se transforman durante la película; la denuncia social, etc. Película inclasificable e imperdible con la que Bong Joon-ho se confirma como un verdadero maestro a sus 32 años. No, no exagero. Solo revisen su anterior trabajo, Memories of murder del 2003. Fincher y su notable Zodiaco, le quedan bien lejos.
3.- El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford (Andrew Dominik): El joven Robert Ford se conformaría con ser al menos un pálido reflejo de su amado héroe, el talentoso bandido, aunque también paranoico y cruel Jesse James. Este western amargo y pausado es el duelo de dos hombres, en el que perder no significa ser herido de muerte. Un talentoso Casey Affleck, transmite efectivamente la confusión y fragilidad del más triste de los asesinos.
4.- There will be blood (Paul T. Anderson): Daniel Plainview es un nombre difícil de olvidar. Su ambición y maldad son tan hondas como esos pozos de petróleo codiciados y malditos. Day Lewis le da a su tocayo una fuerza indescriptible convirtiendo a su personaje en un clásico de referencia obligatoria. ¿Y que más decir de la banda sonora a cargo de Jonny Greenwood que no se haya mencionado antes? En verdad, poco, solo que es imposible imaginar esta cinta sin ella.
5.- Crimen oculto (Gus Van Sant): “Nunca se está preparado para Paranoid Park”, le dice un amigo a Álex y no le faltaba razón, pero de eso nos enteramos mucho después. Mientras tanto te deslizas junto a él en su skate y alcanzas diferentes niveles, tantos como los de su consciencia. Es un viaje nebuloso y opaco por el universo adolescente. ¿Y el crimen?, se preguntarán. Aquí solo hay pedazos de ello, literalmente.
6.- Luces al atardecer (Aki Kaurismäki): Cuando se vuelve al cine de Aki Kaurismäki, no se hace con la frente marchita, como anuncia ese tango de Gardel, aunque si puedes sentir que es un soplo la vida. Koistinen, el protagonista, es un pobre soñador y por ende, un paria porque no le es posible mimetizarse entre esos seres carentes de humanidad. Es engañado y golpeado, sin embargo soporta todo con dignidad. El director finlandés y sus inexpresivos, aunque muy queribles personajes, regresan para entregarnos 60 minutos de fina sensibilidad.
7.- 4 meses, 3 semanas y 2 días (Cristian Mungiu) y Luz silenciosa (Carlos Reygadas): Dos ganadoras de Cannes, comparten este puesto. La rumana por ese retrato de sociedad opresora, que somete hasta en sus escalas más bajas y por el tratamiento distante con el que está planteada esta amistad unida en la humillación y los recuerdos a olvidar. En el caso de la cinta de Reygadas, se celebra la belleza de cada encuadre, por esos niños en el lago, por la culpa, el dolor y porque puedes ver a través de la ventana de un auto como el amor se escapa en un día de lluvia.
8.- Promesas peligrosas (David Cronenberg) y Leonera (Pablo Trapero): Otro empate. Lo siento, las preferencias me obligan. La de Cronenberg porque en este drama sórdido de tintes humanistas, vuelvo a encontrarme con su costado bizarro y visceral, claro que en menor medida que antes. Las escenas (además de la famosa secuencia de pelea en el sauna): Un Viggo Mortensen diligente y experto cortando dedos congelados y la prueba de admisión que rinde frente a los mafiosos rusos. Y la película de Pablo Trapero, porque su historia de transformación de madre inexperta a la fiera en la que luego se convierte, en medio de un ambiente carcelario bien retratado, me convence y conmueve. La inocencia también se puede refugiar en los lugares sombríos.
9.- Sueños y delitos (Woody Allen): Dos hermanos, uno que vive de apariencias, con autos del año que no le pertenecen, que no se conforma con administrar el pequeño restaurante familiar. El otro se conforma, pero no puede evitar apostar. Hasta que los dos coinciden en problemas de deudas, de dinero robado, obligándolos a medidas desesperadas en las que el azar juega un rol importante en esta cinta en la que Woody Allen los condena como los perdedores que son, en la mejor tradición del cine negro.
10.- Relaciones peligrosas (Sidney Lumet): Pésimo título para Antes que el diablo sepa que has muerto. Aunque como menciona el personaje de Philip Seymour Hoffman, es la «Operación mamá y papá». Un robo que desencadena muerte y que además saca a flote la podredumbre de una familia que solo en ilusiones del padre estaba “bien formada”, así entre comillas. Un Sidney Lumet en buena forma a sus 84 años.
Otras cintas que considero destacables en este año que se va son: Dueños de la noche (James Gray), Batman: The Dark Knight (Christopher Nolan), Traición y lujuria (Ang Lee) y Sweeney Todd (Tim Burton)
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