El inglés Terence Davies es el realizador de algunas películas extraordinarias. Desde Distant Voices, Still Live; pasando por The Long Day Closes; The Neon Bible; y The House of Mirth, este intransigente y minucioso creador de narraciones evocativas y melancólicas se ha dedicado a retratar un mundo anglosajón tratando de encontrar su verdadera identidad, sus rastros intransferibles y que casi siempre terminan llevándonos con ellos hacia el pasado. Pero incluso esa crónica de época (en especial la que marca la infancia del realizador) se encuentra contaminada por la fantasmagoría y la exploración antropológica hacia los confines en los que el folklore y los ritos diversos de su mundo ocultan su génesis.
Así veíamos a esas familias en conflicto dentro de la Gran Bretaña que se dividía entre los tiempos de la pobreza y las tradiciones vigentes, y el del cosmopolitismo. Sus dos primeras películas que le forjaron un culto bien ganado, dieron lugar a su representación de los contrastados niveles sociales de Estados Unidos. Sorprendentemente esto no le hizo perder nada de su identidad. Eso era ostensible especialmente en su difícil pero mejestuosa versión de la novela de Edith Warthon. Probablemente es esa mirada tan peculiar de Davies hacia el momento de las crisis familiares la que unifica todos los diversos escenarios en los que se ha desarrollado su todavía escueta filmografía.
Ahora los ojos de los aficionados vuelven nuevamente hacia él con el estreno internacional de Of Time and the City, su nuevo largometraje tras ocho años de silencio en los que se entregó exclusivamente a su labor como ensayista y dramaturgo. Recibida con grandes elogios en la pasada edición del Festival de Cannes, Of Time and the City es un documental en el cual el realizador nos hace entrega de sus recuerdos, esa memoria vívida y sentimental sobre su mundo en la costera Liverpool de los años ’50 y ’60. El metraje consiste básicamente de imágenes de los archivos documentales de la época y fotografías que se suceden mientras el propio Davies nos narra sus visiones de aquella juventud entre la posteguerra y la próxima era pop. Mundo en transición que es presentado de esta forma experimental que algunos han comparado con la del veterano Chris Marker. Esperando todavía el poder llegar a verla, sabemos que el universo del inglés es tan propio, tan sensible como se puede apreciar en este breve avance que tienen a continuación. Los admiradores de este genio pueden estar preparándose para este nuevo opus (compuesto también por poemas de T.S.Eliot, y piezas de Gustav Mahler, Jean Sibelius, Anton Bruckner y The Hollies). Los que no lo conozcan pueden ir haciéndolo con estos fragmentos de su memoria:
(Vía Green Cine)
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