Rennschwein Rudi Rüssel 2 – Rudi rennt wieder!
Dir. Peter Timm | 97 min. | Alemania
Intérpretes: Sebastian Koch (Thomas Bussmann), Sophie von Kessel (Anja Grusig), Maurice Teichert (Nickel Bussmann), Sina Richardt (Feli Grusig), Dominique Horwitz ( Einstein), Andreas Schmidt (Spacko)
Estreno en Perú: 29 de enero de 2009
Si hace tiempo el recordado Babe nos convenció de que los cerdos podían hablar e intercambiar funciones con otros animales, el buen Rudi intenta ahora cumplir la sentencia de que el alumno supera al maestro. Este nuevo espécimen porcino ha aterrizado a la cartelera desde Alemania con algo de atraso y solo gracias a la distribución internacional de Disney. Si a mediados de los ’90, el campeón ovejero Babe, fue el paradigma de los animadores, este cerdito europeo le da la contra no queriendo convertirse en una réplica de los humanos, que se la pasa eligiendo las profesiones de su gusto y manejando su idioma con una dicción envidiable.
Si hace tiempo el recordado Babe nos convenció de que los cerdos podían hablar e intercambiar funciones con otros animales, el buen Rudi intenta ahora cumplir la sentencia de que el alumno supera al maestro. Este nuevo espécimen porcino ha aterrizado a la cartelera desde Alemania con algo de atraso y solo gracias a la distribución internacional de Disney. Para empezar podemos decir que su estreno pasaría de ser el típico relleno del apartado infantil de no ser por darnos uno de esos ejemplos en los cuales llegamos a presenciar la secuela de alguna película de éxito que por políticas de distribución o despistes, nunca llegamos a ver.
Ese es el caso de esta continuación, que no se anuncia como tal, de una producción de 1995, protagonizada por el recordado Ulrich Mühe, que fue un suceso en su país y otras partes de Europa, algunos meses antes de que el cerdo australiano se hiciera de las taquillas anglosajonas y de menciones al oscar. Pero bueno, el Rudi ha llegado si quiera para que lo conozcamos como toda una versión evolucionada e hiperkinética de sus ancestros. Si a mediados de los ’90, el campeón ovejero Babe, fue el paradigma de los animadores, este cerdito europeo le da la contra no queriendo convertirse en una réplica de los humanos, que se la pasa eligiendo las profesiones de su gusto y manejando su idioma con una dicción envidiable.
Esto último juega más en contra que a favor. No estamos ante la ironía que salvaba a aquel entretenimiento familiar y que nos regalaba una divertida alegoría socio política protagonizada por un arribista que encendía los ánimos de las demás especies de la granja y las hacía tomar parte por determinada causa, como las vacas sumisas al destino detrás de las cercas, o el pato disidente. Tampoco tenemos acá a un cineasta y productor experimentado y con buen criterio como George Miller, que se atrevió a ir más allá con su no muy inocente propuesta con la secuela titulada Babe: Pig in the City.
El veloz Rudi es más bien una película cortada a la perfección bajo el molde de tantas creaciones que se lanzan todas las semanas al mercado del DVD. Como tantos otros ocasionales amigos de los niños, Rudi es el caos y la salvación del hogar. Pero no se crea que carece de aspiraciones como buen habitante de nuestro mundo acelerado y globalizado. A Rudi no le interesa buscar tetas alimentarias al lado de sus numerosos hermanos, solo quiere pasar la cerca como si tuviera la certeza del destino de su especie. No lo vemos hablar auque sus gruñidos y su desesperación son más explícitos que una performance. Visto de cerca, Rudi parece todo un Marlon Brando. Un entrañable rebelde que se cree eso de que los chanchos vuelan.
Como le ha sido negada la labia, este héroe de los imposibles pone en practica mas bien otras virtudes ancestrales: las de pique y el dribleo. A ello se dedica mientras vemos las innumerables rutinas del apartado infantil en la que su familia adoptiva encabezada por Sebastián Koch (actor infaltable en el cine alemán de hoy), enfrenta más problemas que solo limpiar los estropicio del rosado invitado. Esto pudo ser la sazón de algo más que solo las usuales ñoñeces, pero repito que esta cinta es un calco total del modelo americano, incluida una persecución atolondrada por parte de dos secuestradores que hacen quedar a los de Home Alone como auténticos genios del crimen. Tal vez por ahí solo queda como detalle “curioso” todo aquel peregrinaje hacia la remota “Cerdilandia” un paraíso en la Unión Europea donde, para Rudi y sus congéneres, la idea de llegar a la vejez no es solo una utopía.
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