Inkheart
Dir. Iain Softley | 141 min. | EE.UU – Alemania – Reino Unido
Intérpretes: Brendan Fraser (Mo ‘Silvertongue’ Folchart), Eliza Bennett (Meggie Folchart, Sienna Guillory (Resa), Paul Bettany (Dustfinger), Helen Mirren (Elinor Loredan), Rafi Gavron (Farid), Jennifer Connelly (Roxanne), Jim Broadbent (Fenoglio), Andy Serkis (Capricornio), Matt King (Cockerell), Steve Speirs (Flatnose), Jamie Foreman (Basta)
Estreno en Perú: 29 de enero de 2009
Esta es una película de aventuras y fantasía dirigida a un público juvenil e infantil, pero cuyo protagonista oculto es el libro, y sus ideas son la lectura como actividad lúdica y el estímulo a la imaginación. Están la bibliotecóloga, el encuadernador, la escritora novel, el autor consagrado; pero, además, los propios personajes de otros libros, quienes entran y salen del mundo de la ficción al de la realidad, y viceversa. Además, la adaptación ha sido hecha de tal forma que no se abusa de los efectos especiales los cuales no obstante son espectaculares.
Esta es una película de aventuras y fantasía dirigida a un público juvenil e infantil, pero cuyo protagonista oculto es el libro, y sus ideas son la lectura como actividad lúdica y el estímulo a la imaginación. Aunque como obra cinematográfica presente sus contenidos en forma totalmente digerida, al menos introduce estas ideas entre los pequeños y los adolescentes. No por casualidad está basada en un nuevo best seller de la literatura juvenil llamado Corazón de tinta: El libro mágico, primera parte de una trilogía de la escritora alemana Cornelia Funke; que ha alcanzado un récord de ventas a nivel mundial. En nuestro medio esta obra aún no está muy difundida y será gracias a la película que los jóvenes la podrán conocer.
En la cinta aparecen, junto al libro, los representantes de los distintos oficios, reales e imaginarios, que lo rodean. Están la bibliotecóloga, el encuadernador, la escritora novel, el autor consagrado; pero, además, los propios personajes de otros libros, quienes entran y salen del mundo de la ficción al de la realidad, y viceversa. Este mecanismo de los “mundos paralelos” (en este caso, ficción y “realidad”), es muy atractivo y funcional para este género de películas. Además, la adaptación ha sido hecha de tal forma que no se abusa de los efectos especiales los cuales no obstante son espectaculares. Sin embargo, el eje de la acción está centrada en las relaciones entre los personajes: un padre (Mortimer) y su hija, quienes poseen la capacidad de sacar y meter personajes de las obras literarias con sólo leerlas, una tía cascarrabias (Elinor) aunque amante de los libros y erudita, los que terminan buscando a la madre ausente que se encuentra prisionera en un reino dominado por los perversos personajes de una novela (Corazón de Tinta); quienes –dirigidos por el siniestro Capricornio– se resisten a volver a su formato literario y más bien buscan convocar a un maléfico demonio (la Sombra). Nuestros héroes son ayudados por dos personajes que deambulan fuera de sus libros y hasta por el propio autor.
Desde los inicios de la película, la tía Elinor, explica a su joven sobrina Meggie que gracias a los libros ha podido conocer el mundo, ya que en ellos palpita la vida misma con sus alegrías, tragedias y emociones; las que irrumpirán con la repentina aparición de una banda de maléficos personajes condenados a vivir fuera de sus libros. La pequeña Meggie que es una joven escritora y también bibliófila, dará luego un alegato a favor de la escritura, que a la postre resultará en la salvación de todos. Mientras que el autor de la novela nos cuenta lo solitario de su oficio, pero también su permanente contacto con el mundo de la imaginación; no en vano se queda pasmado cuando también resulta raptado por sus propios personajes a esta fantástica aventura.
La película tiene todos los ingredientes para entretener a su público, ya sea por los góticos atavíos de los agentes del mal, como por todas las peripecias de un relato que transita por bellos paisajes, castillos oscuros y una villa italiana. Lo simpático es que los componentes mágicos de la acción son los valores de la lectura, la escritura y la imaginación; ingredientes fundamentales del desarrollo del pensamiento, la inteligencia y la creatividad humanas. De esta forma, se rescata esa cualidad mágica de la palabra hablada (o recitada) que Robert Graves atribuye a los poetas que siguen la antigua tradición de la Diosa Blanca. Es decir, no la lectura silente, sino la lectura en voz alta; la cual ha convivido por siglos con la palabra impresa, que la mayoría no podía entender por el analfabetismo o el desconocimiento de ciertas lenguas, hoy poco conocidas.
Interesante filme de entretenimiento, por lo arriba expuesto.
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