La exótica teta asustada llama la atención en España


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Viéndola con ojos de espectador de a pie, se puede afirmar que La teta asustada es un filme más ambicioso que Madeinusa. Se trata de una película contada con muchos planos cortos, planos en los que Magaly Solier asume la carga emotiva con una soltura y costumbre hacia las cámaras que exaltan su telegenia, su talento como artista innata, definitivamente, una actriz con mucho para dar.

El estilo, cada vez más depurado, de Claudia Llosa, recuerda a directores como Fernando Eimbcke en su Lake Tahoe, a Lucrecia Martel con La mujer sin cabeza o a La novia errante de Ana Katz; filmes en los que los directores se nutren de la realidad y emplean actores naturalistas, muchas veces pobladores de las zonas donde ruedan.

Esta tendencia a “recrear” un mundo cada vez más real nos remite al neorrealismo italiano pero con matices propios latinoamericanos enraizados en costumbres y usos propios. Este cine encuentra su propia identidad en el realismo mágico literario, movimiento de bandera de Hispanoamérica, que define sobremanera el cine que Claudia Llosa está interesada en contar.

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En su cine, la directora nos muestra un mundo imaginario pero verosímil, dentro de su lógica hiperrealista, un mundo cuya pieza fundamental de contextualización de los personajes es el color. El decorado, que puede ser entendido como kitsch entre los occidentales, es de colores vivos y alegres, sirviendo de contraste entre las celebraciones que los inmigrantes del interior del país recrean en Lima y la introspección timorata que acompaña a Fausta, el personaje de Magaly Solier.

Este filme nos puede confundir, en tanto nos sintamos voyeuristas de una realidad palpable, a tal punto que nos hace entrar en una cosmovisión, para muchos desconocida, como es la de los inmigrantes internos del Perú que bien dejan su hogar en busca del sueño limeño o bien son víctimas del terrorismo que los afecta en su lugar de origen.

A falta de referentes in situ, nos dejamos llevar por la representación de Claudia Llosa, pero es necesario recordar que es una mirada maniquea, en el más puro y buen sentido de la palabra, que no pretende ser un espejo de la realidad, sino contar una historia basada en una leyenda del mundo rural peruano.

La teta asustada es un filme que no termina de ser desentramado por la crítica española, en dónde el mundo exótico y literario, según la redacción de la revista Cahiers du cinemá, no sortea del todo los riesgos de una adaptación de género literario a la pantalla grande y que es entendida como una mirada singular, tierna y burlesca a la vez, del mundo lumpen peruano. Esta es, sin duda, una contemplación alejada de la realidad peruana y que dejo a juicio de los lectores.

Finalmente sólo queda agradecer a la joven cineasta limeña por poner en boca del mundo cinemero la palabra Perú.

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2 respuestas

  1. Avatar de Rodrigo
    Rodrigo

    Seria bueno acceder al texto integro de la critica de Cahiers du Cinema sobre LTA.

  2. Avatar de Juan José Beteta
    Juan José Beteta

    El comentario de García Locatelli es un texto muy interesante, ya que reconoce que el cine de Llosa tiene aspectos REALISTAS, que yo prefiero llamar documentales, ya que en ellos los actores no profesionales representan cosas en las que creen (el carnaval, en Madeinusa; los matrimonios masivos, en La Teta Asustada).

    Y, además, por las claras referencias antropológicas al poner en escenas mitos y leyendas ya sea como fenómeno social (Madeinusa) como individual (La Teta).

    Estos rasgos documentales son mayores en la opera prima de Llosa que en su segunda cinta, donde el componente introspectivo, el peso del conflicto interno de Fausta y los elementos de sugerencia tienen un mayor peso.

    No obstante, hay que reconocer que en ambos filmes estos elementos están subordinados a un tratamiento altamente estilizado y enmarcados en un esquema ficcional (más desarrollado en Madeinusa que en la Teta).

    Asimismo, este esquema ficcional tiene una fuerte lectura alegórica e ideológica, referida a fenómenos sociales reales en el mundo de hoy; lo que nos devuelve a lo «realista», mejor dicho, a una justificación de la intrusión de componentes documentales -mayores y menores- en estas notables películas.

    Dos puntos más que se quedaron en el tintero de mi PC.

    En estas cintas, el ámbito de lo alegórico, simbólico e ideológico absorbe los aspectos realistas y afecta la estructura dramática; no en vano es en este nivel donde se han observado baches en la realización, en ambos filmes.

    Personalmente, no les doy mucha importancia, ya que la directora narra en distintos niveles, siendo la sugerencia -en el caso de La Teta- uno de los más importantes. Dicho de otra forma, deja un cierto espacio al espectador para que sienta, referencie e interprete diversos aspectos, incluyendo la propia (y algo laxa) acción dramática.

    El segundo tiene que ver con que la conjunción de elementos dispares afecta no sólo el contenido sino también la forma. Así, hay situaciones sugeridas muy bella y sutilmente, mientras que en otros casos la «sugerencia» son imágenes explícitas que nos revientan en la cara; al punto que ya no las podemos tomar como ‘sugerencia’ mas que en un sentido retorcidamente irónico (dado el colorido y los objetos y decoración kitsch).

    La sensibilidad de Llosa oscila entre la delicada y sutil exploración del alma femenina y del mito, y la desbocada explosión de lo social como festivo. Parece que esa hondura que alcanza en la intimidad la reprime de tal forma que luego, cuando sale a lo exterior, exhibe ese aspecto de duende saltarín e hiperactivo con que la conocemos.

    Lo anterior también aconseja concebir el visionado de estas películas como un acto religioso, como una ceremonia sagrada; ya que la experiencia religiosa -la verdadera, no la actividad rutinizada, social y casi secular de los fines de semana- contiene elementos dispares y chocantes. La propia eucaristía católica es un buen ejemplo.

    Finalmente, muy interesante la observación de García Locatelli según la cual la crítica europea aún no logra «desentramar» La Teta; no es para menos, puesto que el arte de esta directora no sólo es muy original, sino que también despliega una gran capacidad para integrar elementos diversos con potentes efectos polémicos en la recepción de sus filmes.

    En mi comentario he tratado de demostrar la coherencia estética e ideológica de estas películas y, de paso, escribir sobre algunos temas que me interesan y que Llosa los plantea con alto vuelo cinematográfico.

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