Everyone Else, filme de la alemana Maren Ade
Hoy fue uno de esos días en los que la emoción se vio superada por la frustración. Al menos, durante las primeras horas de la mañana.
A pesar de haber amanecido muy temprano para hacer la cola, no la hicimos en el lugar debido, dado que a diferencia de otros años las entradas para prensa se obtenían en el mismo Abasto, en los Hoyts. Ahora no. Y nos enteramos recién ¡¡a las 10 de la mañana!! Resulta que ahora ha cambiado todo: es en Guardia Vieja, en el mismo lugar donde se recogen (palabra que no debo usar en Argentina) las credenciales de prensa, donde se recogen también las entradas para los acreditados. Mal humor, cola larga e inacabable, calor insoportable, y la desazón de ya no poder coger entradas para las películas seleccionadas: por eso ya no podré ver Gigante, pues, para cuando fue mi turno, ya no quedaban. Y hoy era su última función.
Todos renegando, así que a re-re-organizarse. Para cuando llegó mi turno en la cola, básicamente todo lo que quería, ya no había. Me explico: «Prensa» tiene derecho a solicitar 3 entradas (esto es, tickets en físico) para las proyecciones programadas en el festival, pero además, el BAFICI nos otorga funciones para prensa a las que podemos ingresar con sólo mostrar el fotocheck. Así que apelé a esas, pero no me retiré sin mi ticket para ver Part of the Weekend Never Dies, para las 6 pm.
Un par de las de prensa fueron las elegidas, no más, porque ya tenía separada la tarde y el resto del día. Comenzamos con Blind Pig Who Wants To Fly. Como se habrán podido dar cuenta, Juan Daniel ha escrito un post bastante generoso para con este filme. Yo la verdad siento que perdí 77 minutos del BAFICI en vano, por lo que la cólera y frustración llegó al techo. Quería resarcirme de tan mala experiencia. Pero primero, tenía que separar como sea mi entrada para los cortos musicalizados de Chaplin, y para ellos tenía que ir hasta el lugar donde se realizaría esa función especial y gratuita: el Teatro 25 de Mayo, cuadra 44.
Tomando la línea A del Subte en la estación Carlos Gardel, a la cual hay acceso desde el mismo Abasto, viajé unos 15 ó 20 minutos hasta la última estación, Los Incas. Llegué a la avenida Triunvirato, cuadra 37, por lo que me faltaban 7 cuadras más. Cuadras largas. Y con sol… pero valía la pena el esfuerzo. Llegué y me atendió Gastón (no, Acurio no, por favor Dios, no), muy amablemente. Me dio 2 entradas, pues así estaba dispuesto, y listo. Luego procedí a regresar ya que la segunda función de prensa que seleccioné me esperaba nuevamente en el Abasto. La misma ruta pero a la inversa, caminata y Subte. Nuevamente en el centro comercial, directo al Hoyts 8: la alemana Everyone Else (Elle Anderen) de Maren Ade. Y a partir de aquí la cosa mejora ostensiblemente. Ade se revela como una buena directora de actores, dándoles protagónicos a Birgit Minichmayr (Gitti) y Lars Eidinger (Chris), una pareja que ve mutar su supuesto amor en descontento, una relación en donde él nunca le dice a ella lo que siente sobre nada ni nadie, y ella no es lo que a él le parecía, haciendo que cada uno internalice su posición en este compromiso. La película de Ade está en la competencia, y me agradó bastante.
Almuerzo en Mamani, restaurante peruano, y luego al 25 de Mayo. Me esperaba Part of the Weekend Never Dies, que en realidad es un documental sobre la banda Soulwax. Saam Farahmand los siguió durante su última gira alrededor del globo, pasando incluso por el Creamfields Argentina del 2008, para extraer un rico testimonio sobre su propuesta sónica y su impacto en el público fanático de los conciertos extremos. El ritmo del filme es vibrante y contagiante, la edición es vertiginosa y saliendo te vas a querer conseguir todos sus discos. Un must de este festival. Sonrisa de oreja a oreja, y sólo quedaba esperar ahí mismo para la función especial con los cortos de Chaplin. Fue bueno ir temprano a separar mi entrada, pues, para cuando salí de la función anterior, ya se habían agotado. La cola se iba armando, el lleno prometía ser total, y en la fila se veía gente de todas las edades y no exagero: desde niños de últimos años de nido, hasta abuelitos. El buen Charles nunca falla al arrancarnos carcajadas.
Entramos y nos colocamos. El teatro es mediano, con platea y 2 palcos, una techo cerrado con un lindo vidrio decorado, e iluminación de baja intensidad. El primero en presentarse sería Gabriel Chwokjnik para musicalizar Easy Street, dándole predominancia a los instrumentos percusivos, acentuando golpes y encontronazos. Acto seguido Isol + Zypce harían lo propio para One A.M., enfocándose en texturas de cuerdas provocadas por el arco de Zypce y los acordes de piano de su hermana Isol, quien de tanto en cuando musitaba algo con su delicada voz. El cierre con The Immigrant estuvo a cargo de Juana Molina, quien con devaneos electrónicos y extravangazas vocales cerró una jornada súper entretenida. Chaplin te hace reír con gestos y muecas, gags y humor físico estupendamente coreografiado.
Ahora sí, tomo el bus 71 y regreso al hotel. Nuevamente a madrugar porque la cola hay que hacerla muy temprano si queremos separar tickets para la tarde. A dormir.
Deja una respuesta