La madrugada de este domingo 29 de marzo dejó de existir en su hogar de Los Angeles este músico francés a los 84 años de edad. Son cinco décadas de trabajo para el cine las que quedan tras de él, algo impensable para alguien que tuvo que imponerse a la voluntad familiar que le tenía proyectada una carrera de ingeniería. Maurice Jarre tuvo una formación clásica impecable y sus primeros trabajos los realizó para el cine de su país a comienzos de los años ’50. Durante estos primeros años de participación en la cinematografía destaca notoriamente su trabajo para la cinta de Georges Franju, Los ojos sin rostro.
Pero fue recién en los años ’60 cuando su carrera levanta vuelos mayores. A Jarre lo contacta el productor Sam Spiegel para ofrecerle participar en una cinta épica que se convertiría en leyenda. De hecho, uno de los varios aspectos memorables de Lawrence de Arabia es el score del francés, el cual lo catapultó de golpe como estrella y le hizo obtener su primer Oscar de Hollywood. Esta película significó también el inicio de su colaboración con el director David Lean, quien se encontraba en la última y llamativa etapa de su carrera. Por otras dos películas de éste, Jarre volvería a ganar en los premios de la academia: Doctor Zhivago y Pasaje a la India. La obra del compositor se extendió también en otros títulos famosos, algunos tan memorables como Topaz, Los malditos, y El hombre que sería rey (con momentos silbados que parecían aludir al prolífico Morricone).
A Maurice Jarre le sobreviven dos hijos: el no menos famoso músico Jean-Michel Jarre y el guionista Kevin Jarre. Finalmente, una de sus últimas apariciones la realizó en la más reciente edición del Festival Internacional de Berlín, para recoger el premio honorífico a toda una vida. A continuación los dejamos con una recopilación de algunas de sus más conocidas creaciones.
(Vía El País)
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