Dir. Diane English | 114 min. | Estados Unidos
Intérpretes: Meg Ryan (Mary Haines), Annette Bening (Sylvia Fowler), Eva Mendes (Crystal Allen), Carrie Fisher (Bailey Smith), Candice Bergen (Catherine Frazier), Jada Pinkett Smith (Alex Fisher), Debra Messing (Edie Cohen), Cloris Leachman (Maggie), Bette Midler (Leah Miller).
Estreno en España: 18 de julio de 2008
Estreno en el Perú: 19 de marzo de 2009
La trama ocurre en el mundo de la moda, atravesado por la paranoia competitiva en lo laboral/empresarial y lo sentimental/familiar, y la ansiedad de ser superadas por sus congéneres, que pueden ser a la vez amigas y rivales. Un amplio espectro de actrices que oscila entre la vigencia y la condición de sobrevivientes, se reúnen para un divertimento que nada agrega a sus carreras y sólo sirve para pasar el rato, y sin actor alguno.
Ante la escasez de historias y personajes de valía para el universo femenino de Hollywood, de vez en cuando surgen proyectos como The Women, colmados de figuras de diferentes generaciones y todo un escuadrón del género en el equipo de realización. Es la oportunidad para la tardía opera prima de Diane English, una veterana guionista y productora de televisión cuyo mayor crédito es haber creado el proyecto de la exitosa serie Murphy Brown, además de producir y escribir parte de sus diez temporadas. Y ahí están, de Eva Mendes a Candice Bergen -la protagonista de ese programa-, de Meg Ryan a Bette Midler, de Annette Bening a Carrie Fisher, de Jada Pinkett Smith a Cloris Leachman. Es un amplio espectro de actrices que oscila entre la vigencia y la condición de sobrevivientes, reunidas para un divertimento que nada agrega a sus carreras y sólo sirve para pasar el rato.
The Women se apoya en un clásico no del ayer, sino del anteayer, dirigido en 1939 por el gran George Cukor y protagonizado por otra constelación, pero de estrellas más grandes y parejas (Norma Shearer, Joan Crawford, Rosalind Russell, Paulette Goddard, y una joven Joan Fontaine). English, encargada también del guión, le da libertad a sus protagonistas para jugar con los estereotipos, y las que parecen divertirse más con el esquema son Bening y Leachman (a Ryan se le ve bastante rutinaria, reciclando mecánicamente sus viejos gestos), aportándole énfasis y condimentos a sus diálogos de amable farsa. La trama se ambienta en el mundo de la moda, atravesado por la paranoia competitiva en lo laboral/empresarial y lo sentimental/familiar, la ansiedad de ser superadas por sus congéneres, que pueden ser a la vez amigas y rivales, la sensación del paso del tiempo, y la velocidad del qué dirán en el círculo social. Pero si algo mantiene la gracia es la completa ubicación en off del género masculino -sólo aparecen mujeres, de todas las edades y actitudes-, del cual se habla, se despotrica y hasta con el que se mantiene difícil comunicación, aunque sin mostrarlo, salvo un recién nacido. Viene a ser un mensaje indirecto, inverso y paródico sobre cómo administra Hollywood las (des)proporciones en su modo de hacer películas, en el gremio y en las pantallas.
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