[10 directoras peruanas] Gabriela Yepes

A riesgo de sonar sobón, debo aclarar que a Gabriela la conocí en la niñez, y recuerdo vagamente haber jugado juntos en casa mientras nuestros padres tomaban lonche. Si bien la dejé de ver más de 20 años, uno nunca olvida esas cosas, especialmente cuando te enteras que esa persona decidió estudiar lo mismo que tú. Gaby se encontraba en plenos exámenes cuando la ubiqué para esta entrevista, y aunque se disculpó por su poca disposición, rápidamente me di cuenta que sus excusas eran infundadas, pues dio una de las entrevistas más claras y fluidas del grupo.

“Creo que un director de cine es un mecanismo de comunicación entre su sociedad y su mundo interior. Es pura ósmosis, con un pie afuera, en la realidad, y con los ojos bien clavados, lo más honestamente posible, en sus revoltijos interiores. Debe ser capaz de conocer la sociedad, ciencia y arte de su mundo, y a la vez seguir la intuición, la vocecita, que lo impulsó alguna vez a querer meterse en este oficio. Viajando en la máquina del tiempo, creo que lo que me impulsó y todavía me impulsa a hacer cine es la necesidad urgente que tengo de transmitir a otros lo grandioso, bello y magnífico que yo veo en este mundo. Es como si no me bastara saberlo, tengo que contárselo a otra gente, para actualizar ese sentimiento, hacerlo real. La primera vez que sentí esa necesidad fue al ver la serie de la BBC «Cosmos». Ver así el universo desplegado frente a mí, y entender los sutiles mecanismos que lo forman y unen fue algo tan fuerte, tan intenso, que inclusive pensé en dedicarme a la ciencia. Mi lentitud y torpeza con las matemáticas fueron un baño de agua fría, pero luego pensé que si no podía estar delante de la cámara podría estar detrás de ella. Por ahí empezó la cosa. En 1991, cuando salí del colegio, no conocía a nadie en el medio del cine o la tele, así que empecé por donde empiezan muchos, la universidad. Escogí la Universidad de Lima porque era la única que enseñaba cine, y porque mi mamá trabajaba ahí, y yo tenía beca completa (qué práctica, ¿no?). Yo ya venía de completar Estudios Generales en la Católica, me había independizado de mis padres, era mayor que el resto de mis compañeros de clase. No sabía entonces, pero estaba tratando de encontrar mi voz, lo que yo en verdad quería y podía contar. Pero esas respuestas no las encontraría en la universidad, sino muchos años después, cuando trabajé bajo la tutela de José Watanabe en Canal 7. Tener a un poeta y cineasta como mentor sustituye cualquier defecto que tu formación académica pueda tener. Ahí tuve la oportunidad de buscar mi propia voz, mi propio estilo, mientras hacía producción, dirección, guión y edición de documentales.”

Durante tres años y medio de trabajo en el Instituto Peruano de Televisión – Canal 7, Gabriela coescribió, codirigió y produjo once documentales de una hora de duración para la serie ‘La Buena Tierra’, conducida por el hoy ministro Antonio Brack. Y en el 2002, junto a Antonio Rodríguez, dirigió el corto documental El camino de mi destino, auspiciado por la Fundación Ford.

“Algo esencial que me ocurrió durante y después de trabajar en el Canal 7 fue redescubrir el área andina del sur del Perú como muy próxima a mi biografía. A partir del 2004 he intentado cambiar mi punto de vista, tanto a nivel personal como a nivel creativo, incorporando lo que los antropólogos llaman ‘cultura andina’ pero que para mí es simplemente una manera alterna de ver y concebir el mundo – tal vez una de las muchas visiones que considero tenemos que incorporar para enfrentar las condiciones de pobreza e injusticia que imperan en nuestro país. Sin embargo, en ese tiempo también sentí que ya había aprendido lo máximo que podía aprender en la posición en la que me encontraba. Sentía que había más que aprender en términos de forma (cinematografía, guión, edición) y fondo (política, economía, historia del Perú). Para eso me fui, para actualizarme, y para seguir aprendiendo. El Perú es demasiado complejo como para aprehenderlo sólo con nuestro pobre y desviado sentido común. Y a veces, un poco de distancia ayuda a objetivizar ‘el objeto de estudio’.”

Tras obtener la beca Fulbright en el 2004, Gabriela empezó estudios de maestría en Dirección de Cine en la Universidad de Texas en Austin, Estados Unidos. Los siguientes cuatro años realizaría los cortos A normal life y The Booth, su corto documental de pre-tesis Vivir es una obra maestra, basado en la vida y obra del poeta peruano Jorge Eduardo Eielson, elegido Mejor Corto Documental en el Festival de Cine de Lima, 2007 y finalmente su tesis de maestría, Danzak, inspirado en el cuento de José María Arguedas «La agonía de Rasu Ñiti», el cual ganó el Premio CONACINE a Mejor Cortometraje en categoría celuloide, y fue seleccionado para los festivales de Sao Paulo y Austin.

“Tengo ganas de escribir sobre mis experiencias en Canal 7 durante el gobierno de Valentín Paniagua, cuando el Canal se convirtió en un lugar sumamente creativo e inspirador para muchos, mientras el país redescubría la corrupción y el miedo generados durante la dictadura de Fujimori. También quiero contar cómo todo lo que habíamos hecho se fue por la borda cuando los toledistas tomaron el canal. Otro proyecto que tengo es un documental sobre ciertas comunidades altoandinas en el sur del Perú y norte de Bolivia que miran las estrellas para predecir el clima y la llegada de las lluvias – una práctica que data desde antes de los Incas, y que ahora está en peligro de desaparecer por la altísima variabilidad climática y el derretimiento de los glaciares, producto del calentamiento global.”

Mientras Gabriela le da forma a estos proyectos, trabaja principalmente como asistente de cátedra en la Universidad de Texas, en los Departamentos de Español y de Radio, Cine y Televisión. “Quisiera seguir haciendo lo que estoy haciendo ahora, que es trabajar pocas horas, ganar lo suficiente para sobrevivir y tener tiempo para escribir, dirigir, editar, etc. He encontrado un cierto balance entre trabajo y creación en los últimos cuatro años estando aquí. Sin embargo, no tengo la menor intención de quedarme aquí y luchar por mi pedacito de cielo en la jungla de Hollywood. Espero volver al Perú en dos meses y ver la manera de conseguir ese balance sin tener que dedicarme a la publicidad.”

(Este artículo forma parte del especial “Diez directoras para el Nuevo Cine Peruano”)