Hablar de adaptaciones en el cine peruano, es hablar de un ámbito reducidísimo. En el Perú se hace poco cine, y por supuesto, se adapta menos. En el plano más comercial, la razón evidente es la falta de industrias culturales desarrolladas. Tanto una industria cinematográfica en la que se apueste por best sellers, nombres de escritores y libros de interés para convertirlos en películas; y por otro lado, una industria editorial consolidada con una producción constante y exitosa que genere el insumo para las cintas. Es decir, los dos polos sobre los que podrían desarrollarse las adaptaciones fílmicas son endebles.
En el Perú, por lo general tenemos directores “autores”, que buscan hacerse de una voz y desarrollar sus propias historias en el cine. Son muy pocos los casos de largometrajes adaptados en los últimos años, el más reciente fue Una sombra al frente, inspirada en un texto del propio padre del director, Augusto Tamayo. Es en el espacio del corto, lugar de exploración, donde podemos encontrar ejemplos recientes: «Danzaq» de Gabriela Yepes, esta inspirado en “La agonía de Rasu Ñiti” de Arguedas, “Taxista” de Enrica Perez es la adaptacion de “Taxi Driver sin Robert de Niro” de Fernando Ampuero, y “Payasos” de Marianela Vega es la adaptación de “Ciudad de payasos” de Daniel Alarcón.
El director que más ha adaptado libros en el cine peruano es Francisco Lombardi, no solo porque es el más prolífico cineasta nacional, sino por el porcentaje de su obra procedente de la literatura (8 de sus 17 obras). Sintomáticamente es también el cineasta que más cree en la idea de la división del trabajo: es decir trabaja con un guionista, él no escribe sus guiones. Es que los guionistas son una pieza fundamental en el engranaje de la adaptacion, y es una de las especialidades de las que adolece nuestro cine: Pollarolo, Cabada, recientemente Mendoza y dejemos de contar.
Una mención aparte merece Armando Robles Godoy, un artista que ha transitado entre la literatura y el cine, auto adaptándose en distintas películas: En la selva no hay estrellas y el tercer movimiento de su Sonata soledad, por citar ejemplos.
Vale mencionar el caso particular del cine regional peruano, en donde la adaptación toma un cariz especial, se adapta el mito y la leyenda, es decir el relato oral, que se potencia y se asienta en una forma permanente y acaso más universal: las imágenes. Así, los mitos toman cierta forma final. Un caso particular es el de El abigeo, que Flaviano Quispe construyó a partir del cuento “Ushanan Jampi” de Enrique López Albújar.
Estos son algunos aspectos de la adaptación en el cine peruano, temas que esperamos conversar el jueves 30 de abril en el Centro Cultural Británico de Miraflores, a partir de las 7:30 pm. Antes de la conversa proyectaremos el corto Danzaq, de Gabriela Yepes. En la mesa estarán como panelistas el guionista y director Augusto Cabada y el crítico de cine Isaac León Frías, como siempre Ricardo Bedoya oficiará de moderador. Los esperamos, la entrada es libre.
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