El director del Festival de Cannes desde hace 32 años siempre se ha caracterizado por su discreción, a pesar de sus agitados días en mayo en los que vive rodeado de las luces y las estrellas más importantes del panorama mundial. Pero ahora ha sacado a la luz un libro en el que se expone todo lo que pudo recordar en estas más de tres décadas de anécdotas con los famosos del cine. La vie passera comme un rêve (La vida pasará como un sueño) reúne revelaciones sobre actores, directores, o miembros de la cultura en general, con los que Jacob compartió dentro del festival o a partir de este. Por supuesto, todo ello sazonado con los sentimientos y opiniones personales que le genera cada uno, ya sea alguien a quien solo conoció en medio del protocolo, o los que se permitieron momentos de camaradería o excentricidad con el organizador. Vean sino este fragmento dedicado a Sharon Stone:
«Los ritos de la República pusieron mi mano en el seno de Sharon Vonne Stone, nacida en Meadville, Pensilvania: debía prenderle la cinta de oficial de Artes y Letras. ¡Ay!, la tela resistía y yo no quería herir el célebre pecho».
Aunque se nota que los nervios nunca le hicieron agarrar confianza con la actriz -recurrente en el festival- parece que por el contrario hay grandes pasajes dedicados a los artistas que en verdad admira y a los que si describe con detalle. La que sigue es parte de la historia sobre el día en que le propuso a Clint Eastwood presidir el jurado del año 1994:
«…había entrado en el comedor con el paso lento y suave de una gran fiera en movimiento, dijo en seguida que estaba de acuerdo. Luego pidió una hamburguesa y una copa de vino tinto. Luego la tierra se puso a temblar. 5,9 en la escala de Richter. Relativamente normal tratándose de Los Ángeles. Mientras el terror se apoderaba de todo el comedor, Clint ni se inmutó…Bueno, por lo menos morir con Eastwood me llevará a la posteridad, pensé. Cuando el terremoto acabó, 37 segundos después, Eastwood chasqueó los dedos. Dijo: ¡Camarero, la cuenta!»
Jacob sacó el título de su libro de la frase de Sam Sheppard: «La vida es lo que nos sucede cuando soñábamos hacer otra cosa». Tal vez muy pocos duden a estas alturas que el buen Gilles soño con algo más.
(Vía La Vanguardia)
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