Dir. Andrés Wood | 121 min. | Chile – España
Intérpretes:
Matías Quer (Gonzalo Infante)
Ariel Mateluna (Pedro Machuca)
Manuela Martelli (Silvana)
Ernesto Malbran (Padre McEnroe)
Aline Küppenheim (María Luisa Infante)
Federico Luppi (Roberto Ochagavía)
Estreno en Perú: 9 de febrero del 2006
La historia de la convulsionada Chile de comienzos de los 70 vista a través de los ojos de unos niños es la premisa que nos presenta esta película que siguiendo la tradición de la crónica de una época y una generación, se ciñe a una línea narrativa eficaz y siempre atenta e interesada en sus personajes. El director Wood se permite tocar nuevamente el tema doloroso del último trayecto del régimen de Salvador Allende, pero todo esto lo hace sin proponerse hacer un film de militancia.
La historia está estructurada para la exacta representación de los más polarizados sectores sociales. Gonzalo es un niño de clase alta que acude al colegio Saint Patrick, el cual por la benevolencia de su director-sacerdote acogerá a niños de clases humildes ante la mirada indignada de los padres conservadores. Entre estos niños Gonzalo conocerá al pequeño Pedro Machuca con quien tiene todas las diferencias posibles pero al que lo unirá algo esencial: Ambos vienen de familias disfuncionales que se ven afectadas como todo en ese momento por la inestabilidad política y social, las largas colas por alimentos y los enfrentamientos cada vez más efervescentes como los resentimientos y la discriminación lo permitan.
Así con la inocencia y el afán de descubrimiento propio de su edad ambos personajes se irán haciendo cada vez más inseparables y estos se encarga de mostrarlo Wood desmenuzando también todo el álgido clima de ese entonces. En medio de ellos se colocará Silvana una chica algo mayor y de armas tomar que se convertirá en la guía de estos muchachos por el camino del aprendizaje y el fin de la inocencia. La película trabaja bien esos momentos en los que la mirada intima a esta relación de amigos y juegos se superpone a esa realidad que los rodea (el juego con las latas de leche condensada debe ser el momento más logrado del film), así en medio de las manifestaciones prima la mirada de estos tres entrañables personajes, alegre unas veces y desconcertadas en otras.
Gonzalo y Pedro conocerán el otro lado de la moneda a la que representan no solo en el colegio (escenario siempre ideal de prototipo de las futuras sociedades) sino en todo su entorno. Pero las alegres estaciones siempre terminan y las hojas del otoño hacen su aparición. La beligerancia entre los dos bandos se hace cada vez más fuerte y esto significará también que los amigos se involucren en ella casi sin querer, ese es el precio del conocimiento que han tenido durante todo este tiempo. Gonzalo apenas impotente contemplará como se deshace su familia (de padre débil y madre práctica) y también su amistad. Se decepciona pero aprende. El director Wood sabe darle verdadera progresión a este tránsito hacia la madurez pero inevitablemente también a las primeras tristezas (hay un clima melancólico verdaderamente logrado por momentos).
La película es eficaz casi todo el tiempo gracias especialmente a que no se presenta, como dije antes, como una exposición de grandes causas que se vale de una historia mínima sino todo lo contrario examina ese pero a partir del desarrollo de sus personajes. Aunque no sale indemne del todo (especialmente en los estereotipos de la vida estudiantil y en las más directas secuencias de la intromisión de la violencia y la represión militar) Machuca es una buena presentación del más reciente cine chileno que viene cada vez más en alza en cuanto a recursos y suceso. Esperemos que esto se traduzca también en resultados, esta película lo promete.
Jorge Esponda
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