Son muy comunes los casos en los que un escritor de una carrera, o un solo libro consagrado, trata de evitar cualquier propuesta de adaptación cinematográfica. Eso es lo que pasó, durante muchos años, con el alemán Patrick Süskind y las ofertas por los derechos de El perfume. Muchos más son los que, tras ver el resultado, despotrican sin cesar de ellos, como fue el caso de Umberto Eco con la versión al cine de El nombre de la rosa. En cambio, existen otros para los cuales el mundo del celuloide es indesligable de sus ficciones, al punto de que parecen haber sido concebidas desde un inicio con el propósito de servir de delicias de las taquillas. Ian Fleming es acaso uno de los más emblemáticos. Pero de las épocas más recientes tenemos algunos como el acaparador de supersticiones Dan Brown y al «hombre de los tribunales» John Grisham.
Tal vez en estos momentos esté un poco de capa caída. Pero la moda que se impuso con las adaptaciones de éste último, sigue siendo una de las más características del mainstream de los años 90. Cuando este abogado se lanzó a la carrera de los best sellers, no hubo libro suyo que no pasara de inmediato a convertirse en el nuevo y esperado suceso de Hollywood. Todo revestido de lujos de producción, directores y elencos reconocidos. Así se sucedieron títulos como The Firm con Tom Cruise; El Informe Pelícano con Julia Roberts; A Time to Kill con Sandra Bullock; o The Rainmaker con Matt Damon. Ésta última, en las manos de Francis Ford Coppola, puede ser considerada la más afortunada. En todas ellas veíamos las fórmulas del relato de investigación probadas una y otra vez sin cansancio, mientras las intrigas se cargaban de tecnisismos y argucias legales con las cuales el propio escritor buscaba darles algo de espesor y complejidad.
Luego de la discreta Runaway Jury en el 2003, sus tramas judiciales no han vuelto a asomar por la pantalla, a pesar de que el millonario narrador ha seguido tan activo como siempre. Tanto debe de extrañar los carteles Grisham, que se encuentra en estos momentos moviendo una posible versión fílmica de The Testament, otra de sus creaciones, publicada en 1999. Narra la historia de un excéntrico y envejecido millonario que tras fallecer deja desconcertados a sus seis hijos cuando se dé a conocer su última voluntad de otorgar el total de su herencia a una hija ilegítima, que, para colmo, se encuentra en Brasil en calidad de misionera. Por supuesto, entre ambas partes rondarán tigres de las leyes, pero el que le mandan a la modesta heredera será el más borrachín y confundido. Otra vez la historia de David y Goliat. De todas formas, veremos si Grisham convence a los estudios de que lo suyo puede volver con fuerza. En estos momentos su propuesta viene siendo revisada por 821 Entertainment Group.
(Vía Cinema Blend)
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