Imagínense esta versión de la historia: El autoproclamado emperador francés toma, en determinado momento, conciencia de los desastres que viene provocando la guerra que ha emprendido por el dominio de Europa. A tal punto llega este «instante de iluminación», que Napoléon se transforma en un pacifista. Así, después de ser exiliado finalmente a la isla de Santa Elena, el general vuelve a sentirse inquieto por las secuelas de su obra y su vocación militar, y decide retornar al continente, a su querida Francia. Pero lo único que comprueba es que tras su salida casi nada ha cambiado en ese estado de hambre y la miseria en el que ha quedado sumido el país. Para contribuir en algo, el corso asume la identidad de un humilde profesor de historia particularmente obsesionado con dar a conocer el lado perjudicial de aquellas grandes campañas y ambiciones que él mismo emprendió durante su gobierno. Pero la nueva vida del personaje da otro giro al ir convenciéndose de que solo el mismo es capaz de devolverle la prosperidad y el orgullo a su nación. Entonces Napoleón retoma el mando de los ejércitos para hacerse de nuevo con el poder. Empeño en el que finalmente sucumbirá alineándose nuevamente con la historia oficial.
Esta formidable idea era la que venía trabajando nada menos que Charles Chaplin a finales de los años ’20. Al menos así lo indica el descubrimiento que acaba de realizar la investigadora italiana Cecilia Cenciarelli, quien presentará sus conclusiones próximamente en la Cinemateca de Bolonia, lugar donde realizó el hallazgo de cientos de páginas con apuntes sobre la película del personaje histórico que Chaplin planeó, pero que nunca llegó a dirigir y protagonizar. Esto incluye gran cantidad de apuntes, estructura de las escenas, contratos y detalles técnicos del rodaje de la cinta que jamás llegó a realizarse. La cantidad y detallismo de estos documentos demuestran que para el creador inglés, este proyecto era toda un sueño.
La Cinemateca de Bolonia es la institución que posee el archivo más grande que existe, en documentos y material diverso, sobre Chaplin. Esto se debe a que su familia depositó ahí los archivos personales y filmografía del mítico cineasta y actor, tras su muerte. En un principio, según Cenciarelli, la idea para la película estaba ambientada en la campaña napoleónica en Italia, en la cual también se desarrollaría su amor por Josefina Beauharnais. Pero ya a inicio de los años ’30, después de un largo viaje en el viejo continente que lo hizo conocer las convulsiones políticas y extremistas que estaban germinando, Chaplin, optó por darle a su proyecto el giro que ya les contamos. En este, sin duda, se dejaba notar esa vocación humanista que llegaría a su nivel más provocador en su período hablado.
(Vía La Tercera)
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