Nana gana a teta
Las nanas nos atienden y hasta nos protegen, dan una sensación de orden que asociamos también a la cotidianeidad. La teta, en cambio, es notoriamente perturbadora, genera sensaciones intensas y bellas pero también misteriosas, sensuales o chocantes, dependiendo de dónde y cómo la miremos.
Los Jurados del Festival de Cine de Lima 2009 escogieron la seguridad de la nana a los sustos de la teta, al premiar como mejor película y con el premio de la crítica internacional a la cinta de Sebastián Silva; y, como solución de compromiso, premió como mejor actriz femenina a Magaly Solier, protagonista de La teta asustada. De compromiso, porque es evidente que para ese premio la favorita era Catalina Saavedra, la intérprete de La nana, mientras la cinta de Claudia Llosa lo era para las preseas antes mencionadas.
Es una opción, aunque cruzada, legítima y respetable de los jurados. Pero lo interesante (y quizás preocupante) es que a partir de este patrón inicial, los premios hayan marcado una cierta orientación estética. Este balance de las premiaciones del Festival pretende para dar una idea de las tendencias que se presentan actualmente en la crítica cinematográfica y la cinefilia. Y mi conclusión es que las premiaciones de este evento revelan una fuerte tendencia conservadora.
Antes de seguir conviene hacer dos aclaraciones. La primera es que esta nota se refiere únicamente a 18 de las 20 películas que competían para ficción; no estamos considerando ni Illary ni Parque Vía. Y en segundo lugar, señalar que de estas 18 películas la casi totalidad son buenas películas y varias de ellas ya habían sido premiadas en otros festivales.
Es decir, no discutiremos aquí sobre «malas» películas, sino sobre valoraciones dentro de un universo relativamente homogéneo de obras. Lo cual, en algunos rubros, implica que la premiación posiblemente ha sido muy discutida y difícil. No obstante, estas cintas no alcanzan el nivel que tuvo la gran ganadora del año 2007, Luz silenciosa de Reygadas. La que más podría acercarse a este logro es quizás La teta asustada, pese a sus puntos controversiales, que discutiremos más abajo.
Dicho esto, hay que señalar también que estos resultados representan compromisos, ya que los jurados tienden a trabajar por consenso al momento de descartar y hacia el final pueden haber votaciones y decisiones que no contenten a nadie. Esto ocurre hasta cierto punto al margen de sus integrantes. Si desde el comienzo se bloquean determinado tipo de películas, obviamente sólo queda escoger entre «el mal menor». Y allí es que se hacen negociaciones para tratar de salvar la cara y tratar en vano de contentar a todos; como ha ocurrido en este caso.
Es como el ballotage en nuestro sistema electoral. Cada cinco años debemos escoger en segunda vuelta entre dos indeseables para presidente de la república y los mejores quedan fuera desde el comienzo. Es pues también un problema del «sistema». Pero estos resultados marcan una pauta y eso es lo que me interesa resaltar.
Por un lado, vemos –simplificando un poco– que hay un grupo de ocho películas que podríamos considerar «películas de festival», entendiendo por este rótulo filmes que aportan o intentan aportar elementos novedosos, utilizando formatos distintos a los habituales en el cine comercial industrial. Y tenemos 10 películas que más bien tienden a ser más clásicas, con formatos convencionales aunque de elevado nivel de calidad y originalidad.
Cuadro Nº 1
Películas por grupos
Películas «de festival» | Películas de formatos «masivos» |
Excursiones | El niño pez |
La fiesta de la niña muerta | La buena vida* |
Huacho | La nana |
Los viajes del viento | El cuerno de la abundancia |
Gasolina | Cinco días sin Nora* |
Rabioso sol, rabioso cielo | El premio* |
Gigante | Mal día para pescar |
La teta asustada | Feliz natal* |
Los paranoicos | |
Última parada 174 |
* Estas películas siguen un formato «masivo», pero incluyen en distinto grado elementos de filmes «de festival».
Y lo interesante es que los jurados de este Festival han dado un mayor peso a películas de formatos “masivos” (siete premios), antes que a las típicas películas «de festival» (cuatro premios).
Cuadro Nº 2
Películas premiadas, por grupos
Películas «de festival» | Películas de formatos «masivos» |
La teta asustada (Premio a la Mejor Actriz) | La nana (Premio a la Mejor Película, Premio de la Crítica Internacional) |
La fiesta de la niña muerta (Premio a la Mejor Fotografía) | Feliz natal (Premio a la Mejor Fotografía) |
Huacho (Premio de APRECI*) | Los paranoicos (Premio al Mejor Actor y Premio a Mejor Opera Prima) |
Gigante (Premio Especial de Jurado) | Mal día para pescar (Premio al Mejor Guión) |
– | El cuerno de la abundancia (Premio del Público) |
4 | 7 |
* APRECI entregó una Mención Honrosa a Rabioso Sol, Rabioso Cielo.
Sin embargo, como demostraré en este balance, no se han elegido las mejores películas en ambos bloques. Se ha preferido, en cambio, las menos controversiales y las que en sus propios términos reducen mucho el componente social, cultural, político e incluso estético. Estas son las dos características más saltantes de estos premios y nos conducen a resultados más bien conservadores. Películas que tenían propuestas más audaces en lo estético o con referencias a la experiencia histórica han sido dejadas de lado; sin que ello signifique menospreciar la calidad de las ganadoras.
Pero lo que me interesa resaltar son las características de este conservadurismo crítico; por lo que mis observaciones, aunque parezcan estar dirigidas a las películas, en realidad están dirigidas a valoraciones de las mismas. Dado que se pueden consultar mis artículos dedicados a cada una de ellas, no me detendré mucho en analizarlas; aunque en casos emblemáticos (La teta asustada, Excursiones, El cuerno de la abundancia) haré un resumen que me ayudará a definir ese conservadurismo.
Mejor película y premio de la crítica internacional: La nana
La Nana es un buen ejemplo de puesta en escena ilustrativa, donde todos los conflictos y tensiones de los personajes y situaciones están debidamente subrayados; y donde la narración es manejada con destreza por parte del director Sebastián Silva. No obstante, encuentro difícil aceptar que esta película sea superior a La teta asustada.
Como señalé más arriba, he escrito ya sobre estas cintas (y de la Teta, extensamente), así como recomiendo la excelente crítica que sobre La nana escribió Rodrigo Bedoya en El Comercio, para mayor abundamiento. A partir de un cuadro muy esquemático, sobre ambas películas, trataré de demostrar las virtudes del filme de Llosa y señalaré los puntos controversiales que podrían haber «asustado» al Jurado (y a muchos otros).
Lo único que comparten estas dos películas es que tratan del proceso de empoderamiento de un personaje femenino, mayor en el caso de Fausta que la nana. Fuera de esto, defieren en todo lo demás (ver Cuadro Nº 3).
Cuadro Nº 3
Diferencias entre La nana y La teta asustada
La nana | La teta asustada |
Tratamiento clásico | Tratamiento altamente estilizado |
Estructura dramática tradicional, aunque desarrollada de manera creativa | Estructura dramática poco convencional |
Actores profesionales | Mayoría de actores no profesionales |
Locación urbana de clase alta | Locación urbano marginal |
Ausencia de conflicto social | Presencia de conflicto social previo y actual: exclusión social y cultural |
Conflicto interno por superar inseguridad profesional | Conflicto interno por superar trauma |
Logra resolver conflicto interno por intervención de agente externo | Logra resolver conflicto interno por sí misma |
Recurre a (fortuita) «hada madrina» | Recurre a sus raíces y tradiciones culturales |
Recibe apoyo y comprensión de familia a la que sirve; y la de la agente externa | Recibe apoyo y comprensión de personajes de su núcleo familiar, cultural y social |
Conflictos externos cumplen una función acumulativa y preparatoria para resolver el conflicto interno | Conflicto externo cumple una función central –dramática, mágica y social– para resolver el conflicto interno |
Tendencia al uso de encuadres cerrados con fines dramáticos | Uso de encuadres variados con funciones tanto dramáticas como simbólicas |
– | Uso significativo del silencio y de la música |
– | Manipulación de la cultura popular por la cultura oficial |
– | Puesta en escena y uso del mito como terapia individual |
– | Desarrollo de un espacio popular de inclusión social |
Como vemos por este simple recuento, La teta asustada cubre una mayor cantidad de ámbitos de significación que La Nana, y en varios de ellos con mayor amplitud de recursos; e igual economía de medios. Por supuesto que esto no es válido si los jurados han hecho su elección sobre la base de criterios estilísticos, donde no importa cuánto trabajo (y, por tanto, cuánto impacto significativo) está invertido en cada película; sino qué criterios son válidos y cuáles no, cuáles se escogen como un patrón a seguir y cuáles se descartan.
Otro motivo podría estar en los aspectos polémicos del filme de Llosa: 1) omisión del clímax en la estructura dramática del filme, en que el ámbito de lo mágico y el mito sustituyen el momento de resolución del principal conflicto externo de la protagonista; 2) contraste entre escenas o momentos de misterio e introspección con otros exageradamente explícitos (por ejemplo, la insólita expulsión del piano de cola por la ventana de la casa señorial); 3) uso de actores no profesionales con fines no realistas, sino más bien para presentar una visión irónica (para algunos caricaturesca) e irreal de Manchay. Lo anterior produce una sensación de distanciamiento emocional (sobre todo en el público masculino) y extrañeza. Estos componentes, sin duda, son muy exigentes para el espectador e incluso para los críticos; para varios de los cuales en esta obra “no pasa nada”.
No obstante, estas (en mi opinión) cualidades de La teta asustada pueden provocar asociaciones insospechadas. Una comparación curiosa, de esas que alarman a Gabriel Quispe, podría ser entre los protagonistas de La teta y Los Paranoicos. En efecto, Fausta es tan (o más) friki que Gauna, con eso de meterse una papa en la vagina; mientras que su tendencia paranoide tiene una explicación política y cultural, asunto que no se desarrolla en la cinta argentina con respecto a su protagonista. Por si fuera poco, no olvidemos que ella también desarrolla una relación con el jardinero Pedro, que el final abierto sugiere que podría ir más allá del florecimiento personal. Tipo de final que quizás también hubiera convenido a Los Paranoicos.
De otro lado, la puesta en escena del mito en cinta de Llosa, aunque individual y terapéutica (a la manera junguiana), se contextualiza en un plano político y social, y –en ese sentido– no se limita a un grupo étnico (como en La fiesta de la niña muerta) ni se presenta de manera severamente recortada (como en la versión de Rabioso sol, rabioso cielo).
En comparación con estas locuras de La teta asustada, La nana ofrece una alternativa notoriamente inofensiva. Por ejemplo, está libre de toda contaminación social y el trabajo rutinizador, duro y pesado –origen de su frustración personal– se muestra al inicio, pero luego no vuelve a aparecer; sobre todo, no en la parte final, cuando ella decide cambiar de vida. Aunque hay un cierto final abierto, la protagonista no buscará mejores alternativas, como ocurre muchas veces con las empleadas domésticas. Su empoderamiento resulta, así, más limitado que otros, más laboriosos (La teta) o más radicales (El niño pez, de Lucía Penzo, otra cinta del mismo grupo).
Mejores películas que La nana, por ahondar en temáticas de interés global, social, étnico, político, generacional o estético, podrían ser: La teta asustada, Excursiones de Ezequiel Acuña, El niño pez, El cuerno de la abundancia de Juan Carlos Tabío y hasta Rabioso sol, rabioso cielo de Julián Hernández. Del mismo nivel que La nana son La buena vida de Andrés Word y Cinco días sin Nora de Mariana Chenillo; las que integran elementos de sugerencia y elipsis significativos en el marco de formatos más convencionales, los que también ejemplifica La nana.
Fotografía: Técnica antes que arte
Algo parecido, pero a otro nivel, lo tenemos en los premios a Mejor Fotografía, donde han sido premiadas dos películas brasileñas: La fiesta de la niña muerta y Feliz natal. Sin embargo, lo que se premia es la calidad técnica de la fotografía y no tanto su uso para la construcción de sentidos. Así, si bien el trabajo de cámara en Feliz Natal sirve para crear esa vorágine emocional y deprimente que caracteriza esta cinta; sin embargo, no se puede comparar con lo que ofrece Rabioso sol, rabioso cielo.
En este filme, aspectos sintácticos básicos del lenguaje audiovisual, como el trabajo con la mirada se entronca con códigos de comunicación gay. Además, la fotografía en blanco y negro contrastada resalta el quiebre entre sexo y amor que aqueja a los protagonistas; mientras que iluminación en penumbra y los encuadres recargados apoyan la sordidez de las locaciones y la marginalidad social de los homosexuales. Súmese a ello una fotografía diferenciada para el tiempo sagrado, en el plano mítico y las influencias estéticas asimiladas en este rubro por el director que conectan su obra a la mejor tradición cinematográfica.
Nuevamente, se prefiere trabajos sin duda impecables pero con menor aporte creativo y significativo; e incluso menor compromiso con problemáticas sociales en comparación con la cinta de Hernández. Si bien La fiesta de la niña muerta rescata una tradición cultural viva, esta se limita exclusivamente al grupo étnico específico; mientras que Feliz natal es todavía más restringida, al no estar ligada a consideraciones sociales y culturales, sino básica y principalmente a consideraciones dramáticas referidas a la desintegración de una familia disfuncional.
De otro lado, es sintomático que Última parada 174, la única de las tres películas brasileñas que trata de un tema social, no haya sido considerada en ningún premio; a diferencia de sus dos compañeras que no tienen tal enfoque, o que lo tienen de manera restringida.
Mejor guión: Difícil decisión
En el premio de Mejor Guión la competencia debió ser fortísima. Habiendo numerosos buenos candidatos, se escogió un trabajo de adaptación literaria, Mal día para pescar, muy lograda, sin duda; pero se dejaron de lado propuestas más audaces: La teta asustada, Excursiones, El niño pez o incluso El cuerno de la abundancia. Las dos primeras, creativas en varios aspectos y las dos siguientes, más eficaces, tanto en lo dramatúrgico como en lo político. Pero ya sabemos que tales innovaciones o aportes son pecados que no deben cometerse. Otros buenos guiones son La buena vida, La nana y Cinco días sin Nora.
Hasta aquí nos hemos referido a películas premiadas del grupo de los formatos convencionales. En la siguiente parte examinaremos los criterios con que se han premiado a cintas que hemos denominado «de festival».
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