Tantos coqueteos con el mundo del cine por fin han llevado al mandatario venezolano a desfilar en una de las galas más importantes del calendario. Directamente desde Irán, donde estuvo de visita, Hugo Chávez llegó para la presentación de South of the Border, el documental de Oliver Stone, en el que figura como el práctico protagonista. Esta es la primera vez en que un jefe de Estado llega al Lido en calidad de estrella.
Creando polémica, Stone explicó la premisa de su película en la rueda de prensa: «Por primera vez, Sudamérica entera se pone de acuerdo para plantar cara al imperio. En los años 80, todo el continente no fue sino un lugar para experimentar las tesis neoliberales del Fondo Monetario Internacional. Chávez ha conseguido que esto deje de ser así. Una de las cosas que más me llamó la atención y por la que decidí hacer la película es por la inquina con la que se trata en los medios a un señor que ha ganado hasta siete elecciones.» Tales declaraciones levantaron algo más que murmullos entre los presentes.
Por su parte, Chávez declaró: «Estoy muy honrado de estar aquí, he venido hacerle un tributo al festival de Venecia como uno más. No como presidente sino como uno más. Me gusta mucho el cine, me gusta mucho el arte, la cultura, y este esto es un festival mundial de cultura, de arte, de crítica, de cine, documentales. Felicito a sus organizadores. He venido aquí porque esto es un festival que le canta al pensamiento, que le canta a la crítica. Me parece que Stone ha recogido la realidad de América del Sur, el renacimiento de América del Sur».
Algunos de los primeros comentarios sobre la película, apuntan a los parecidos con el estilo de Michael Moore (también presente en el Lido con Capitalism: A Love Story)
Ray Bennett de The Hollywood Reporter dice:
South of the Border es una respuesta de Oliver Stone, sobre lo que él considera diatribas y las mentiras de los medios de derecha en su país y el extranjero sobre las democracias socialistas de América del Sur. Presenta entrevistas a siete líderes nacionales que expresan gran afecto por sus vecinos del norte pero no por el historial de su política extranjera, la película sugiere un claro camino a seguir para un continente que se ha sacudido en gran medida las garras del imperialismo y de lo que Stone llama capitalismo depredador en contraposición al capitalismo benigno.
Recibido con aplausos en Venecia, a la película le irá bien a nivel internacional y atraerá a la audiencia liberal en la patria de Stone (…) Clips de CNN y Fox News establecen rápidamente el tono bufonesco con que se tratan las noticias acerca de la política de América del Sur y sus líderes, democráticamente elegidos, invariablemente descritos como dictadores, pero Stone también acusa a la red de noticias y medios de comunicación como el New York Times.
Tras una breve historia de los acontecimientos en Venezuela que llevaron a la presidencia de Hugo Chávez, Stone muestra cómo los medios de comunicación en ese país alteraron las imágenes de manifestaciones violentas para mostrar a sus partidarios disparar contra su oposición, y cómo esas imágenes fueron alimentando al resto de la mundo.
Sus cámaras siguen a Chávez, quien nació en la pobreza, desde el lugar de su infancia, al los viajes a una granja de ganado vacuno y una planta que produce harina con la ayuda de Irán. En el camino, Chávez le dice al director, «Aquí es donde estamos construyendo la bomba atómica iraní». Humor negro similar a otro líder como Rafael Correa de Ecuador, que dice de los medios de Estados Unidos: «Yo estaría más preocupado si hablaron bien de mí.»
Stone está claramente impresionado con los dirigentes que encuentra, y hay muchas escenas relajadas, entre ellos una en el que obtiene un gran placer en Bolivia, Evo Morales le muestra las mejores hojas de coca para masticar, una cura para los efectos de las náuseas en altura en La Paz.
(Vía El Mundo)
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