A sus 76 años de edad, el cineasta polaco enfrenta una nueva circunstancia difícil en su turbulenta vida, que en realidad es la aparente resolución de una cuenta pendiente. La noche de ayer, Roman Polanski fue detenido a su llegada al aeropuerto de la ciudad suiza de Zurich, cuando se disponía a participar, como invitado de honor, en el festival de cine de esa ciudad. El motivo es el seguimiento del caso de estupro a Samantha Geimer, que tiene más de treinta años abierto. Al parecer, la justicia estadounidense habría solicitado su detención a las autoridades de Suiza, país que no forma parte de la Unión Europea.
Los responsables del festival, que dieron a conocer la noticia, habían invitado al cineasta en esta quinta edición del evento, para la presentación de una retrospectiva de su obra, y para concederle el Golden Eye, un galardón especial. Además, Polanski iba a dar un conversatorio para el cual ya se encontraban agotadas todas las localidades. La organización manifestó que lo sucedido les causa «profunda desazón», pero que llevarán adelante el homenaje «tal como estaba planeado».
Como se recuerda, Polanski huyó de Estados Unidos en 1978 mientras estaba en libertad bajo fianza tras haber pasado un tiempo en prisión por los cargos de abuso sexual contra Geimer, en ese entonces de 13 años (hace varios años ella misma retiraría los cargos). Polanski se declaró culpable, y fue enviado a prisión en «evaluación» durante tres meses, aunque sólo llegó a pasar ahí 47 días. Tras huir de la justicia, el cineasta obtuvo la ciudadanía francesa, evitó la extradición y nunca volvió a territorio estadounidense. Veremos qué ocurrirá pues, al parecer, su condición legal en la Unión Europea no permitiría su extradición a Norteamérica.
(Vía El País)
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