The Informant!
Dir. Steven Soderbergh | 108 min | EEUU
Intérpretes: Matt Damon (Mark Whitacre), Scott Bakula (Agente Brian Shepard), Joel McHale (Agente Robert Herndon), Melanie Lynskey (Ginger Whitacre), Thomas F. Wilson (Mark Cheviron), Allan Havey (Dean Paisley), Scott Adsit (Sid Hulse), Eddie Jemison (Kirk Schmidt), Clancy Brown (Aubrey Daniel), Tony Hale (James Epstein), Andrew Daly (Marty Allison)
Estreno en España: 25 de setiembre de 2009
El soplón (The Informant!) es una película un tanto extravagante. No es cómica, pero tampoco es melodramática. No es una denuncia en sí, tratando como lo hace sobre el mundo de la empresa y sin embargo hace hincapié en la leyes de control que surgieron a partir del caso expuesto, y supervisadas por la fiscal general Janet Reno. Habla de una época de paso, de una época casi sin personalidad, la década de los noventa. Un antihéroe bipolar más listo de lo que a simple vista parece, Mark Withacre, que seguramente está llevándose una buena tajada por aparecer su historia en un libro y ahora en celuloide. En pleno boom de los acuerdos entre ejecutivos de multinacionales para fijar los precios con los competidores (nada que no sepamos ya) este curioso personaje, que parece diversificar su atención en mil puntos a la vez, se presta a colaborar con el FBI con la idea de salvar su pellejo dentro de la empresa.
Carnaval de mentiras
Después del ambicioso proyecto de investigación por el que Steven Soderbergh quiso averiguar qué significa un símbolo tan universal como es «la cara del Che» impresa en forma de poster o camiseta, este complejo cineasta, cuya carrera cinematográfica bascula entre proyectos independientes de personal indagación, Sexo, mentiras y cintas de video, escrita en poco más de una semana, ganadora de la Palma de Oro en Cannes 1990, la extraña Kafka, El rey de la colina, Schizopolis, Full Frontal, Bubble, o El buen alemán, (donde cimenta la asociación artística con George Clooney que traería luego más títulos), y cine comercial (no sin calidad) que satisface al establishment hollywoodiense: Traffic, (Oscar 2000 Mejor Director), Erin Brockovich (Oscar 2000 Mejor Actriz para Julia Robert), que a su vez le valió la segunda nominación (en el mismo año) a Soderbergh como mejor director tanto en los Oscar como los Globos de Oro, o la seductora Solaris. Luego vendrían las juergas con amigos, y el divertimento colorista de los Ocean’s , para volver a apropiarse de un proyecto de otros y hacerlo a su manera ambiciosa, las dos partes del Che.
Me gustan las contradicciones de este realizador de Atlanta, la ambigüedad que demuestra como artista, aspecto que lo hace aún más artesanalmente autor y comerciante. Un trabajador incansable, de variable paleta envuelta en una neblina de hibridez indi desde la temática a la estética y las formas. Llega ahora a los cines con una historia real, la de Mark Withacre, para la que ha contado con otras buenas asociaciones de su lista de actores, Matt (Bourne) Damon, otro de los chicos Ocean’s junto a George Clooney en la producción. Sin olvidarnos que también este año estrena, si llega a nuestras salas, The Girlfriend Experience con la actriz porno Sasha Grey, y tiene en puertas un musical sobre Cleopatra en 3D. El chico suda la camiseta.
El soplón (The Informant!) es una película un tanto extravagante. No es cómica, pero tampoco es melodramática. No es una denuncia en sí, tratando como lo hace sobre el mundo de la empresa y sin embargo hace hincapié en la leyes de control que surgieron a partir del caso expuesto, y supervisadas por la fiscal general Janet Reno. Habla de una época de paso, de una época casi sin personalidad, la década de los noventa. Y lo hace Soderbergh con cierto lenguaje de los setenta, con una imagen digital de futuro, un actor que se ha transformado físicamente, y un empaque aburrido en todo el conjunto, engañándonos un poco a todos con su historia del engaño sin fin. Matt Damon interpreta con suma maestría a un majadero de la dirección empresarial norteamericana. Un antihéroe bipolar más listo de lo que a simple vista parece, Mark Withacre, que seguramente está llevándose una buena tajada por aparecer su historia en un libro y ahora en celuloide. En pleno boom de los acuerdos entre ejecutivos de multinacionales para fijar los precios con los competidores (nada que no sepamos ya) este curioso personaje, que parece diversificar su atención en mil puntos a la vez, se presta a colaborar con el FBI con la idea de salvar su pellejo dentro de la empresa. Pero lo que descubrirán a lo largo de la década, tanto el FBI como el espectador, es que este ejecutivo no dejará de dar muchas sorpresas. Entre un thriller y una farsa o una perversa broma Soderbergh se mantiene alejado de la seria y angustiosa El dilema de Michael Mann.
El mayor atractivo de la ambigua cinta de Soderbergh es la performance de un actor con talento: Matt Damon, una de esas jóvenes promesas hollywoodienses que llegó y besó el santo. El primer guión y película que compuso junto a su amigo de estudios, Ben Affleck, se llevó el Oscar al mejor guión original. A partir de ahí, o tomas una carrera con mucho tino e inteligencia o te hundes en el recuerdo. Fue lo primero lo que Damon enfiló, y los mejores directores han contado con él: Gus Van Sant, Francis Ford Coppola, Steven Spielberg, Martin Scorsese, Robert de Niro, Clint Eastwood, y por supuesto Soderberg, además de verse superado por un personaje, el agente Jason Bourne. Eso es tener buena estrella.
Soderbergh y Damon, buen cóctel.
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