Una versión bastante ambiciosa es la que se viene preparando en base a la que es, hasta ahora, la última novela de Gabriel García Márquez. Es una coproducción entre México, España y Dinamarca, que tiene como director al veterano realizador Henning Carlsen (Oviri), el cual trabajará bajo un guión elaborado por el francés Jean Claude Carrière, nada menos.
Pero esta semana, a poco de iniciar el rodaje en el estado de Puebla, México, acaba de anunciarse el inicio de supuestas acciones legales en contra de los involucrados en el proyecto, incluido el propio escritor colombiano. La directora de la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe, Teresa Ulloa, dijo hoy a los medios que la medida pretende impedir que Memorias de mis putas tristes sea llevada al cine, por considerar que promovería la prostitución infantil y la corrupción de menores en general.
Ulloa indicó que la denuncia será interpuesta el lunes en la Procuraduría General de la República de la capital mexicana y estará dirigida contra García Márquez; el gobernador de Puebla, Mario Marín; el secretario de Finanzas del estado, Gerardo María Pérez; además de los representantes legales de las empresas Televisa y Femsa, que tienen participación como productoras. «Como libro no tiene acceso a las personas más vulnerables de la sociedad, pero una vez que se haga en película estará en cines y luego seguramente pasará por televisión. No queremos meter a la cárcel a García Márquez (…) Lo que quisiéramos es que no se filme la película», dijo.
La novela está ambientada en la ciudad de Barranquilla, durante los años 30, y en ella se relata el amor entre un nonagenario y una joven de 14 años. En el transcurso del relato, éste describe sus vivencias con otras mujeres y descubre nuevamente la ilusión del amor en un momento en el que sólo esperaba la muerte. ¿Suena dudoso? Al parecer la organización en cuestión coincide perfectamente con el Ministerio de Cultura de Irán, que en 2007, prohibió la distribución del libro en su territorio, también porque creían que promovía la prostitución.
(Vía La Tercera)
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