El Festival de Rio de Janeiro 2009 está por concluir, en un rato más se anunciarán a los ganadores, y yo los recibiré en Lima, tras vivir dos semanas como pocas en la ciudad que siempre tiene algo que celebrar. Gracias a la red Nisi Masa, pude formar parte del Nisimazine Rio workshop que se realizó en el marco del festival brasileño, la segunda incursión de la asociación europea de jóvenes críticos en Latinoamérica -la primera se realizó en agosto pasado en Lima.
Aquellas fueron dos semanas de puro y duro trabajo: ver películas todos los días, hablar de ellas, escribir sobre ellas, entrevistar a sus realizadores, actores, productores, asistir a los estrenos, y demás agasajos. Abriendo y cerrando el día siempre con la brisa de las playas de Copacabana. Terrible, ¿no?
Uno de mis primeros trabajos fue la conversa que tuve con los directores brasileños Marcelo Gomes y Karim Aïnouz. Luego de ver su más reciente trabajo, que compite en la Sección Oficial Brasileña, Viajo porque preciso, regreso porque te amo (Viajo porque preciso, volto porque te amo), pensé inmediatamente ‘aquí tenemos a la ganadora absoluta’. Esta pequeña y muy personal cinta probablemente se lleve varios premios hoy, y luego se llene las manos en más festivales internacionales, antes de llegar a nuestra Lima el próximo año. Lo firmo.
Ambos realizadores, confirmando la extrema amabilidad de los cariocas, no dudaron en darme unos minutos, luego de dos horas de una charla con el público. Esta fue la entrevista, originalmente publicada en inglés en Nisimazine #2:
¿Cómo comenzaron el proceso creativo para esta película?
Marcelo Gomes: Comenzamos juntando diferentes imágenes, sin saber qué tipo de película queriamos hacer, ni siquiera sabíamos si ahí teníamos una película. Hicimos un viaje de casi 2 meses filmando imágenes con las que nos sentimos muy involucrados. Juntamos imágenes en Super 8, 16mm., fotografías, video; luego las revisamos muchas veces, y discutimos sobre ellas durante años. Karin hizo sus películas, y yo hice la mía. Luego de eso, decidimos juntarnos nuevamente, porque amamos esas imágenes, y queríamos volver a sentir lo que sentimos durante aquel viaje.
Karim Aïnouz: En 1999 filmamos gran parte de lo que se ve en la película, el resto lo grabamos este año. También usamos fotografías que tomamos alrededor del 2006. El proceso fue más el trabajo de un coleccionista, robando imágenes, grabando sonidos. Podíamos intuir que aquello se podría convertir en una película, pero la razón principal del viaje no fue pensar qué filme podríamos conseguir.
Leí que su película fue una especie de respuesta a los nuevos medios, como Internet, que está contaminando el cine. ¿Cómo desarrollaron esta idea?
KA: Creo que es más la idea de un diario personal. Hace unos años era un diario escrito a mano, luego con máquina de escribir, ahora son blogs, fotoblogs, videologs, pero todos estos son solo diferentes formatos para un diario personal. El que más influyó en nosotros fue el el clásico hardcore, físico álbum de fotos.
MG: Sí, en 1999 el álbum de fotos influyó mucho en nosotros, pero como artistas de su tiempo, nosotros también fuimos influenciados por otras cosas que sucedieron durante estos 10 años. Siento que eso es lo más maravilloso de este proceso, la película se terminó en 2009, ¡pero tiene la influencia de una década!
KA: Ahora, pienso que la película ha sido perversamente influenciada por la Internet: algo que siempre será un misterio para mi es saber porqué alguien tiene un blog. No entiendo porque alguien muestra su vida íntima, de manera pública. Creo que Internet influyó en nosotros de una manera extraña porque nuestra película es como un diario personal que ha sido robado, lo cual es completamente distinto a un diario público. Es más como un álbum de fotos clásico que tu guardaste todo este tiempo, ahora lo abres y lo subes a Internet.
¿Cómo fue la experiencia de trabajar juntos en la dirección?
MG: Trabajamos juntos durante la filmación, la escritura del guión, y la edición… ¡y peleamos todos los días! Fueron peleas muy creativas, el proceso creativo es la discusión. Ambos compartimos el mismo gusto por las películas, compartimos las misma idea sobre el cine, compartimos nuestro deseo de hacer filmes que te hagan feliz, hacemos películas para hablar con la gente.
¿Por qué Acapulco en esa última parte?
KA: Cuando terminamos de discutir sobre el guion, pensé: «Quiero que este tipo tenga que bucear». De alguna manera, se nos ocurrió la idea de Acapulco, con sus clavadistas y todo eso. Transmitía exactamente la sensación que queríamos expresar. Bucear, refrescarse, en aguas cristalinas. Si tu vas a una cascada, cuando sales de ahí, te sientes realmente reenergizado. El agua fue la mejor imagen para traducir esa sensación de frescura.
(Foto: Silviu Pavel, para Nisimazine)
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