Death at a Funeral
Dirección: Frank Oz | 90 min. | Reino Unido y EE.UU.
Intérpretes: Ewen Bremmer (Justin), Peter Dinklage (Peter), Matthew MacFadyen (Daniel), Kris Marshall (Troy), Alan Tudyk (Simon), Rupert Graves (Robert), Andy Nyman (Howard), Daisy Donovan (Martha), Jane Asher (Sandra), Peter Vaughan (Alfie), Peter Egan (Victor), Thomas Wheatley (reverendo).
Estreno en Perú: 24 de setiembre de 2009
Un ilustre pater familias ha muerto y, en el funeral, sus hijos discuten sobre quién va a financiar el entierro. En esas circunstancias ocurrirán hechos insólitos, protagonizados por personajes inesperados, que conducirán a una reconfortante solución. Comedia de humor negro británica, poco pretenciosa, pero eficaz, con actuaciones solventes a partir de un guión construidos en base al contraste entre la formalidad de la situación y la ocurrencia de hechos irreverentes, basados en la exacerbación de esa misma formalidad.
Película de humor negro británica, muy lograda, y cuya única pretensión es hacernos reír. Su clave estructural consiste en un trabajo de contraste a tres niveles. En primer lugar, la contraposición entre la formalidad de los personajes y las situaciones insólitas en las cuales se ven envueltos. La mayor parte de la cinta transcurre en una casa campestre donde se celebra un funeral y al cual arriban los distintos protagonistas, miembros de la familia y amigos del fallecido. Todos impecablemente vestidos y formales, pero que, luego, a través de las peripecias de la trama, terminan echando por tierra todo atisbo de formalidad; justamente exacerbándola hasta el absurdo.
Esto nos lleva al segundo nivel de contraste, entre un grupo de personajes que tienen motivaciones serias en torno a los costos del funeral y el futuro hogareño, luego de la desaparición del patriarca de la familia, contra otro tipo de personajes que tienen motivaciones rocambolescas y características maniáticas. Dentro de los primeros, tenemos al hijo mayor del muerto, su esposa y la viuda; a los que podríamos sumar hasta cierto punto al hermano menor escritor. Ellos actúan motivados por deseos e intenciones convencionales. Entre el segundo grupo tenemos a los dos primos, uno preocupado por aspectos de detalles físicos y, el otro, que asedia tontamente a otra prima, un poco histérica y preocupada por el comportamiento de su verdadero novio. Luego tenemos a un viejo en silla de ruedas, cascarrabias a más no poder. Con ellos el humor funciona justamente a partir de la exacerbación de los detalles formales. A la vez, este segundo grupo rodea y atenaza a los personajes del primer grupo, más convencional.
Aparte, hay un par de personajes que funcionan como puente entre estos dos grupos. Uno de ellos es el ya mencionado novio de una de las sobrinas del muerto; quien casi desde el comienzo pasa del bando de los formales al desquiciamiento más completo; al punto que su personalidad se ve trastocada, accidentalmente, por una circunstancia que lo lleva a comportarse de manera alucinante. Y el segundo personaje-puente es un enano, también aparentemente formal, pero con algunas facetas insólitas y también rupturistas de la formalidad; y, a la vez, que juega un papel decisivo en el desenlace de la cinta. De esta forma, el diseño de estos tres grupos de personajes facilitan un curso dramático en espiral, crecientemente descabellado, irreverente y con momentos desopilantes.
Finalmente, tenemos algunos gags extraordinarios a cargo de varios de estos personajes que también están basados en el principio irónico del contraste; pero que esta vez llegan a lo escatológico, aunque de manera muy puntual. Estos gags son los picos que ayudan a mantener el humor y elevarlo hasta el paroxismo. Sin embargo, hay un anti clímax en el momento de mayor gracia, en el que ocurre un corte frío que apaga lo que podría convertirse en una apoteosis de risa descontrolada en el público. Está a cargo del hijo mayor del fallecido, quien restituye el plano de lo formal y resuelve el nudo dramático planteado con su hermano y relacionado con la memoria del patriarca familiar. De esta manera, la película concluye a la manera de un drama ligero y con un suave toque de humor final, levemente desenfadado.
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