Intérprete de amplia y reconocida carrera, la británica Jean Simmons falleció el día de ayer a los 80 años de edad en su hogar de Santa Monica, California, luego de una larga batalla con el cáncer pulmonar.
Nacida en el seno de una numerosa familia londinense, Simmons comenzó a demostrar sus inclinaciones artísticas desde muy pequeña y en la adolescencia logro convertirse en una prometedora figura del cine de su país tras aparecer en las ahora clásicas Narciso negro del dúo Powell & Pressburger y la versión de Grandes ilusiones que dirigió David Lean y en la que Jean tuvo el papel de la joven Estela.
Pero sería en 1948 cuando llegaría la película que lanzaría su carrera hacia el mundo de Hollywood. Laurence Olivier la convocó para su segundo trabajo como director, tras su adaptación de Enrique V. Nuevamente basado en Shakespeare, la estrella le otorgó a Simmons en papel de Ofelia en su interesante Hamlet. La cinta se convirtió en un éxito, ganado premios como el León de Oro en Venecia y cuatro premios Óscar, entre ellos el de mejor película.
A partir de entonces comenzó a ser una figura constante en la gran industria: Angel Face, Guys and Dolls, The Big Country, o la recorridísima de Semana Santa, El manto sagrado. Tal vez de todos sus roles en cintas épicas, por el que más se le recuerde sea por el de Varinia, en Espartaco, estrenada en 1960, el mismo año que apareció en otra de sus mejores películas, Elmer Gantry, dirigida por su en ese entonces esposo Richard Brooks, y en la cual se convertía en una religiosa que atestiguaba la ascensión del fanático personaje de Burt Lancaster.
Llegada la madurez, su presencia en el cine fue menguando en beneficio de una imagen de ocasional actriz televisiva, aunque habría que destacar la intensa The Dawning (1988), cinta acerca de la violencia política en Irlanda y en la cual también participaban Anthony Hopkins y el entonces desconocido Hugh Grant.
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