Hoy sábado 30, Perú 21 publica un artículo sobre el incremento del mercado cinematográfico en el Perú, en el que las cadenas exhibidoras van a construir 29 salas más, calculando un total de 25 millones de espectadores para el 2010.
En la nota se manifiesta, en boca de directivos de Cinemark y Cineplanet, que el consumidor nacional ha experimentado una «evolución» en los últimos tres años, entre la «concientización» respecto de la piratería y el «aprendizaje» de diferenciar entre una proyección fílmica y ver el estigmatizado «un DVD pirata en la casa».
De esta manera, el público contará con un total de 320 salas en todo el país, pero con la misma oferta hollywoodense sobre la cual, por supuesto, los representantes de las empresas no hacen comentario alguno, ya que es el aspecto más discutible del proceso «evolutivo» al que hacen referencia. Por lo visto, el negocio va muy bien, y no necesita de la ayuda de la pretendida Ley Raffo-Majors para ampliar su inversión en infraestructura.
Vean un fragmento de la nota:
Cineplanet, que ya tiene el 46% del mercado nacional, planea desembolsar US$10 millones en la construcción de tres complejos, de los cuales dos estarán en Lima y uno en provincias. En tanto, Cinemark construirá este año dos nuevos complejos: uno en Lima y otro en provincias, en los que invertirá US$6 millones.
A pesar del importante crecimiento que ha experimentado este negocio de entretenimiento, aún tiene una baja penetración de mercado pues apenas llega al 20% de la población, sostiene [Tito] Aguilar[, gerente de Márketing y Comercial de Cinemark].
Afirma que, en tres o cuatro años, este mercado se podría duplicar, impulsado por los 20 proyectos de centros comerciales que se desarrollarán próximamente. «Hay campo por explorar, sobre todo en provincias. Hay zonas de Lima que no están cubiertas», puntualizó el ejecutivo.
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