El ex enfant terrible del cine norteamericano, ahora rehabilitado de las drogas fuertes y con un hija de menos de un año, visitó Rotterdam para presentar su nuevo filme, el cual bien podría ser un intermedio entre «También los enanos empezaron pequeños» de Werner Herzog y «Los idiotas» de Lars von Trier.
Trash Humpers, nuevo ejemplo de cómo obtener belleza reciclando caos y fealdad, es un retorno a la radicalidad de las películas que lo hicieron reconocido, Gummo (1997) y Julien Donkey-Boy (1999), tras haber pasado por un cine más convencional con Mister Lonely. Su ausencia de cerca de 7 años, tras un total desapego hacia el quehacer cinematogáfico, dio oportunidad para ponerse al día con la particular e influente visión artística de Harmony Korine, tan alabado por directores como Bertolucci, Godard, Herzog, Gus van Sant y Lars von Trier.
Tuve la oportunidad de conocerlo hace unos días en el marco del 39º International Film Festival Rotterdam junto a una colega rumana, Miruna Vasilescu, e intenté retratar nuestra conversación sin mayores pretensiones periodísticas.
PS: Subtítulos en español aún no están disponibles.
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