Videoartista estadounidense retratador pop del absurdo de su sociedad. El vértigo y el colorinche componen sus tomas, tergiversan el ambiente. Lo hacen onírico pero hilarante.
La escuela empírica del videoclip casero la aplica con desparpajo, sin la timidez del amateurismo. Frescura que se aprecia más atractiva, por libertina y provocadora, incómoda a los conservadores y ortodoxos del lenguaje y los métodos.
Sus películas parecen haberse hecho para el formato YouTube, si es que hubiera uno. Videos personales para consumo personal, íntimo, que se enfrentan al espectador, solos, como postales dedicadas a cada uno de nosotros.
Diseñador de profesión en la Escuela de Rhode Island, no diseña grafías sino situaciones esperpénticas que reflexionan sobre la globalización, o proceso igualatorio, y el consumo harto de la misma purina, de la misma cantaleta.
Por su precoz brillantez fue considerado como uno de los «23-Year Old Masters» en un artículo del Wall Street Journal. Hoy a sus 28 años, será un vejestorio.
Trecartin, dirige y actúa. Su familia y amigos, actúan y apoyan. Un círculo cerrado que no demanda de gran presupuesto para seguir juntos en su sistema de producción. Entonces, ¿requiere Trecartin que un Estado lo financie? Tal vez no lo quiera ni necesite. Y es que es un indie de ala dura.
Sus obras intentan emular la experiencia de navegar en la Internet, donde nos invaden los colores de todas las tonalidades y la información gratuita más superflua. En una entrevista del blog de More Intelligent Life, el videoartista razona sobre su trabajo.
Breves sobre dos de sus películas:
K-Corea INC.K (section a): la globalización que no sólo importa y exporta productos sino culturas y razas.
Sibling Topics (section a) : la familia como institución de la sociedad es también una institución que educa emprendedores, exitosos del dinero: capitalistas, ciudadanos de hoy.
Estas películas y un bonus track, P.opular S.ky (section ish):
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