Es el 2003 y la guerra continua. El subteniente Roy Miller (Matt Damon) y su equipo tienen la misión en Irak de encontrar bombas ocultas bajo el suelo del desierto. Más que encontrar bombas, descubrirán un boicot a su misión, que no sólo los amenaza sino también al pobre país donde se encuentran destacados. Miller, solitario, intentará dilucidar el misterio. Entonces, se propone la metáfora que, en un conflicto, más difícil que encontrar químicos es encontrar la verdad.

Damon vuelve a trabajar a la órdenes de Paul Greengrass desde Ultimatum Bourne, pero no es el único de vuelta que convoca el director. Y es que detrás de cámaras regresan con Greengrass el equipo que colaboró con el en United 93 y la saga de Bourne. Todos de amplio recorrido, pero de particular labor con el director británico.

Junto a Damon, completan el elenco Greg Kinnear (como el agente de Inteligencia Clark Pundstone), Brendan Gleeson (como el delegado de la CIA Martin Brown), Amy Ryan (como la periodista Lawrie Dayne), Khalid Abdalla (como el traductor irakí Freddy) y Jason Isaacs (como el teniente coronel Briggs).

Green Zone está en las pantallas norteamericanas desde el 12 de marzo, misma fecha del estreno en España y algunos países de Europa. En Perú se espera para el 24 de junio con la esperanza de su adelanto.

El cine gringo en Irak sigue gustando (las últimas En el valle de Elah y La zona del miedo lo demuestran). Esta podría mantener la racha. Los nombres dados dan buen aire.