Rebuild: Repitiendo, no reconstruyendo
¿No bastaron Death & Rebirth y The End para atar los cabos que la serie dejó sueltos? ¿Fue necesario que Gainax proyecte cuatro filmes, tres de renarración, antes de presentar el final definitivo recién en el cuarto y último? Siendo tan evidente el objetivo de lucrar con la firma de Evangelion, era de esperarse que el famoso estudio de animación se concentre en la decoración y espectacularidad de algunas escenas de combate en pos de llamar la atención del friki impresionable, del otaku coleccionista -esos que hacen taquilla- en lugar de continuar la narración desde los hechos ahora revelados como inconclusos que significaron el desenlace de The End of Evangelion. Entenderíamos entonces que era un legítimo interés de Hideaki Anno y Cía. por responder las interrogantes varias que dejó la última película estrenada en julio de 1997 y no un emprendimiento económico que lo defino como refrito. El refrito responde al nombre de Rebuild of Evangelion.
A menos tardar, el 2011 será la fecha del estreno de la última película del lote Rebuild, sin título confirmado. Antes, tres estrenos en el periodo de 5 años, desde el anuncio del proyecto el 2006 en la revista NewType, servirán como antesala, lenta y de menú repetido, al descenso del telón. Hoy, marzo del 2010, estamos a la mitad del camino, pasados ya los estrenos de You are (not) alone, You can’t (not) advance y esperando la llegada de 3.0 para este agosto.
Concluido el ciclo, Evangelion cumplirá, con puntos suspensivos, 16 años, para gloria de Gainax; “nació” en octubre de 1995 con el estreno de su primer episodio. En su palmarés se anotan, hasta la fecha, cuatro Grand Prix como el Mejor Anime del Año (1995 y 1996 por la serie, 1997 por The End y 2009 por You Can’t (Not) Advance, segunda de Rebuild), premio entregado desde 1979 por la decana revista Animage.
Si quisiéramos excusar la razón de este proyecto, arguyéramos que Rebuild servirá para que una nueva generación valore en pantalla grande un hito de la animación seriada. Asimismo, solemnes, manifestaríamos nuestro regocijo cinéfilo porque Evangelion llegó al écran y ahora es parte de la historia del cine -eso si no supiéramos que ya se estrenaron dos películas-. Los Gainax, con las manos que no les caben en los bolsillos, se burlarían de ese razonamiento. No obstante, la continuidad de la fanaticada y la preservación del título mediante el cine, que nunca fueron los motores del proyecto, podrían ser una realidad fortuita con el paso de varios almanaques. Galaxy Express y los primeros Gundam (0079 y Z) vienen a mi mente como casos similares.
Death: Vale más una buena hora en vez de largas 5 o más
Las películas Rebuild se presentan como un resumen detallado de la serie principal y las dos películas que la sucedieron (Death & Rebirth y The End). Más de 700 minutos, de los que Anno, director de toda la saga, seleccionaría el material exclusivo para su reconstrucción visual más que argumental. En Rebuild, a comparación de las entregas previas, donde hubo cielo azul hay atardecer rojizo, donde hubo salpicones de sangre hay chorros, donde hubo alboroto en los combates hay caos, donde hubo sobriedad hay estridencia. Como si la presentación en pantalla grande demandara rimbombancia como cuota obligatoria.
Dicho esto, nos remitimos a la primera película, Death & Rebirth (1997), principalmente el episodio Death, que es un magistral “resumen” de la serie en la que se alternan las secuencias de cada personaje presentándolos en forma separada, para comparar con pena al proyecto presente. Las sonatas para cuerdas de Bach (Vorspier y Gravotte in Rondo) y Johann Pachelbel (en cuarteto), que reposan las acciones y sirven de intro a cada presentación, dotan de malévola elegancia al apocalipsis por suceder. Melancólicas melodías que definen las sicologías deprimentes de los personajes, que arriesgan sus vidas en cada combate para autodefinirse en el vértigo de la acción.
Death no funge como recapitulación de los 26 episodios de la serie sino como presentación de los personajes que, acto seguido, definen los resultados de la historia, lo que es más eficaz que la rememoria de varios pasajes menos trascendentes. Realización necesaria como calistenia al epílogo que son, íntegros, el segundo episodio de la misma película, Rebirth y la posterior The End.
Si bien mencionamos en algunos aspectos a la serie original, para su apreciación y comprensión no es necesaria ninguna visión previa, entiéndase los 26 episodios, pues Death es un prólogo contundente del verdadero contenido y final de la obra. Con poco más de una hora de duración vale más, por su estructura de collage y contenido puntual, que las tres horas vistas entre 1.0: You are (not) alone y 2.0: You Can’t (not) advance, quedando dos horas más por verse de la próxima 3.0.
El episodio Death logra condensar la emotividad de Evangelion sin saturarnos con los varios devaneos de los protagonistas. Sonoriza, silencia y musicaliza sus sentimientos. En ese gran episodio, Anno define el carácter de su obra, da predominio a las introspecciones sonadas en off, las que matiza con cotidianeidades y esporádicos chispazos de las batallas, ninguno con más énfasis que otro. Los robots gigantes son acaso como cualquier objeto y persona con el que conviven sus pilotos, con los que intentan comprenderse a cuestas del dolor.
Por su parte, pobremente, You are (not) alone y You can’t (not) advance nos cuenta con punto y sin coma lo sucedido desde el inicio de la historia, cuando muchas cosas pasan pero pocas importan. Y aún queda una más.
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