La ciudad perdida (2005)


La ciudad perdida, la familia ídem

Estrenada en la cartelera peruana por Star Films, La ciudad perdida (The Lost City, 2005) es la opera prima, y único largometraje concluido hasta el momento, de Andy García, proyecto por el que estuvo luchando unos dieciséis años, desde su esplendor como actor, en la época del policial Lluvia negra (1989), de Ridley Scott, y El padrino 3 (1990). Nacido en Cuba, su familia dejó la isla en 1961, cuando sólo tenía 5 años. Se trata de un emprendimiento muy personal, dirigido, protagonizado y producido con apenas 10 millones de dólares, un presupuesto que está muy por debajo del estándar de Hollywood.

Como es previsible en alguien que se considera un exiliado político (aunque más bien es un hijo del exilio), la cinta es una visión nada neutral de los regímenes de Fulgencio Batista y Fidel Castro, en sus postrimerías y albores, respectivamente, que están atravesados por las contradicciones que la Revolución agudizaba en la sociedad cubana, dividiéndola como al clan Fellove, en el que se dan cita viejos conservadores, jóvenes insurrectos y ánimos ambiguos y contemporizadores. Esa línea intermedia, difusa, encarna el propio García, en el rol de Federico, apasionado de la música y dueño de un cabaret, que no confía en lo que se viene y que, en la medida de lo posible, trata de salvar a las víctimas de cada lado.

Independientemente de los sesgos inevitables en un tema tan sensible, La ciudad perdida falla, en primer lugar, por defectos fílmicos, pero es difícil separarlos de la ansiedad del autor por dejar la peor imagen posible de Castro y de todo lo que representa, por más justa que pueda ser su causa. Es decir, una vez más el cine demuestra que, así como los temas del racismo y la solidaridad son capaces de engendrar algo como Un sueño posible, la reconstrucción de la génesis de una dictadura, la más larga hoy vigente, puede devenir en un producto falto de recursos expresivos, acartonado, fallido.

Un fresco histórico amplio y vehemente, generoso en el metraje y concebido por tantos años y tantas revisiones, son variables bastante complicadas para un debutante en el largometraje, sobre todo cuando posee un mediano talento. En el esquema escogido por García, hay mucho que contar (y a la vez no, por la impericia), inflexiones cronológicas que subrayar, procesos que puntualizar, personajes que mostrar con cierta calma. Los 144 minutos no alcanzan para un relato fluido y sin apuros, en el que las discusiones familiares se fuerzan, las personas enviudan y los apegos se evaporan a vuelo de pájaro, porque de lo contrario la edición superaría las tres horas. Un elemento adicional para el embrollo debe haber sido el guión de Guillermo Cabrera Infante, un manifiesto anticastrista que brilló en la literatura pero nunca llegó a tener oficio en el cine, y que no pudo representar el contrapeso que necesitaba la propuesta del realizador.

Lo común es la irregularidad en el tono y el énfasis de las acciones, agravada por la enfática postura de García y su afán reconstructor que echa mano de locaciones de República Dominicana. Batista es caracterizado como un muñeco envanecido con el poder, y en general la caída de su gobierno palidece frente a las escenas similares de El padrino 2 –provistas, por supuesto, de mayor producción–; un hermano de Fico provoca la muerte de su tío por motivos ideológicos, y paga su pecado con el suicidio; la viuda del otro hermano combatiente se deja envanecer por el flamante poder y abandona a Fico, que había «heredado» su compañía, una decisión argumental que nunca pasa del simple postulado; el papel de Bill Murray desentona, y mientras Fidel y El Che Guevara lucen frívolos como en una gris marquesina, el viejo país que representa don Federico (Tomás Milian, el Trujillo de La fiesta del Chivo) está visto con decoro e incluso añoranza. Esa es la clave del filme, una extraña nostalgia, matizada por la siempre encantadora música cubana.

Actualmente, García desarrolla los proyectos Clemente, biopic sobre el beisbolista portorriqueño Roberto Clemente, en el que actuaría Dustin Hoffman, y Hemingway & Fuentes, en el que Anthony Hopkins interpretaría al autor de El viejo y el mar.

The Lost City

Dir: Andy García. | 144 min. | EE.UU.

Guión: Guillermo Cabrera Infante

Intérpretes: Andy García (Fico Fellove), Néstor Carbonell (Luis Fellove), Inés Sastre (Aurora Fellove), Bill Murray (escritor), Tomás Milian (Federico Fellove), Steven Bauer (Capitán Castel), Dustin Hoffman (Meyer Lansky), Juan Fernández (Fulgencio Batista), Millie Perkins (Cecilia Fellove), Richard Bradford (Donoso Fellove), Enrique Murciano (Ricardo Fellove), Dominik García-Lorido (Mercedes Fellove), Jsu García (Ernesto «Che» Guevara), Gonzalo Menéndez (Fidel Castro).

Estreno en España: 3 de noviembre de 2006.

Estreno en el Perú: 22 de abril de 2010.

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