Antes que partieran a la Côte d’Azur, intercambié emails con Diego y Daniel, los hermanos Vega. Ellos tuvieron la amabilidad de explayarse para que conozcamos más de su cine, de sus inquietudes y sus ambiciones.
¿Cómo llegaron a la historia que presentan en «Octubre»?
Diego: Es muy complicado de explicar, ya que ha sido un largo camino, lo único que sobrevive de la historia original es un billete (un billete falso, como en la película de Bresson) que en este caso no ‘viaja’ mucho.
Escribimos diez versiones del guión, así que las diferencias son muy grandes. Pero si tuviera que elegir qué nos hizo llegar al personaje final y a sus conflictos diría que desde el inicio creamos una especie de «familias desestructuradas»: o bien faltaban algunos miembros o estos tenían una relación muy particular entre sí. Comenzamos a escribir una historia acerca de 5 de estas familias, y terminamos contando la historia del «intento de construir una familia».
Situar la historia en un mes tan tradicional para Lima podría indicar que la ciudad tendrá una fuerte presencia en el filme. ¿Es este el caso, o será una historia más universal?
Diego: Decidimos que la historia ocurra en octubre porque creemos que suceden milagros en la historia. Pero cuando decimos milagros nos referimos a «pequeñas cosas» con el poder de cambiar la vida de la gente. Más allá de la presencia de la ciudad en la cinta, «Octubre» es más un filme ‘interior’, donde la ciudad tiene presencia a través de sus personajes. Es una historia que ocurre en Lima y pienso que sí puedes sentir la ciudad, pero creemos que hemos hecho una historia más simple y universal, que puede suceder en cualquier lugar.
¿Cómo se dividen las tareas durante el proceso creativo?
Diego: Solo hemos hecho un corto y un largometraje juntos, así que aun no podemos hablar de un método de trabajo. Como soy guionista, yo soy quien se sienta a escribir al inicio, y Daniel trabaja más en la reescritura.
Pero la clave es conversar un montón. Discutimos sobre distintos temas, libros o películas, y tenemos largas conversaciones, que por lo general terminan abruptamente cuando uno de los dos se cae de sueño.
Daniel: Durante el rodaje yo me encargo del aspecto visual y Diego trabaja con los actores, pero previamente todo esta muy conversado y muy claro entre nosotros. La idea es evitar contradecir las indicaciones del otro.
Cuando recién comenzaban a considerar hacer películas, ¿qué idea tenían del cine peruano?
Diego: En esa época estaba viviendo en Madrid y el cine peruano me era completamente ajeno. Estudiaba Economía y había visto muy pocas películas peruanas (la mayoría, de Lombardi). Luego, cuando decidí estudiar cine y fui a Cuba, tuve la oportunidad de ver muchas películas y mucho más del cine de mi país. Recuerdo haber visto por primera vez «Radio Belén» de Gianfranco Annichini. Me impresionó mucho su sensibilidad.
Daniel: Honestamente, yo lo veía más como un sueño. Al principio nunca pensé que podríamos lograr hacer un proyecto tan grande. Regresé a Perú el 99 luego de vivir diez años en el extranjero. La realidad me golpeó. Tuve que comenzar a buscar trabajo, y no conocía a nadie aquí. Fue muy difícil. Recuerdo que cuando obtuvimos el primer reconocimiento por el guión de «Octubre», en el 2006 de la Fundación Carolina y la Casa de América en España, decidí ir porque era una gran oportunidad, pero tenía que dejar aquí a mi esposa y a mi hijo durante dos meses. Y no eramos precisamente ricos… Un día me llama mi esposa y me dice «No tengo un sol para comprar comida». Ahí estaba yo en España y mi familia aquí pasando dificultades. Mirando atrás diría que valió la pena, pero en aquel momento, pensé en dejarlo todo muchas veces.
¿Cómo ves el cine peruano ahora? Siendo parte de una generación que es seleccionada en Berlín, Venecia, Sundance, Cannes.
Diego: Seguimos muy emocionados por la selección en Cannes, ahora todo parece ser genial. Pero sabemos que aun tenemos un largo camino por recorrer, este es solo el principio. Si no seguimos trabajando y tratando de mejorar, esto no se convertirá en una profesión. Lo que necesitamos son cineastas que hagan carrera. Carreras extensas con muchos filmes de diversos géneros (terror, cine negro, comedia, experimental, etc). Necesitamos crear nuevos referentes para las futuras generaciones de directores.
Y todo esto esta sucediendo no solo por los directores sino porque en Perú existen muchos y muy buenos profesionales en sonido, edición, cinematografía, vestuario, arte, producción.
¿Cuál es su opinión sobre el cine digital, y las producciones de bajo presupuesto? ¿Consideran hacer películas bajo estas condiciones en algún momento? Sabemos que «Octubre» no es una producción millonaria pero requirió varios fondos.
Diego: Grabar en digital puede ser tan costoso como filmar en 16mm o 35mm. Hasta ahora hay unas pocas producciones en digital que han sido grabadas realmente con muy poco presupuesto, y que han terminado en los cines comerciales, que es hasta ahora la más grande oportunidad para recuperar dinero, para hacer más películas o para pagar deudas. Seguimos impresionados ahora, en el 2010, por películas que costaron $10,000 y llegan a los cines, pero no es novedad ver películas más baratas en YouTube.
Si pienso en el cine peruano de los últimos dos años (no tengo los datos exactos) casi todas las películas que fueron producidas con fondos (en digital o en celuloide) fueron las que terminaron en los cines. El resto de películas peruanas (el así llamado «Nuevo cine peruano») son distribuidas de manera alternativa. Y en ambos puedes encontrar filmes de buena calidad.
Nosotros siempre estamos considerando hacer películas de bajo presupuesto. Hace algunos meses fui a un taller en Lima conducido por un director brasileño, sobre cómo hacer películas con poco dinero. Estaba interesado en escuchar sus experiencias, pero ahí me enteré que en Brasil convocan concursos públicos para proyectos de bajo presupuesto que, de acuerdo a la ley brasileña, es un filme que cuesta entre $100,000 y $200,000. No recuerdo la cifra exacta pero era casi el promedio del presupuesto para una película peruana.
Nosotros rodamos Octubre antes de obtener el premio de Conacine. No lo ganamos las dos veces anteriores asi que pensamos que nunca lo obtendríamos. Entonces, decidimos filmar solo con los fondos de Ibermedia. Cuando conversamos con algunos experimentados directores de producción nos dijeron que no podrían filmarlo con los fondos que teníamos. No estábamos seguros de poder hacerlo, pero nos organizamos y lo hicimos nosotros mismos. Corrimos un gran riesgo. Afortunadamente el experimento funcionó.
Así que para algunos colegas cercanos el nuestro era un proyecto de bajo presupuesto. Entonces ¿qué es «bajo presupuesto»? En mi opinión es realmente no tener nada, agarrar una cámara, convencer algunos amigos y grabar una buena idea.
Recuerden que un presupuesto promedio para una película que es filmada con fondos (Ibermedia, Conacine, etc) va de $200,000 a $400,000. Las cosas cambian cuando hablamos del cine regional peruano que hace películas en digital sin parar, y las distribuye en lugares alternativos. Elllos graban y graban y siguen grabando, mientras que en Lima nosotros esperamos por los siguientes fondos. ¿Cómo combinamos todo este talento, voluntad y deseos de hacer cine en el Perú? Veremos lo que sucede en los próximos años.
*Esta entrevista fue originalmente realizada para la revista Nisimazine. Será publicada en la edición del 19 de mayo.
Deja una respuesta