En la última fecha, 7 de julio, del ciclo «Un Nuevo Cine Peruano», que se realiza en la UTP, se presentará -en el auditorio «Angélica Gallegos Escobedo»- el único estreno previsto para este marco. Se trata de «3», de Eduardo Quispe, el mismo autor de «1» y «2», que pudimos ver el año pasado en el Festival de Cine Limeño, realizado en esa misma universidad.
A propósito de este estreno, le hicimos una entrevista en la se habló sobre el proceso de grabación de esta película y, sobre todo, temas de fondo del cine peruano.
¿Alguna nueva exploración en “3” con respecto a tus dos películas anteriores?
Eduardo Quispe (EQ): Bueno, esta vez trabajé con más de 10 personas (normalmente trabajo con menos de 5) lo que puso a prueba mi capacidad comunicativa y organizativa, ya que trabajamos siempre sin guión. El borrador de la película nos sirve de punto de partida para que los participantes confluyamos ideas y realicemos varios procesos creativos paralelos. Jim y yo nos limitamos a canalizar ese torrente creativo hacia la dirección de la idea central de la película. La gente que trabaja con nosotros no cobra un sol, apenas si le retribuimos pasándoles películas, invitándoles pizza, alguna cena con su pisco sour, etc. Eso quiere decir que ellos creen tanto en este proyecto como nosotros; le ponen su entusiasmo, esfuerzo y su ingenio. Es prácticamente una obra colectiva, donde mi rol de director es más de motivador y facilitador.
“3” es una película sobre la realidad generacional de los jóvenes limeños; tratamos de recrear una noche cualquiera en un parque, siempre en la onda de la ficción naturalista y el documental/experimental que ya utilizamos en las películas anteriores. Nuestra temática sigue girando en torno a las dificultades en las relaciones, en una ciudad conservadora que ha sido mediatizada y que le cuesta adaptarse a tan rápidos cambios de paradigmas sociales.
¿Cuál fue la modalidad de grabación para esta película?
EQ: En esta ocasión grabamos casi toda la película de una sola toma secuencia. Como eso no es tan novedoso, buscamos la forma de darle nuestro toque original, y bueno, el resultado me dejó satisfecho. Gastamos más que en las dos películas anteriores juntas, tuvimos que grabar todo en 3 ocasiones, y tuvimos muchas dificultades, para reunir a toda la gente, para coordinar los diálogos, el nivel de participación de cada uno, pues no todos coincidíamos en el mismo horario de las reuniones y ensayos, algunos ya no pudieron participar por diferentes razones, tuve un grave problema de salud que me llevó al quirófano, falleció la madre de uno de los participantes, hubo problemas personales entre algunos miembros del elenco, entre otras cosas. Me imagino que son dificultades propias de grabar de ese modo, pero a pesar de las complicaciones, fue una buena experiencia y felizmente todo llegó a buen puerto.
Si contaras con un presupuesto más holgado, ¿saldrías del digital? O crees que este soporte tiene una personalidad propia que va con tu sensibilidad.
EQ: Si tuviera una considerable suma de dinero, encontraría una excusa para traer a Charlotte Gainsbourg, no sé, me encanta esa mujer. Nunca dejaré el soporte digital, es cuestión de principios, no sólo de sensibilidad o dinero. Si tuviera más presupuesto lo usaría para la distribución; hacer mis películas más accesibles a la gente. Por ejemplo, sacar de forma masiva ediciones de DVD de buena calidad, que cuesten 3 soles, ó 2.50, que es el precio que la gente paga en la calle. Estoy en contra de grabar en un formato tan caro y escaso en este país, así como gastar en tantos aspectos técnicos que conlleva grabar y exhibir en celuloide. Además, para mi hacer cine forma parte de una serie de actividades para la verdadera democratización de los medios y del arte, por lo que el celuloide sólo me complicaría la vida.
¿Denominar Nuevo Cine Peruano a un grupo de películas de directores jóvenes es una forma de denunciar la existencia de un cine «viejo»?
EQ: No es necesario denunciar la existencia de un cine viejo, porque esa es una realidad bastante evidente para cualquiera que tiene una percepción imparcial. Podría llamar “un cine viejo” al tipo de películas que sólo inspiran a hacer todo lo contrario a lo que han hecho sus realizadores, ante lo cual inevitablemente surgirá el impulso de generar nuevas propuestas estéticas, expresivas y formales; lo que llamo “un nuevo cine”. Sé que no podemos obviar la existencia de películas hechas en el pasado que trascienden y permanecen vigentes, justamente por su propuesta, pero que lamentablemente no tuvieron eco, ni generaron una tradición de innovación, ni mucho menos agruparon a los realizadores en algún movimiento de vanguardia, algo que sucede actualmente con los jóvenes que mencionas.
¿Qué características presenta este cine «viejo»?
EQ: A mi parecer este cine no ha nacido viejo, sino que ha ido envejeciendo por renunciar a renovarse. Se ha convertido en un cine bastante aburrido e insípido, tratando temas profundos de modo superficial, con excesivas teatralizaciones, dramatizaciones que parecen sacadas de algún noticiero local, textos tan evidentes, excesiva explotación de estereotipos, gags, situaciones inverosímiles, predecibles, planos y secuencias reducidos a ser ilustración de guiones; un realismo ingenuo en el que si un personaje golpea la pared, está golpeando la pared, si está comiendo, pues está comiendo, si camina por una calle, pues se están yendo a algún lado. No hay alusión, ni metáforas o significantes, o al menos el realizador lo hace sentir así. El espectador apenas hace el esfuerzo de seguir una serie de acontecimientos que ya han sido aligerados, esperando que se convierta en un producto más comercial, sin alma, sin pasión, sin arte.
¿Sienten la necesidad de constituir los jóvenes cineastas un grupo para ser atendidos?
EQ: No creo que exista la necesidad de reunirnos, sino que es la necesidad lo que no reunió. Cada uno tiene su propio estilo, sus propuestas, su forma de producción, sus elementos que lo caracterizan, sus gustos y su propia visión del cine. Pero lo que nos une es la encarnada necesidad de hacer algo nuevo, aburridos de que el cine peruano sea vituperado por los mismos peruanos. Me atrevería a decir que cada uno quiere hacer de sus películas obras de arte; sin el interés de que estas se masifiquen de la forma convencional, que busquen desesperadamente la vigencia mediática o ganar algún festival. Hacer arte es bastante estimulante, catártico e inspirador y esas sensaciones no se pueden obtener en alguna otra actividad, y mucho menos lo puede satisfacer el dinero. Y creo que eso se transmite en el alma de la película, por eso es que la (poca) gente que la ve, no sale igual de la sala de cine.
EQ: La modalidad de producción de mis películas, los recursos empleados, su presupuesto, todo ello está al alcance de todos. Grabamos con la cámara que tengamos disponible, y por los mínimos requerimientos técnicos que usamos, sólo el casting es un escollo, pero ni tanto; por ejemplo, en “2” necesitaba una actriz y ninguna de mis amigas estaba disponible. Entonces, empecé a buscar por Hi5 (muy de moda hace unos años) a chicas que tengan las características que buscaba para el personaje, y que además tenga bastante afinidad con el arte y cierto tipo de cine. Así conocí a Linda Soto, le propuse formar parte del proyecto, le gustó, nos fuimos escribiendo hasta ganar confianza, filmamos, nos hicimos amigos y hasta tenemos proyectos para grabar más adelante. En “3”, como requería de más personas, pues hice lo mismo, pero esta vez convocando a través de facebook. Algunos los conocía por ser asiduos del cineclub, les hice la invitación y aceptaron, y hasta invitaron a sus amigos. Incluso, hubo gente que se ofreció voluntariamente porque les había gustado mucho mis películas anteriores.
Asumiendo que haces películas para hacer masiva tu impresión del mundo y reconociendo que el circuito alternativo en el que te mueves goza de poca difusión y rebote. ¿De qué manera pretendes difundir tu trabajo en pos de llegar a más público?
Terminando de grabar “4” (a más tardar a fines de octubre de este año) voy a mover ese paquete de películas por los mercados alternativos; Polvos Azules, Mesa redonda, El Hueco, etc. También está tratar de colocarlos en el extranjero, a través de algunos contactos cinéfilos. De igual modo, con Jim Marcelo, mi compañero de Cinestesia, tenemos un proyecto desde hace bastante tiempo; llevar las películas a colegios, institutos, locales comunales, y lugares públicos que simplemente tengan un proyector, equipo de sonido y lugar donde se siente la gente. Adicionalmente, las películas estarán en el blog de Cinestesia, donde la gente las podrá descargar sin costo. La razón por la que espero hasta octubre es porque estoy mejorando la presentación de los DVD, así como tratando de limpiar el audio, sobre todo de “1”, para que la gente no tenga problemas al verla en sus casas.
¿Algo qué decir acerca de CONACINE?
Tú puedes darle plata a alguien para que haga una película, teniendo como criterio principal la “factibilidad del proyecto”. Y eso, ¿Qué significa? Al parecer sólo financiar películas que tengan el respaldo de personas y productoras de “experiencia” que te aseguren que el proyecto se va realizar sin inconvenientes. Entonces ya no hablamos de la finalidad del cine, ni del arte, sino sólo del producto. Si la película no funciona, no se devuelve la plata ¿o sí?, entonces ¿porqué ese criterio prima por encima de consideraciones, digamos, más artísticas?. Considerando que las películas que se arriesgan más son las que promueven más valores cinematográficos y artísticos, entonces, premiar la “factibilidad” ya no tiene mucho sentido. Necesitamos un instituto del cine, que no sólo premie proyectos con un determinado perfil (bastante discutible, por cierto) y uno que otro curso, sino que se preocupe del principal capital del arte; la creatividad. Si se sigue manteniendo una posición conservadora, sin arriesgarse a propuestas más experimentales, así como fomentar en los realizadores la investigación tanto formal como estética, y la educación audiovisual, principalmente en la población, pues no creo que se avance mucho. No considero que los logros personales de Claudia Llosa, Héctor Gálvez, los hermanos Vega, sean indicador que vamos por buen camino, sino que reafirma mi impresión de que sólo se puede lograr algo importante si haces lo contrario a lo que se ha hecho realizadores “experimentados”, principalmente con el apoyo de CONACINE.
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