Cuando uno está por apreciar un nuevo producto de Pixar, siempre surge la interrogante, ¿podrán superar su marca anterior? Porque siempre esta productora, fundada por John Lasseter y sus amigos, nos sorprende con productos de un altísimo nivel que parecen imposibles de superar, pero hasta ahora lo han conseguido. En esta ocasión la duda se hacía más grande aún porque se trataba de una historia con dos magníficas primeras entregas, porque ya no era Lasseter sino su asistente Lee Unkrich quien asumía la realización y porque tenía la enorme responsabilidad de cerrar el círculo de esta trilogía.
Desde las primeras imágenes, que le sacan el jugo a los nuevos adelantos de la animación digital (sobre todo a la 3D), nos damos cuenta que Unkrich se había tomado en serio su trabajo. La cinta empieza con una secuencia de acción ambientado en un oeste, que sólo existe en la imaginación de Andy el protagonista y sus adorados juguetes, la secuencia es espectacular, pero pronto nos damos cuenta que pertenece a un pasado ideal, porque Andy ya ha crecido mucho, está a punto de ir a la Universidad y sus juguetes deben ser donados o echados a la basura, incluso hay algunos que ya cumplieron con ese triste destino.
Por un accidente, debido al cual casi todos los juguetes creen que Andy los echaría a la basura, estos son llevados a una guardería (excepto Woody que va a parar a la casa de una dulce niña), regentada por Lotso, un oso supuestamente cariñoso, que les muestra el lugar como un paraíso, pero al final resulta ser todo lo contrario. Woody entonces debe regresar a rescatarlos.
Debemos reconocer que nos sorprendió un poco que la Pixar aceptara colocar a Ken, como uno de los nuevos personajes y hasta nos pareció una muestra de que los productores estaban cediendo a los intereses comerciales de la Mattel, pero después de ver lo que los guionistas han hecho con este, por llamarlo de algún modo pintoresco personaje, a quienes ni siquiera dejan tranquilo al final, diremos que su presencia es bienvenida.
Las escenas de acción son como siempre un punto a favor: están muy bien planteadas, enganchan al espectador con su ritmo trepidante y como ya hemos mencionado, el desarrollo de las nuevas tecnologías los ayuda mucho a hacer las acciones más creíbles y emocionantes.
Como siempre, el acierto más importante de la Pixar está en la creación de los personajes y en esta ocasión destacan los villanos, en especial el maquiavélico Lotso de una dualidad sorprendente y Bebote, un inquietante y casi siniestro niño grande, cuyo corazón sin embargo no ha sido todavía ganado al 100% por el mal.
Es de destacar también los ingeniosos diálogos, y las jocosas situaciones cómicas como aquella en la que Barbie engaña a Ken mientras lo hace desfilar todo su guardarropa, o más aún aquella otra en la que Buzz sufre una alteración de personalidad y se convierte en un cruce de Antonio Banderas con los Gipsy Kings.
Quizá lo único que le faltó a esta cinta es un tema musical contundente como “You’ve got a friend on me” de la primera o “When she loved me” de la segunda, pero la versión de los Gipsy Kings de la primera canción mencionada, no está nada mal.
Pero lo más logrado del film, está al final, cuando los juguetes descubren que Andy siempre los quiso y decide regalárselos la dulce nueva amiga de Woody: se produce allí una despedida a sus juguetes y un ritual de entrega a la nueva dueña, a la vez tan simple y tan conmovedor, que es imposible contemplarlo sin que los ojos se humedezcan.
Toy Story 3 es un dignísimo cierre de esta primera trilogía y al mismo tiempo la mejor de las tres películas. La respuesta a la pregunta con la que iniciamos estas líneas es: Sí, la Pixar se ha superado a sí misma una vez más.
Dir. Lee Unkrich | 103 min. | EE.UU
Voces: Tom Hanks (Woody), Michael Keaton (Ken), Tim Allen (Buzz Lightyear), Joan Cusack, Timothy Dalton, John Ratzenberger, Wallace Shawn, R. Lee Ermey (sargento), Jodi Benson (Barbie).
Guión: Michael Arndt
Música: Randy Newman.
Estreno en Perú: 17 de junio de 2010.
Estreno en España: 23 de julio de 2010.
Deja una respuesta