El «narcofútbol» define a la Colombia de los noventa. Entonces los dones del narcotráfico ya tenían el control del país, utilizando al fútbol como lavandería de dinero. Las utilidades de la cocaína se invertían en el mercado pelotero: canchas rurales, aumento del salario del jugador nacional, contratación de figuras extranjeras, promoción de talentos jóvenes de bajos estratos y, sobre todo, más cocaína. Lo que se presentó inicialmente como el despegue del deporte colombiano, surgido causalmente de las inversiones de droga, terminó disipándose, literalmente quebrando cual empresa escasa de inversión tras la caída del capo Escobar en 1993.
El apellido símbolo de esas fechas fue Escobar. Pablo era el maldito vendedor de droga y Andrés el humilde millonario hecho del fútbol. Serían esas las imágenes que dejaría el tiempo, borrando matices, acerca de sus existencias.
The Two Escobars (EE.UU.-Colombia, 2010), de los hermanos Jeff y Michael Zimbalist, no resulta polémico, aunque lo pretende, es más un somero constructo revisionista de aquella década convulsionada, contado por los protagonistas de entonces. La película resulta de la inquietud de un par de gringos por acerca de un fenómeno latinoamericano, pero la mirada la hacen con binoculares, lejos. Sin embargo, es rescatable por motivos futboleros: el registro y testimonio de los participantes de aquella selección a la que el presidente César Gaviria (1990-1994) prácticamente encargó la expiación del país son de recordación, pero más para quienes vemos ESPN.
«Si don Vito Corleone me invita a una cena, yo voy», frase de Pacho Maturana, DT de toda la época dorada de la Selección Colombia (1987-1994), con la que justifica la relación estrecha entre los grandes narcos y sus entenados los futbolistas. Y no era para menos, pues muchos crack debieron sus carreras a la inversión del narcotráfico. Hoy, sin mecenas, el fútbol en Colombia ha vuelto a la deriva.
La dupla de realizadores no reflexiona sobre la connotación del apellido Escobar sino que monta un paralelismo ocioso entre lo que representan ambos hombres: el miedo social y el fervor popular por el fútbol. Por la tragedia de Andrés ambos sentimientos colisionan, significando el fracaso del deportivismo y un trauma hasta hoy vigente. El epílogo esboza un recomenzar de cero, un cambio de perspectiva del futuro colombiano, como legado que hasta hoy no cosecha. A ese final dulzón pudieron al menos suprimirle la musiquita de spot de autoayuda.
Los dos Escobar. Dir. Jeff Zimbalist y Michael Zimbalist | 100 min. | Colombia, EE.UU.
Con: María Ester Escobar, Francisco Maturana, Alexis García V., Jaime Gaviria Gómez, Jhon Jairo Velásquez V., Rubén Darío Pinilla C., Juan José Bellini.
Estreno en Perú: 7 de agosto de 2010 (Festival de Lima)
Deja una respuesta