Por primera vez en la cartelera peruana, se ha estrenado comercialmente una película producida, en asociación con Alemania, Rusia y Mongolia, en la remota Kazajistán, una de las repúblicas desgajadas de la Unión Soviética a principios de la década de los 90. Se trata de la reconstrucción de época Mongol, dirigida por el veterano Sergei Bodrov, un cineasta ruso habituado a las nominaciones al Oscar al Mejor Filme Extranjero, aunque nunca ha llegado a ganarlo. Además de la presente cinta, ocurrió antes con la adaptación de un relato de Leon Tolstoi, El prisionero de las montañas (1996), también postulante al Globo de Oro en la misma categoría, y la coproducción internacional Este–Oeste de Régis Wargnier, donde participó como guionista y su hijo homónimo formó parte del reparto.
Junto con el guionista Arif Aliyev, Bodrov cuenta una historia mítica, la evolución de un líder desde la niñez, cuando con el nombre de Temudgin elige a su futura esposa, Borte (Khulan Chuluun), junto a su padre en una ceremonia, y comienza a involucrarse de modo paulatino y predestinado con la tradición de rivalidades y afrentas entre tribus que se suceden hasta la adultez y lo obligan a enfrentar encarnizadamente a su propio hermano Jamukha (Honglei Sun, intérprete chino que trabajó con Zhang Yimou en Camino a casa). El personaje que vemos crecer es nada menos que el legendario Gengis Kan (el japonés Tadanobu Asano, actor de Ichi the Killer y Zatôichi), fundador del inmenso Imperio Mongol, instaurado a inicios del siglo XIII y considerado el más extenso de todos los tiempos, que acumuló un territorio de 33 millones de kilómetros cuadrados y más de 100 millones de habitantes.
El desarrollo de las paulatinas situaciones de violencia que debe asumir Temudgin en su proceso de aprendizaje guerrero, que incluyen un prematuro encuentro con un enemigo que le triplica la edad, van generando un interés ascendente. Pero el relato no logra desprenderse de cierto acartonamiento narrativo y presenta lagunas en algunos pasajes de reposo de su etapa adulta, por lo que el atractivo decrece. Ello sólo se compensa relativamente cuando los vaivenes del estado de Gengis Kan, que pasa de esclavo a rebelde y luego a poderoso triunfador, se agudizan y dan lugar a soberbias batallas, coreográficas, y provocan el clímax del contrapunto con Jamukha, que incluso es hecho prisionero y luego generosamente liberado.
Mongol, dotada de un rotundo diseño de producción, con importantes locaciones y vestuarios, es una película que sin duda merece verse –su inusual procedencia es de por sí tentadora–, pese a los altibajos mencionados y la sensación de no haber trascendido demasiado la ilustración histórica y la dimensión local, más allá de sus numerosas competiciones internacionales y escasas preseas.
Dir.: Sergéi Bodrov | 126 min. | Kazajistán – Rusia – Alemania – Mongolia
Intérpretes: Tadanobu Asano (Temudjin), Honglei Sun (Jamukha), Tegen Ao, Ying Bai, Khulan Chuluun, Bao Di, Bayertsetseg Erdenebat, Deng Ba Te Er.
Estreno en España: 5 de diciembre de 2008
Estreno en el Perú: 14 de octubre de 2010
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