Inesperadamente, Eurofilms ha ingresado una película italiana a la cartelera peruana, la comedia dramática Ex, todos tenemos uno, de Fausto Brizzi. Se trata de un conjunto de historias sentimentales de ilusiones y fracasos de jóvenes y mayores, narradas en paralelo y entrelazadas en algunos casos, que muestran una serie de variantes de desencuentros provocados por el desgaste y la lejanía del ser amado. Es decir, una gama de opciones de ser, luego de un vínculo efímero o duradero, un «ex», un antecedente amoroso, aproximándose a ese estado, adaptándose a él o tratando de abandonarlo para volver a creer.
Es una mirada a la Italia de clase media, urbana, vertiginosa, neurótica, colmada de influencias y estímulos, poco escrupulosa y apasionada en el amor al punto del atropello o la renuncia vocacional. En el ramillete de amoríos y pretensiones, se da la paradoja de que, mientras la gente más bisoña parece no complicarse tanto y enfrentar sensatamente las crisis y hasta reencontrarse generosamente luego de un tiempo de estar separados por miles de kilómetros, varios personajes de profesiones supuestamente «tutelares» y edades aparentemente maduras están completamente desorientados y necesitan ayuda de los demás, especialmente si son sus descendientes.
Un policía –interpretado por Alessandro Gassman, heredero del gran Vittorio– hace uso de su autoridad y fuerza física para amenazar a un trémulo amante, el cirujano que reaparecerá en el momento menos pensado; un juez –encarnado por Silvio Orlando– que afronta el áspero rompimiento de su dilatado matrimonio, asume un caso de divorcio donde un niño y una niña rechazan al padre y la madre y éstos tampoco quieren su custodia; un psicólogo que no logra consolidar una nueva relación busca volver a conocer a sus hijas adolescentes y reconciliarse con el recuerdo de su ex esposa repentinamente fallecida en un accidente; un sacerdote es perturbo por la reaparición de una antigua amante que va a casarse justamente en la iglesia donde ejerce su labor religiosa. Policía, juez, progenitores, psicólogo, sacerdote, abrumados por la vida y esa tormentosa compañía que sufren y gozan.
En el guión de Brizzi, Massimiliano Bruno y Marco Martani, el tono predominante es risueño, ligero, acelerado y disperso, pero a medida que las tramas se acercan a su resolución, se acentúan las inflexiones más agrias, de reflexión y revisión del pasado y mayor apertura al futuro. Tercero de los cinco largometrajes de Brizzi –el quinto se estrenaría el 2011–, siempre ubicados en los predios de la comedia dramática y romántica, Ex, todos tenemos uno constituye un simpático estreno, que enjuicia graciosamente a la Italia contemporánea de Berlusconi y devuelve a las salas peruanas la gracia de los explosivos afectos del país de Dino Risi y Ettore Scola, por citar un par de referentes cercanos de su cine. Junto con Todo un parto y Siempre a tu lado, hace un trío de cine familiar de muy digno nivel.
Notas curiosas: en la secuencia del juicio por la (no) custodia, el director hace un divertido guiño. Ante las respuestas prematuramente lúcidas de sus hijos, el padre dice que más bien parecen vástagos de Nanni Moretti, el realizador de películas notables como Caro diario y La stanza del figlio. Y para terminar, el actor que da vida al novio rival del cura es Gianmarco Tognazzi, sucesor del gran Ugo.
Dir.: Fausto Brizzi | 120 min | Italia – Francia
Intérpretes: Claudio Bisio (Sergio), Malik Zidi (Marc), Nancy Brilli (Caterina), Cristiana Capotondi (Giulia), Cécile Cassel (Monique), Fabio De Luigi (Paolo), Carla Signoris (Loredana), Alessandro Gassman (Davide), Claudia Gerini (Elisa), Flavio Insinna (Lorenzo), Silvio Orlando (Luca), Martina Pinto (Valentina), Gianmarco Tognazzi (Corrado), Giorgia Wurth (Roberta).
Estreno en España: 24 de julio de 2009
Estreno en el Perú: 18 de noviembre de 2010
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