10. Biutiful: Alejandro González Iñárritu arranca de las sombras la Barcelona escondida, negra y apagada. Regodeo en el drama, firma indudable del autor. Poética de la malaventura.
9. Toy Story 3: Montaña rusa de sensaciones, cosidas a muy buen ritmo, que dan cita a casi todos los géneros: western y aventuras al comienzo, comedia, terror, bélico, acción y melodrama con las inevitables lágrimas del espectador ya rozando el final. Regalo de Pixar.
8. Buried: Pastel de ingredientes finos y texturas narrativas hitchcocknianas. Rodrigo Cortés vuelve a poner el dedo en el fondo a base de impactar en la forma.
7. El americano: Película con intención de arte, una presunción chic y elegante. Sugestivo e intelectual thriller que vendría a diferenciarse de lo masticado y repetitivo de Hollywood.
6. The Town: Sin destacar especialmente como buen actor, Ben Affleck sí lo hace como realizador, y despliega mucho talento. Ración de buen cine enmarcado en lo que podría denominarse ya género Bankrobbery.
5. Carancho: Vuelve Trapero a hacer cine denuncia, además de presentar una cinematografía que se mueve en los márgenes de la realidad y la documentación, con una estética sucia, nocturna, un noir absoluto, desde su mismo concepto de no man’s land funerario, de nebulosa y poética de la angustia.
4. El escritor: Con su estilo clasicista, Polanski nos conduce a un thriller político exquisitamente narrado, en el que cada personaje tiene un nombre y una cara bien reconocibles en el mundo real, además de convocar, por medio de su habitual universo cinematográfico de atmósferas, la denuncia.
3. Un profeta: Acertado retrato masculino insertado en el llamado género carcelario, y retrato de una sociedad hastiada, agotada en su propia mugre, atrapando al individuo en su vicioso círculo de fatalidad.
2. La red social: David Fincher gana con su calidad habitual, con emoción e inteligencia sabe jugar con cada plano, cada escena, cada secuencia proporcionando una sobriedad cerebral y punzante, erigido con un cariz más crítico de lo que aparenta.
1. El origen: Magnífico producto mainstream elaborado con gran inteligencia, un blockbuster con estilo. El laberinto de arquitectura argumental que nos propone Christopher Nolan, cuya estética permanece anclada en el clasicismo, tiene la virtud de ser recordado, es decir, permanece en el espectador aún mucho tiempo después de su visionado.
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