Cyrus (2010)

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Los hermanos Jay y Mark Duplass son nombres ilustres de la ulterior comedia indie norteamericana, más precisamente del movimiento estético mumblecore, que a inicios del siglo 21 vino a refrescar la producción independiente gringa, nostálgica de épocas de mejor brillo.

También citado como «Neorrealismo digital» o «Slackavettes» –aleación del título del filme ‘no-narrativo’ de Richard Linklater Slacker y el apellido de John Cassavettes, padrino del indie estadounidense–, el mumblecore hace congruente el rodaje en condiciones desfavorables con sus disparatados argumentos e interpretaciones afectadas. Ínfimos presupuestos, actores no profesionales en escena, cámara en mano –por ende, trémula–, largos planos e hilarantes monólogos improvisados son sus principales características, cuyas películas prefieren abordar los avatares amorosos de las relaciones jóvenes con aflicción y tierna abulia. Entre sus títulos más representativos destacan la fundacional Funny Ha Ha, de Andrew Bujalski; el arquetipo de este estilo Hannah takes the stairs, de Joe Swanberg; la híbrida de terror y comedia Baghead, otra de los Duplass, y la odisea pornográfica Humpday, de Lynn Shelton.

Sin embargo, por más que se le quiera emparentar con el mumblecore antes descrito, Cyrus es un ejemplar de otro muestrario, de un catálogo no más refinado sino más convencional, ergo, más popular y (por qué no) aburguesado. Es una comedia romántica ‘decorada’ de algunos atavíos indies como el exiguo uso de la música incidental, largas conversaciones sin trascendencia y tempo cansino en pos de parecer inteligente, sobria y genial hasta donde pueda. Así son los Duplass con siete millones de dólares (presupuesto del filme), esquemáticos aunque chispeantes, no obstante, evasivos de la insolencia que los hizo respetados. El dinero una vez más haciendo a los cineastas lo que hace con los políticos.

Cyrus es la típica película de perfil ‘independiente’ en la que el lucimiento de los actores se premedita como valor agregado. Por tanto, el estilo de trabajo de estos hermanos, de preponderar la libertad interpretativa de sus elencos, debió dar mejores réditos que la apenas medianía de éste su tercer filme como tándem.

Mas no todo está ahuesado. Lo mejor de Cyrus es su primera parte, en la que no se advierte conflicto alguno sino el comenzar de cero de un patético adulto (John [C. Reilly]) que poco sabe hacer bien: se masturba frente a su laptop, flirtea con torpeza y se emborracha cual adolescente, sin embargo, alguna hermosa mujer (Marisa Tomei) se percata de su atractiva inmadurez y lo seduce. La aparición del hijo de ella, Cyrus (Jonah Hill), un joven de 21 años no inmaduro sino autista a primera vista (y con conflicto edípico), no hacía presagiar el escollo para la relación que realmente sería.

En adelante, la obra discurre en enfrentamientos entre hijo ‘viejo’ y amante nuevo; el John de encanto infantil, errático y enrevesado, cambia a uno confrontador y más pendenciero, entonces el relato se tensa, vira al drama con disfuerzo, sobreponiendo los conflictos del amorío a la crónica del reinicio de la vida romántica del penoso protagonista. La simpatía de los personajes sólo se sostiene en el recuerdo, ni la belleza de Marisa Tomei salva a las últimas secuencias del acartonamiento ni las escaramuzas de los dos gorditos del previsible desenlace.

Indulgentes, los Duplass fueron sólo por nota aprobatoria en su examen de ingreso al establishment. Algunos los calificaron bien, otros preferimos sentenciar su timidez porque mejores cosas que la desapacible Cyrus, contenida a todo nivel y aspecto, pueden hacer. Pese a todo, hubiera sido bueno que se estrenara el 2010, pues para algunos folletines insufribles sí hubo espacio.

ciroDir. Jay y Mark Duplass | 91 min. | EE.UU.

Intérpretes: John C. Reilly (John), Jonah Hill (Cyrus), Marisa Tomei (Molly), Katherine Keener (Jamie), Matt Walsh (Tim), Kathy Wittes (Ashley), Tim Guinee (Roger).

Estreno en España: 25 de octubre de 2010



Una respuesta

  1. Avatar de Karina
    Karina

    Me gustó mucho, este tipo de películas me agradan porque no son sensacionalistas y tratan de reflejar la realidad con un pensamiento de humor ácido, aparte de que el drama es importantísimo. En general el trabajo de los hermanos Duplass me parece excelente, por ejemplo, su serie Togetherness también es muy buena. ¡Saludos!

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