La directora Rosario García-Montero responde algunas interrogantes sobre su opera prima Las malas intenciones, que representará al Perú en la sección Generation de la Berlinale 2011, que se realizará del 10 al 20 de febrero próximo.
Esencialmente habla del contexto, del tratamiento de la época, del mundo personal del personaje principal y la labor de su protagonista, la niña Fátima Buntinx.
Como cosa curiosa, dice que el estreno en el Perú será «muy muy muy pronto».
¿Tu propuesta en qué se distingue de otras películas peruanas que recrean el contexto de violencia y caos de los años 80?
Esta no es una película más sobre el terrorismo, es más bien sobre el comienzo del desastre más que del desastre en sí. Es una reflexión sobre lo que significa el heroísmo en épocas difíciles. Es una película que a través de la mirada de una niña de ocho años habla de una generación y de un momento que a muchos de nosotros nos tocó vivir. Narra momentos trágicos como los apagones, pero desde la óptica infantil, era el momento perfecto para jugar al cucurucho o las escondidas en la oscuridad. ¿Cómo le explicas a una niña que su mundo va a colapsar?
¿Qué tan difícil ha sido ambientar en esa época la ciudad de Lima, que tiene mucha presencia en la puesta en escena?
Ha sido un trabajo exhaustivo, se hizo una investigación de esos años, objetos, ropa, peinados, productos de consumo cotidiano, y no de los ochenta en general, sino del 80 hasta al 83 específicamente. Pero para finalmente lograr un equilibrio y sutileza, porque no se trataba de hacer un muestrario de los ochenta. Eso es algo que me parece que distrae de la historia y que cae en lo anecdótico. Se sienten los 80, pero en los detalles microscópicos, en las sutilezas…
¿Cómo fue el trabajo con la niña Fátima Buntinx, quien debuta en el cine con un rol complejo y protagónico?
Con Fátima fueron muchos meses de ensayo, la conocí a los 7 años, y me di cuenta que con ella teníamos que trabajar sin un guión, ir de escena en escena usando sólo la memoria y contándole las acciones y los diálogos. Fátima tiene una gran memoria, trabajamos tambien con una coach y hacíamos muchos ejercicios para que se sienta en confianza con los otros personajes.
Fátima es muy extrovertida y el personaje de Cayetana es más introvertida, entonces la íbamos amoldando al personaje poco a poco… cuando ya habíamos ensayado casi la mitad de las escenas la dejamos descansar para que los textos no sean tan memorizados y vuelvan a sentirse frescos. Es una niña con instintos brillantes. Nunca dejó de jugar en el rodaje.
¿En qué fecha podría ser el estreno en el Perú?
Muy muy muy pronto.
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