En un rincón del corazón (2010)

Somewhere, titulada en el Perú y otros países latinoamericanos como En un rincón del corazón, es el cuarto largometraje de Sofia Coppola, autora de Las vírgenes suicidas, Perdidos en Tokio y María Antonieta. Con el bajo presupuesto de unos ocho millones de dólares, se trata de su película más hermética, minimalista y austera, que retoma aspectos de sus obras anteriores en la rutina de un actor reconocido de Hollywood, aclamado públicamente, agobiado por el tedio y redimido sólo por la compañía temporal de su hija adolescente.

El universo de la directora es el espacio íntimo de la celebridad, convertido en refugio y encierro, en predio de poder y perdición; donde muestra la dispersión, el extravío, la soledad, la incomunicación; el peso de la notoriedad por poseer un don distintivo. Es la marca de su vida, pues prácticamente ha crecido en y detrás de la pantalla, desde su debut en El padrino con apenas un año de edad. En su opera prima, el foco de atención era el quinteto de bellas hermanas que alborotaban un barrio residencial estadounidense en los años 70; luego el actor norteamericano que grababa comerciales de TV –Bill Murray– en Tokio; y nada menos que María Antonieta de Austria, reina de Francia, en su polícromo y recargado biopic.

Esta vez el personaje que atrae las miradas es Johnny Marco, que no es superstar pero sí popular. Hasta cierto punto Coppola busca mimetizarlo con Stephen Dorff, cuyo perfil es más bien un aspirante a ser Johnny Marco, pues generalmente ha tenido roles secundarios (Enemigos públicos) y algún protagónico en discretos filmes. Sin duda, este papel, que a primera vista impresiona como un remoto eco de James Dean, es el mejor de su carrera por el momento, que dialoga con el Bob Harris de Murray y parece ser su estadío previo, bastante más joven, licencioso y relativamente complacido con la fama del cine, que no se pierde en la hiperbólica capital japonesa, sino en la alargada geografía norteamericana, las ciudades europeas y la soledad de su habitación de hotel.

Somewhere respira modorra. Hace una antítesis entre la supuesta adrenalina, el aparente desborde en el que vive el actor, y la cansina mirada que la puesta en escena proyecta. Así es desde la escena inicial, en ese plano general insuficiente, lateral, estático, que muestra el recorrido circular de Johnny en su auto deportivo a gran velocidad, que impone un ritmo y una actitud. También se percibe en el show erótico contratado que observa inmóvil, echado en la cama; en las recriminaciones presenciales y los mensajes de texto que llegan al celular con quejas que remiten a amoríos veloces y abandonos sucesivos; en la convivencia casi de pareja, calmante y disuasiva, con su hija Cleo (Elle Fanning), esa niña–mujer que pone mala cara a la acompañante de turno, disfruta el confort, ostenta la elegancia y empieza a jugar a la adultez femenina pese al dolor de la ausencia materna.

Coppola ostenta mucho tacto para la sensibilidad femenina y particularmente juvenil. Primero manejó un reparto de jóvenes actrices, catapultó a Scarlett Johansson, hizo brillar a Kirsten Dunst y ahora lanza a Fanning, a quien vimos en El curioso caso de Benjamin Button, y que ofrece una actuación rica en matices y prematuramente madura. Es por el ojo de una realizadora que, sin alcanzar aún la maestría, forma parte de la producción interesante del cine estadounidense, que precisamente muestra como un mundo amargo, diluyente y sin afectos, que se transmite de una generación a otra, y donde los rostros, convertidos en meros instrumentos de representación, soportan densas capas de materia que apenas les dejan respirar.

Somewhere

Dir. y Guión: Sofia Coppola | 97 min. | EE.UU.

Intérpretes: Stephen Dorff (Johnny Marco), Elle Fanning (Cleo), Chris Pontius (Sammy), Michelle Monaghan (Rebecca), Kristina Shannon (Bambi), Karissa Shannon (Cindy), Lala Sloatman (Layla).

Estreno en el Perú: 20 de enero de 2011