Paul Haggis es un nombre de luces y sombras en una carrera que tiene mucho de TV, algunos guiones talentosos para Clint Eastwood (Golpes del destino, La conquista del honor, Cartas desde Iwo Jima) y su paso intermitente y controvertido por la realización, que en el año 2004 le significó un éxito desmesurado con Alto impacto, su terrible segundo largometraje que ganó tres Oscars. Luego del relato criminal En el valle de las sombras (2007), vuelve a dirigir en Los próximos tres días (The Next Three Days), una cinta intensa, entre el policial y el drama familiar, con pretensiones mucho más francas y resultados bastante mejores respecto del alambicado y cansino grupo de tormentos en Los Angeles.
Para variar, se trata de un remake, del reciente filme francés Pour elle (2008), de Fred Cavayé. Es el esquema de la familia dichosa de clase media norteamericana que, de modo repentino, sufre un severo golpe, producto de la ineficiencia judicial y el infortunio, y busca remontarlo desesperadamente, desafiando a las autoridades penitenciarias y policiales. Comparte algunas coordenadas con Días de ira, con la diferencia de que en ese policial el quiebre del protagonista era su violenta viudez, el sentido de su acción radicaba en la venganza criminal, había mucha mortandad y la seguridad pública terminaba en escombros.
En el guión de Haggis, que se basa en la historia de Cavayé y Guillaume Lemans, los Brennan regresan de cenar una noche y enseguida Lara es arrestada por supuestamente asesinar a su jefa, cuyo cuerpo acaba de ser encontrado en el estacionamiento del centro de trabajo y con varios elementos que la incriminan. Durante las dos horas de duración, el tiempo es una variable fundamental. Además de narrar en desorden al inicio, armando la trama poco a poco, se impone una cuenta regresiva, vertiginosa, que contabiliza los años de Lara (Elizabeth Banks) en prisión y los meses y días que le quedan a John (Russell Crowe) para ejecutar su plan de rescate, en un proceso desquiciante que lo zambulle en el mundo del hampa y la zozobra personal, adyacente a la familiar, repartida entre la esposa presa, el pequeño Luke (Ty Simpkins) y los abuelos que viven aparte.
La mente de John, estudioso profesor universitario, es meticulosa, sistemática, fría, pertinaz. En esa línea, Haggis construye sus tensos lazos y movimientos, con sus afligidos padres Grace y, principalmente, George (Brian Dennehy); Damon Pennington (Liam Neeson), el bribón de alto vuelo que le da tips sobre presidios; y Nicole (Olivia Wilde), la joven madre soltera de una niña, amiguita de su hijo, que amaga como interés romántico y finalmente se convierte en cómplice involuntaria de la locura de John. Las secuencias en la prisión, el hospital, la línea férrea, las calles de un Pittsburgh alargado pero abarcable, la carretera y el aeropuerto, acompañadas por los acordes del experimentado Danny Elfman, respiran un suspenso logrado y redondea un cierto halo autodestructivo de la pareja, que mantiene el interés hasta el final. Hay poco que corregir, tal vez esté demás alguna voltereta pero no más. La química de Crowe y Banks ayuda mucho, plenos de nervio y sin afectaciones.
Dir.: Paul Haggis | 130 min. | EE.UU.
Intérpretes: Russell Crowe (John Brennan), Elizabeth Banks (Lara Brennan), Liam Neeson (Damon), Brian Dennehy (George Brennan), RZA (Mouss), Olivia Wilde (Nicole), Moran Atias (Erit), Lennie James (Nabulsi), Allan Steele (Harris), Ty Simpkins (Luke), Jonathan Tucker (David).
Estreno en España: 5 de enero de 2011
Estreno en el Perú: 10 de febrero de 2011
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