Felinos de África (2011)

1 de mayo de 2011

Tal como la fabulosa cinta Océanos, estrenada a fines del 2010, en la cartelera peruana se puede encontrar, algo desapercibido en medio de la predominante oferta de ficción, un bello documental de la factoría Disney: Felinos de África (African Cats), una realización de dos especialistas en la temática de la naturaleza y la biodiversidad que han trabajado en series de TV y otras películas. Son Keith Scholey, cuya carrera principalmente ha sido como productor televisivo y ahora debuta en la dirección, y Alastair Fothergill, director, productor y guionista que antes ya había firmado en coautoría Deep Blue (2003) y Earth (2007).

En los 89 minutos de duración, apreciamos el proceso de adaptación en la sabana africana de diferentes animales, principalmente felinos, a su entorno conformado por congéneres, ejemplares de otras especies y las características de su hábitat, amplio, lozano, panorámico, peligroso, alimenticio. Mayoritariamente, recae el protagonismo en un conjunto de leones y guepardos, pero también alcanza a jabalíes, hipopótamos, cocodrilos, venados y cebras, entre otros.

Puntos centrales de este trabajo son la belleza infinita del paisaje, la sensación de permanente cercanía a los animales por el uso de lentes especiales que permiten planos muy cerrados, y la dramatización de sus movimientos y conductas, que crea personajes muy carismáticos y coherentes, con nombre propio: Sita, una guepardo que acaba de alumbrar a cinco crías y que busca refugio; Mara, la hija de una malherida leona; y Kali, un león proscrito que regresa con sus cachorros para reclamar lo que era suyo. Apreciamos sus temores, cálculos y emprendimientos, al estilo de un drama interfamiliar e intergeneracional, que traza su evolución entre la carencia y el peligro, y la búsqueda y el aprovechamiento de oportunidades.

La narración en off, que en la versión original corre a cargo de Samuel L. Jackson, acompaña todo el relato y de modo profuso, pero es lo suficientemente cálida y respetuosa de las imponentes imágenes de la lucha por la supervivencia, por lo que se hace grata y plenamente complementaria. En suma, un imprescindible documental de consumo familiar que desintoxica brevemente las salas y nos devuelve la pureza de la flora y fauna que aún están intactas en el mundo.

African Cats