Nuevamente el cine peruano vive un grave trance. El Ministerio de Cultura está procediendo, prácticamente, a disolver el Consejo Nacional de Cinematografía (Conacine), interpretando el Decreto Supremo N° 001–2010–MC del 25 de setiembre de 2010, en el que declara adscrito dicho organismo bajo la modalidad de «fusión por absorción», a su vez aplicando la Ley Nº 27658, Ley Marco de Modernización de la Gestión del Estado, promulgada en enero de 2002.
Según narra Roberto Barba, miembro del Consejo Directivo de Conacine en un email enviado a Cinemaperú:
El [pasado] día lunes, hacia las 7 de la noche y luego de una sesión de casi tres horas, en el consejo directivo nos dimos con la sorpresa de que el Ministerio de Cultura nos informaba que ya no íbamos a seguir trabajando como consejo directivo tal y como venimos haciéndolo en los últimos 3 meses y que esto se debía a que el Decreto Supremo dado en setiembre del año pasado había absorbido las funciones de Conacine lo que implica su disolución como institución y que se formaría un nuevo organismo al cual también lo llamarían Conacine, pero que sería en realidad una «comisión consultiva» del Ministro de Cultura en asuntos cinematográficos.
La Asociación de Productores Cinematográficos del Perú (APCP) y la Unión de Cineastas Peruanos (UCP) enviaron una carta al ministro de Cultura, Juan Ossio, el pasado viernes 29 de abril, en la que rechazan esta pretendida disposición y demandan que se revierta en aras de mantener la institucionalidad de Conacine. La UCP, además, emitió un comunicado el sábado 30, en el que reafirma su posición.
Ante una serie de expresiones de alarma en la comunidad cinematográfica, la presidenta de Conacine, Rosa María Oliart, escribió en Cinemaperú ayer 1 de mayo un escueto mensaje:
Estimados miembros de la comunidad cinematográfica:
El día miércoles 4 se realizará una sesión extraordinaria del Consejo directivo. Tendremos nueva información por parte de la Dirección de Industrias Culturales sobre la incorporación del CONACINE a la estructura orgánica del Ministerio de Cultura e informaremos a la comunidad.
Atentamente
Rosa María Oliart
Presidenta CONACINE
Sin duda, se trata del golpe más grave a la institucionalidad del cine peruano desde la triste navidad de 1992, cuando Fujimori derogó artículos claves de la ley 19327 del cine peruano, y prácticamente dejó sin legislación a la actividad fílmica.
La conversión de Conacine en una simple oficina ministerial, sin la participación vinculante de representantes de la comunidad cinematográfica, significaría un retroceso de décadas para el cine peruano, y una clara minusvalía en el ámbito internacional, en un contexto de cada vez mayor institucionalidad cinematográfica en Iberoamérica y el mundo.
Esperamos que no se consume esta amenaza a la estabilidad del cine peruano.
Extra: Lean también la explicación legal del entuerto, por Ricardo Bedoya: El fin de la autonomía de CONACINE.
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