Hace unos días ví «Las acacias» en el Festival de Lima, bella historia mínima que bien podría haberse llamado «Paraguay», a la manera de la grandísima «Bolivia» de Israel Adrián Caetano. Y ahora me encuentro con esta nueva película chilena que bien podría llamarse «Perú».
Ulises, la ópera prima del director chileno Óscar Godoy, cuenta los días del recién llegado Julio, un peruano inmigrante en Santiago. Viendo el tráiler me es imposible no recordar al buen Freddy, el melancólico y esforzado boliviano del filme de Caetano, en la cabina de teléfonos llamando apresurado a casa, pasando la noche robándole espacio a un cafetín, o trabajando en lo que venga. Otro referente inmediato es el Zapa de «El bonaerense» de Trapero, también interpretado por el argentino Jorge Román, que ahora intentará lograr su mejor dejo peruano.
El tráiler de la película muestra más de un elemento de interés, en lo estrictamente cinematográfico, y en lo que le toque a cada uno: la imagen poderosa de los peruanos desempleados, sentados junto a la Catedral en la Plaza de la Moneda, o el clásico «Regresa» de Lucha Reyes, aquí en versión cueca. Vean:
Para mayores referencias, el director de fotografía es el peruano Inti Briones, y entre los productores se encuentra Pablo Larraín, el director de «Post Mortem». Ulises se estrena el 1 de setiembre en Chile, y estará compitiendo en la sección Horizontes del Festival de San Sebastián, desde el 16 de setiembre.
Si desean ahondar un poco más, recomiendo que lean esta entrevista con el director Oscar Godoy. Unos extractos:
-Puede ser un lugar común pero es bastante obvio y es que el chileno construye desde la superioridad. Nos vemos inferiores y con envidia a los argentinos, pero vemos con superioridad a los peruanos y, a los bolivianos, para qué decir. Vemos a los peruanos y a los bolivianos como unos cholos culiaos. Y uno, que ha podido estar afuera, ve que Chile se parece mucho más a Perú que a Estados Unidos. El referente de Chile es Estados Unidos, pero ni siquiera Estados Unidos, si no que Miami.
-La mirada parte desde la condición de Chile. Chile es el país más parecido a la India: una sociedad de castas. La clase alta mira a los peruanos y dice: “Éstos son mano de obra barata, son ignorantes, son rascas, pero cocinan súper rico”.
-Como si se salvaran por la cocina.
-Claro. Y son mirados un poquito como un mal necesario: “Ya que no tenemos nanas mapuche tengamos nanas peruanas”. Y bueno, desde clases más bajas se da la condición de tipo chauvinista que mira a estos peruanos que vienen a quitarnos la pega, la poca que hay. Pero otros, desde la misma condición económica están con bastante solidaridad y hermandad. porque al final son dos personas que están tratando de sobrevivir en una sociedad que es súper agresiva, los dos pueden estar trabajando de dependientes en una multitienda ganando quince mil pesos de sueldo base, tratando de llegar al sueldo mínimo por comisión, estando legales ambos.
Otro referente que se me viene a la cabeza, viendo el tráiler y leyendo esta entrevista es «Musica campesina», de Fuguet. Lean:
– Por haber vivido en otros países, Óscar le interesó hacer una película que se tratara de un extranjero que se siente siempre extranjero, que nunca pertenece.
-Cuando estaba en Europa vivía mucho eso. Además que en un momento dado, Europa se veía a sí misma como una sociedad unicultural y, de repente, de un momento a otro, los tipos se vieron llenos de otras razas, otras culturas, otra gente. Aparte todas las obras que hablaban desde el cine y desde la literatura de eso lo hacían con un paternalismo súper grande. Y, cuando llego a Chile, veo ese mismo paternalismo de decir: “Ay, es que ella, la nana, en Perú era profesora universitaria pero está acá y trabajando”.
Así como este año tuvimos a «Amador» en el Festival de Lima -y que hoy se estrenó en cartelera comercial-, el 2012 será un buen momento para que Julio/Ulises vuelva a Perú.
Deja una respuesta