Catherine Corsini es actualmente una de las más interesantes realizadoras francesas de la actualidad. Educada en el Conservatorio de Arte Dramático de Paris, pasó de la actuación a la realización de guiones y posteriormente a la dirección. En 1999 saltó a la notoriedad con «La nueva Eva», a la que siguieron dos películas interesantes como «La repetición» (2001) y «Les ambitieux» (2006).
Partir (también conocido en el mercado internacional como «Leaving») es quizás el filme más arriesgado y complejo de Corsini. Narra la historia de Suzanne (Kristin Scott Thomas), fisioterapeuta que turna su tiempo entre la modorra sentimental de los cuarenta, casada y con dos hijos adolescentes, y una acomodada vida burguesa y tranquila. Aburrida de no hacer mucho, decide abrir nuevamente su consultorio laboral. Allí, en los preparativo conoce a un obrero, Iván (Sergi López), duro y taciturno. La atracción es inmediata. Suzanne se enamora intensa y físicamente, tanto que decide abandonar a su familia y experimentar un mundo incierto, pero placentero y emocionante.
El reto de Corsini es haber logrado que esta apretada síntesis, que pudiera haber desembocado en un clásico drama con toques eróticos, en una indagación en la psique arrebatada y emocional del que decide abandonar una relación -una estabilidad, al fin y al cabo– para adentrarse en terrenos inmensamente gelatinosos. Además, que el melodrama que se desembalsa en películas de este tipo no caiga en lo obvio, lo cursi o lo juicioso, sino, incluso, alcance una dimensión sólida como retrato y crítica social.
Kristin Scott Thomas es una de las mejores actrices británicas de su generación, aunque lamentablemente no haya tenido mayor exposición que algunas de sus congéneres, a pesar del brutal talento que posee. Kristin es puro drama, es explosión contenida, que se desembalsa a veces con un gesto, otras veces con desplantes memorables. Aquí demuestra un arsenal de imágenes y recursos, se pone en la piel de su personaje y se pone sobre hombros la película. Si «Partir» no se descarrila por momentos (sobre todo por esa muy delgada línea que separa el drama del cliché) es, en gran parte, gracias a Scott Thomas.
Evidentemente, existe una química que funciona de maravillas entre Sergi López y ella, reflejada de modo transparente, transmitida sin filtros por Corsini. La tragedia familiar no se superpone a la gran pasión de los amantes, quienes realmente se desean, pero además se escuchan, se intentan proteger, sufren a partir de todas las consecuencias de sus actos. La desintegración de un colectivo y la posterior venganza/juicio social los reúne y hace, paradójicamente, fuertes y vulnerables al mismo tiempo.
Suzanne, cual antiheroína de las novelas modernistas, se despoja de cualquier atadura moral y lucha por su pasión personal, que la desgarra y completa como ser humano y ente espiritual. Es obvio que Corsini le tiene simpatía a su personaje, pero abandona el maniqueísmo y prefiere una narración correcta y aplomada, sobria y sin adornos. Suzanne parte. Sabe lo que se va a venir; pero no hay marcha atrás. Hay dolor, pero no hay arrepentimientos. El espíritu de la pasión ha hecho su trabajo.
Dir. Catherine Corsini | 85 min. | Francia | 2009
Intérpretes: Kristin Scott Thomas (Suzanne), Sergi López (Iván), Yvan Attal (Samuel), Bernard Blancan (Rémi), Aladin Reibel (Dubreuil), Alexandre Vidal (David), Daisy Broom (Marion), Berta Esquirol (Berta), Gérard Lartigau (Lagache).
Guión: Catherine Corsini; con la colaboración de Gaëlle Macé.
Estreno en España: 13 de noviembre de 2009.
Estreno en Perú: 22 de setiembre de 2011.
«Partir» disponible en Pirate Bay.
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