Tras décadas y décadas dedicadas al cine artesanal, de la animación en stop-motion, el destacadísimo realizador audiovisual, un casi septuagenario Walter Tournier presenta finalmente esta semana su ópera prima en largometraje, el filme titulado Selkirk, el verdadero Robinson Crusoe.
Se trata de un trabajo de largo aliento, que tomó casi diez años en completarse, un filme animado que tendrá un estreno prácticamente sin precedentes para las películas nuestras: será un lanzamiento casi en simultáneo en Uruguay, Argentina, Chile y el Perú. En los países del sur el estreno será el 2 de febrero. A Lima llegará el 9 de febrero, y será todo un acontecimiento.
Para ayudarnos a comprender mejor la magnitud de este evento, de la obra en sí, y de su autor, decidimos conversar, vía Skype, con el maestro Tournier. Don Walter nos contestó con la mejor onda charrúa, y con toda la emoción de un viejo amigo del Perú.
Actualización [9 febrero]: Hoy se estrena «Selkirk» en Lima, revisa los horarios de proyección.
Lean la extensa entrevista a continuación, pero primero vean el tráiler de Selkirk, el verdadero Robinson Crusoe:
Walter, para nosotros es un honor y un gusto entrevistarlo, por ser Ud. parte de la historia del cine de nuestro país. ¿Podría narrarnos cómo inició su carrera y cómo así llegó al Perú?
Bueno, es una historia un poquito larga pero la trataré de resumir. En el año 1973 hice mi primer cortometraje que se llamaba En la selva hay mucho por hacer, un cuento sobre uno de los primeros presos políticos que hubo acá en Uruguay. Al otro año, en 1974, me tuve que ir del país porque justo fue el año del golpe militar. Estuve un año en Argentina y también fue una de las peores épocas que se pudieron haber vivido en ese país. Entonces, en el ’75 me fui a Lima, donde tenía algunos amigos y una revolución que se decía socialista, participacionista y tupacamarista, etc. Me fui con la intención de ver qué pasaba y lo que pasó es que me quedé 10 años en el Perú.
Me integré de alguna manera, me hicieron sentir peruano, y algo que reconozco que tuvo esa revolución fue una Ley de cine que obligaba de alguna manera a que todos los largometrajes exhibieran un cortometraje previo y también había una fuerte presión para que se dieran los largos, había una obligatoriedad de exhibición. Eso hizo que al tiempo de haber estado en el Perú, más o menos a los cinco años, por el año 1980, pude gracias a esa ley empezar a hacer cine en el Perú. Logré hacer unos cortometrajes, constituí una pequeña productora, daba algunos servicios, y ahí conocí mucha gente, muchos amigos que tuve y tengo en el Perú. Hice varios cortometrajes: El cóndor y el zorro, El clavel desobediente, Nuestro pequeño paraíso.
Sobre ese último trabajo, «Nuestro pequeño paraíso», fue una obra que tuvo mucha repercusión, fue muy importante pues contenía un mensaje poderoso, de crítica a la televisión. ¿Cómo se le ocurrió esa historia, cómo realizó ese cortometraje?
Recuerdo que esa película la hice solo, tenía una mesa de animación, pero esa película no la hice con la mesa de animación, sino la hice con muñecos de plastilina y con una cámara de 35 mm que había adaptado para que anduviera cuadro a cuadro.
Yo vivía en la Av. Arequipa en el edificio de la rampa, ahí cerca de Angamos, vivía en el séptimo piso. La idea se me ocurrió un domingo cuando voy a mi casa y veo por las ventanas que todas las casas de al lado estaban con la televisión prendida y entonces digo: ¿qué estarán viendo? Entro en mi casa, miro los canales que eran cuatro, creo, en aquel momento y que daban cualquier porquería, te lo digo así, ¡era terrible! y entonces digo: ¡No puede ser que todo el mundo esté pendiente de esto que están dando! ¡De esta porquería! Ahí me pongo a pensar y dije: Yo tengo que hacer algo con esto.
Ahí me puse a ponerle cabeza, quedé preocupado. Por eso se me ocurrió esa película que la hice solo en mi departamento, sin ayuda. Sí me ayudó el «Panchito» Adrianzén, él se encargó del sonido y algunos amigos hicieron las locuciones y ese tipo de cosas, pero fue hecha así, en mi casa.
[Vean el cortometraje El chicle, dirigido por Nelson García Miranda, con la animación de Tournier]
Y le dio muchas satisfacciones, porque se vio en muchos festivales y ganó premios. Caló con su mensaje en mucha gente.
Sí, tuvo una presencia en todos lados, tan es así que en el año 2000, el Festival de Annecy, que es un festival grande de animación en Francia, encargó a Gianalberto Bendazzi, que es un crítico e historiador del cine de animación a nivel mundial, profesor de la Universidad de Animación de Milán y un historiador de la animación, el festival, con motivo de su 40 aniversario, le encargó que eligiera las mejores películas, las más significativas de toda la historia de la animación. Bendazzi eligió 84 películas de todo el mundo y entre esas 84 películas está «Nuestro pequeño paraíso». Estamos junto a monstruos como Karel Zeman, Walt Disney, Norman McLaren.
«Nuestro pequeño paraíso» está metido entre esas 84 películas, esa es una de las cosas más grandes que me ha pasado en la historia de mi vida, que alguien reconociera que ese pequeño cortito tuviera ese valor internacional. [Pueden ver un avance del corto en el sitio Tournier Animation]
Al ver los trabajos que usted ha hecho en el Perú, veíamos el influjo de la animación de Europa del Este, de la escuela que ha dado a mucha gente importante como Svankmajer y otros. ¿Tiene esa influencia, estudió tal vez ahí?
Nunca estudié nada, y más bien a todos ellos los fui descubriendo después. Al único que había visto antes era al canadiense Norman McLaren, que me había sorprendido sobre todo por la parte experimental que tenía, y eso creo que me ayudó a pensar que la animación no es sólo dibujitos. Te estoy hablando de 40 años atrás, cuando lo único que se veía era Walt Disney. Me acuerdo que McLaren sí hacía cosas con otro tipo de animación, diferente técnica, usando otros materiales, y todo eso me abrió un poco los ojos. Fue por eso que empecé a meterme con otros materiales.
Pero fuera de eso no he tenido otro tipo de influencia. He visto animación, pero a medida que trabajaba más en el tema iba viendo qué hacían los demás en otros lados. Quizás las cosas que hago se parezcan a uno u otro realizador, pero en todo caso es involuntario, no es nada buscado.
En 1985 regresa a su país y ahí continúa su labor en la animación, realizando cortos y series para televisión.
Sí, yo regresé en el ’85 con Mario Jacob que también vivía ahí en Lima, y también se dedicaba al cine pero más al documental. Volvimos y creamos la productora Imágenes y ahí hicimos algunos documentales, cortos de ficción, mediometrajes. Yo también hice algunas cosas en animación, pero eso duró unos 4 ó 5 años, no podía vivir de la animación y abandoné la animación.
Estuve durante 6 años sin hacer nada de animación, vendía muebles y antigüedades, me las rebuscaba. Recién por los años 90 volví a hacer animación y ahí con más fuerza. Me metí con una serie que me encargaron, eso tuvo mucho éxito acá, estuvo 12 años en la televisión…
«Los tatitos».
Sí, «Los tatitos». Y a partir de ahí ya me quedé, vinieron algunas películas que hice para Inglaterra, algunas series, los derechos del niño para el Instituto Interamericano del Niño. Ahí empecé, de alguna manera, a consolidarme dentro de la animación, pero me costó mucho, ya te digo, varios años que no hice nada de animación, y desde esa época hasta ahora no he parado.
Ahora tiene un gran proyecto, la historia de Alexander Selkirk, un largometraje de animación. ¿Cómo se dió? ¿Cómo se inició la idea?
Hace unos 10 años, el productor uruguayo Esteban Schroeder tuvo que ir a Santiago de Chile porque estaba produciendo una película. Antes me había planteado las ganas que tenía de hacer un largometraje conmigo. Yo nunca había hecho un largometraje, sólo habíamos planteado un bosquejo, alguna idea de hacer algo. Pero cuando va y lo cuenta en Chile a Fernando Acuña, que es un productor de Nueva Imagen de Chile, le dice: ¿y por qué el flaco no podría hacer el tema de Alexander Selkirk?, que fue el personaje que inspiró a Defoe lo de Robinson Crusoe. Nosotros desconocíamos la existencia de Selkirk, no sabíamos cuál había sido el origen de Robinson Crusoe, entonces investigamos sobre el tema y a mí me pareció maravilloso. Primero, por el tema que eran piratas y segundo por ser un tema bien sudamericano, de nuestros países de acá, del sur.
Entonces le metimos diente, e hicimos lo mismo que de alguna manera hizo Defoe: a partir de lo que vivió Selkirk inventar algo, con ciertos visos de realidad. Hay varias cosas que aparecen en la película que las sacamos de lo que realmente pasó, pero es una cosa de ficción total.
¿Cuánto tiempo demoró cristalizar el proyecto?
Primero 8 años en tratar de armar el esquema de producción, o sea que una vez que teníamos más o menos la idea hicimos un tráiler, un piloto, una cosa chiquita. Esteban tardó 8 años en armar todo el esquema productivo, o sea involucrar a coproductores. En algún momento estaba España y eso se cayó, y logramos después que entrara Argentina, o sea es una coproducción argentino–chilena–uruguaya.
Y después en noviembre de 2009 empezamos la preproducción de la película y hará un mes que vimos la copia ya saliendo del laboratorio, o sea que nos llevó unos 2 años y 2 meses la producción en sí misma, entre la preproducción, producción y post producción.
¿Cuáles fueron las técnicas empleadas?
Lo que hicimos es una mezcla de stop motion –los muñecos y el entorno inmediato, la escenografía y todo eso– y los fondos que son hechos en 3D, de computadora, no el 3D estereoscópico. Todo el fondo del mar, el cielo y parte de los fondos de la isla es lo que se hizo en Chile, ellos entran en la coproducción haciendo ese trabajo. La película es una mezcla de esas dos técnicas de animación. Yo le tenía cierto miedo, pero hicimos un piloto y vimos que podría funcionar.
Sobre el stop motion, todos los muñecos lo hicimos nosotros, desde la construcción hasta la animación, y el entorno inmediato. Llegamos a construir un barco de 7 metros de largo para poner los muñecos arriba, toda la cubierta, parte del casco, parte del velamen, es un barco enorme. Después hicimos todos los camarotes y otras cosas por separado, y después también toda la parte de la isla en pedazos, son varias maquetas.
Los muñecos tienen una altura de entre 20 y 30 centímetros, están construidos con una estructura interna de metal que la hacemos nosotros, tenemos toda la maquinaria para poder fabricar eso. Están recubiertos con distintos tipos de espuma, espuma esponjosa sobre los cuerpos, luego los cráneos tienen cierta dureza, pero se mueve la cabeza, la mandíbula, las cejas, los pómulos, la nariz. Tienen una estructura y encima se puso una piel de silicona, y las manos son de látex, que tienen el mismo color y texturas similares, no se nota la diferencia entre un material y otro, y después se recubrieron con telas. Las maquetas son con papel, el barco es de madera, y la parte de la isla son bases de madera, con rocas y todo eso hecho con papel, engrudo y distintos materiales, todo muy trabajado.
Y la parte de sonido, ¿cómo se trabajó? ¿Qué vamos a escuchar en la película?
Todo esto se hizo una vez que teníamos el storyboard, se hizo un animatic, con el story y el guión grabamos las voces. Las voces vienen por la parte argentina, es uno de sus aportes. Las voces están hechas en español neutro, con gente que trabaja doblando películas, y el español neutro sirve para que la gente de toda América Latina pueda comprender la película. Primero se grabaron las voces para poder hacer los sincronismos labiales, se grabaron con el animatic. Ya después de haber grabado las voces podíamos filmar teniendo el tiempo preciso de las escenas.
La parte de efectos de sonido también viene de Argentina, el sonidista fue Carlos Abbate, el mejor sonidista para mí, uno de los mejores en Argentina. La composición musical viene de Carlos Villavicencio, que también es un músico argentino, y hay un tema central, que aparece al principio y al final de la película que es una realización de Leonardo Croatto, quien trabaja conmigo en muchas películas, y un coro de murga que canta al final. La película tiene un sonido Dolby 5.1, que es muy bueno, ojalá que las salas que lo proyecten tengan eso y lo puedan apreciar, porque la verdad, el sonido quedó espectacular. Hay una tormenta por el medio, que vas a ver cómo suena.
Sabemos que Selkirk se estrenará de manera simultánea en varios países.
Sí, en cuatro por lo menos, por ahora. Los tres coproductores y el Perú. Es decir, Uruguay, Argentina, Chile y el Perú.
¿Y esa gestión cómo se logró? Es algo difícil para una producción latinoamericana.
Sí, por ese lado yo soy el primer sorprendido. Fue por el lado de Argentina, casi al final de la película que entra la productora Patagonik, y a través de Patagonik entra Buena Vista, o sea la gente de Disney que ven la película y se llega a un acuerdo de distribución en América Latina. Son ellos, los de Buena Vista quienes distribuyen la película en América Latina. Gracias a que se entusiasmaron con la película le están dando un tratamiento que para una película latinoamericana es bastante especial, pues la mayoría de las películas en nuestro continente no lo tienen. Gracias a eso viene el estreno simultáneo en cuatro países y posteriormente también se va a dar, creo, en todos los demás países latinoamericanos. Hay una propaganda tremenda, en los canales Disney están pasando el tráiler y avisos de la película, es algo muy sorprendente.
Quizás sea la señal de algo. Uno quisiera creer que hay un cambio, un interés mayor tal vez. En todo caso, se reconoce el trabajo de Walter Tournier.
Creo que esto marca que es viable entrar en esos circuitos, tenemos que seguir haciendo buena letra todos, hay que seguir con esmero y tenacidad, y ojalá que sirva esto como antecedente para que otras películas funcionen. Los distintos apoyos que puede haber en distintos países hacen que las producciones aumenten. Aquí en Uruguay no había una tradición de cine, recién 10 ó 15 años atrás se empezó a ver una fuerza en la producción y empezaron a aparecer fondos, estatales, fondos mínimos que permitieron que se empiece a hacer cosas. Tan es así que este año no sólo se estrena esta película «Selkirk» de animación en stop motion, sino que se va a estrenar otro largometraje animado en dibujo, o sea que pasamos de no hacer nada a tener dos películas de animación en un año.
Y eso se da gracias a los distintos apoyos que dan los Estados nuestros a las producciones nacionales. Gracias a ello pueden venir los distribuidores, los exhibidores para interesarse por eso y dar una difusión más amplia. Y bienvenidos sean.
¿Ha tenido posibilidad de ver otras producciones de animación del Perú o Argentina, que se han visto con mayor frecuencia en los últimos años?
Sí, aunque no vi lo último que hicieron en el Perú, sí vi Piratas en el Callao. Vi algunas cosas también en Argentina. Me alegro de que existan las producciones, y bienvenidas sean, está muy bien. Algunas tienen determinados valores y todo eso. Pero todas, me parece, van en buen camino. Lo de «Piratas en el Callao» me sorprendió que se haga un largometraje de animación, está muy bien lo que hicieron, que adolece de algunas cosas de animación, pero es un primer intento perfectamente válido. Es un primer escalón de una escalera que van a tener que seguir subiendo.
En el caso de Argentina tienen una producción mucho mayor, muchos más años de hacer películas. Hay buenas cosas, cortos y largos a nivel nacional. Está Juan Pablo Zaramella, que está haciendo unas cosas en stop motion que son impresionantes, incluso estuvo a punto de ser nominada entre los cortos de animación en el Oscar [con su corto «Luminaris»]. Hay cosas que están muy bien y me alegro, espero que continúen en ese camino. Nos falta a todos, a mí también me falta mucho aprender pero hay que seguir haciendo. Al hacer, hacernos.
Y para ir terminando, ¿puede contarnos de los proyectos para el futuro?
Antes de hacer esta película he estado haciendo algunas series para niños chiquitos, es lo que tengo ahora. Por ejemplo, mi próximo trabajo, en los próximos 6 meses, será dedicarme a hacer una serie de 13 capítulos, de minuto y medio cada uno, “Tonky”. Ya vamos 26, y ahora haremos 13 más. Son pequeños trabajos, no tienen la envergadura de «Selkirk». Así que en realidad no tengo ningún proyecto grande. Fijate que para mí, todo esto [el estreno internacional de «Selkirk»] es una nueva etapa, quiero ver qué es lo que pasa con la película.
Si encaro otro proyecto me gustaría que fuera con mejores condiciones de producción. Con esto no quiero decir que baje los brazos, o que no vaya a hacer nada. Al contrario, tengo deseos de continuar. Pero ahora no tengo ningún proyecto en la cabeza. De todas formas, proyectos uno tiene casi siempre, lo que no se tiene es plata (risas). Entonces, ahora voy a esperar a ver de qué forma se consigue el dinero, y después vendrá el proyecto. Lo que tenemos en la cabeza es siempre lo más barato y es lo que podemos trabajar con mucho ahínco en nuestros países, y eso no me preocupa. Me preocupa más ver de qué manera se puede llegar a producir otra película como «Selkirk».
Walter, una pregunta más sobre algunos detalles del estreno. Tenemos entendido que éste se realizará en una sala histórica de Uruguay, y que va a contar con la presencia del Presidente de la República.
Sí, vamos a hacer un avant premiere el 1 de febrero en el Teatro Solís, que es un teatro emblemático acá, es un sitio muy especial. Y bueno, el Pepe [el Presidente José Mujica] está invitado… vamos a ver si viene (risas). No, seguro que sí estará, y no solo él, están invitados varios ministros, un montón de gente. Es más, va a venir la directora del INCAA, Instituto de Cine de Argentina. ¡Y va a estar la futura embajadora peruana! Ya le conseguí una entrada a «Mocha» [Aída García Naranjo], así que ella también va a estar presente.
Muchísimas gracias Walter, por tu deferencia con nosotros, y nos gustaría poder volver a conversar contigo, ya con más detalle luego de ver tu película.
Mirá, al Perú lo siento como mi país, no sé si el primero o segundo, no me importa, yo me siento peruano. Así que el agradecido soy yo que ustedes me hagan esta entrevista, y que los peruanos puedan ver la película. Yo le tengo un agradecimiento enorme al Perú, y qué mejor noticia cuando me enteré que esta película se iba a ver ahí. Así que no tienen por qué agradecerme, yo le tengo que agradecer a ustedes, y estoy a disposición de ustedes, llámenme todas las veces que quieran, que gustoso les voy a contestar.
Un abrazo para todos ustedes, para los amigos que tengo ahí y al pueblo peruano que lo quiero mucho.
Entrevista: Luis Ramos, Laslo Rojas y Gabriel Quispe
Transcripción: José Carlos Ramos
Edición: Laslo Rojas
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Vean un video y fotos del Making of «Selkirk»:
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