Junto a Iván Fund, el cineasta chileno José Luis Torres Leiva es otro de los invitados especiales al Festival Iberoamericano de Cine Digital – Fiacid 2012, que se realiza por estos días en Lima.
Torres Leiva ha sido uno de los nombres más representativos dentro la nueva oleada de cineastas chilenos, desde el 2008 cuando presentó su segundo filme El cielo, la tierra, y la lluvia logrando mayor notoriedad y varios premios en festivales internacionales. José Luis nos entrega un cine de sensaciones, de átmosferas y personajes que se funden con su hábitat natural.
Él está presentando en Lima siete películas de su filmografía como director: los documentales «Ningún lugar en ninguna parte», «El tiempo que se queda» y «Tres semanas después»; los cortos «Obreras saliendo de la fábrica» y «Primer día de invierno»; y los largos «El cielo, la tierra y la lluvia» y su más reciente obra Verano.
Actualización [20 feb]: Lamentablemente, Torres Leiva no podrá venir a Lima. De todas formas, aún será jurado, a distancia. Aquí se indican algunos cambios en la programación.
Conversamos con José Luis Torres Leiva antes de su llegada a Lima:
Tu cine parece querer observar sencillamente, transmitir momentos, sensaciones e instantes, conocer personas antes que contarnos una historia en particular. ¿Hay un interés particular tuyo en «mirar»?
Por el momento es lo que me interesa. Disfruto mucho cuando veo una película y esta me da la oportunidad de observar con tiempo distintas realidades que no necesariamente están muy alejadas de lo cotidiano. Me atrae mucho poder descubrir historias o momentos de vida en los detalles y ser capaz de dar otros matices a una situación en particular.
Pareciera que ya no hay límites entre el documental y la ficción. Viendo «Verano» pensaba en «El tiempo que se queda», y de cómo sus secuencias parecen intercambiables. Tal vez ya las etiquetas de documental y ficción quedaron obsoletas. ¿Qué piensas al respecto?
Creo que es algo que está desde los comienzos del cine. Cuando uno ve las películas de los hermanos Lumière, no te preguntas si lo que estás viendo es ficción o documental. Creo que va más allá de eso y precisamente tiene que ver con muchas decisiones que permiten borrar esa frontera que culturalmente tenemos como espectadores; decisiones que van desde el encuadre hasta la sonorización de las imagenes y secuencias.
En «Verano» y «El cielo, la tierra y la lluvia», las estaciones tienen una importancia particular. El propio verano, y el otoño en la otra, transmiten cierta carga a tus personajes. Es como si esas personas fueran elementos de la naturaleza. ¿Cómo lo ves tú?
Para estos trabajos tanto las estaciones como el lugar que habitan los personajes son fundamentales para complementar lo que no está a simple vista en la historia.
No me interesa tanto el contar una historia, sino que estos elementos que rodean a los personajes (ya sea un paisaje, una estación, la luz, el sonido, etc) sean los que completen y permitan al espectador crear sus propias vivencias o sensaciones con respecto a lo que está viendo.
Para hablar de un aspecto más formal de «Verano», hay una decisión de usar distintos formatos, incluso fotos. ¿Hay alguna inspiración particular para usar estos formatos?
Con el director de fotografía Inti Briones fuimos probando distintos formatos, para dar con ese look casero de las vacaciones. Increíblemente fuimos bajando cada vez más hasta dar con el Hi8, una textura con mucho grano y sin mucha definición pero que genera una textura muy interesante para lo que estábamos buscando y que como resultado nos gustó mucho. También grabamos con una cámara de fotografía, esas muy pequeñas que graban en video. Así que tuvimos una mezcla de formatos más o menos excéntrica para lo que es el cine hoy por hoy pero que me permitía evocar este lugar donde transcurre la película, termas de Cauquenes, donde fui cuando niño con mis abuelos y familia.
Respecto al actual momento del cine chileno, ¿cómo explicarías este ‘boom’ de cantidad y calidad de películas que llegan desde el sur? ¿Cómo lo ven ustedes desde dentro?
No me atrevería a llamarlo “boom”, pero sí creo que hay una diversidad muy enriquecedora que ha permitido dar más notoriedad al cine chileno en el extranjero. Hay miradas y propuestas muy interesantes y personales. Creo que la búsqueda de cada director está comenzando a generar nuevos caminos de exploración que, a mi parecer, son cada vez más apasionantes.
Sobre el público chileno, ¿cómo reciben tus películas allá? ¿son muy vistas? En Perú hay como un desenganche entre las peliculas «de festivales», que se estrenan acá, con los logros y premios obtenidos
afuera, y muy poca gente va a verlas al cine.
Bueno, son muchos factores. Yo sólo he logrado estrenar una película en salas comerciales y finalmente estuvo en cartelera dos semanas. Creo que lo importante es que las películas se vean, en el lugar que sea. Si no es una sala de cine tradicional existen miles de alternativas que son igual de válidas e incluso más intersantes: internet, universidades, cine clubs, etc. Tampoco creo que sea sólo un problema de público o las salas de cine comercial. Por ejemplo, los medios de comunicación como los periódicos y television dedican una casi nula e irrisoria cuota de su espacio a las películas chilenas. Si existe un problema actual en ese sentido creo que es parte responsabilidad de los medios de comunicación que no permiten crear un puente entre la cultura y los espectadores.
Finalmente, ¿qué nuevos proyectos tienes entre manos?
Estoy terminando un documental que lleva por título Ver y escuchar sobre la comunicación de vivencias y experiencias entre personas ciegas y sordas. También estoy preparando un nuevo largomentraje de ficción llamado “Groenlandia” que cuenta la historia de un hombre de 73 años que recibe una nueva oportunidad en la vida al enterarse, casi al mismo tiempo que espera un hijo de su novia y un nieto de su hija. Y por último estoy preparando un documental de corte más experimental sobre el fisicoculturismo y que lleva por título «El brazo de Sandow».
Entrevista: Antolín Prieto y Laslo Rojas.
Deja una respuesta