A partir de abril, una distribuidora independiente en Bolivia contará por primera vez con una sala de multicine, dedicada exclusivamente a estrenos alternativos al circuito comercial en La Paz.
Anuncian la presentación de 20 películas latinoamericanas para los próximos meses.
La distribución de cine independiente y de autor en Latinoamérica no es tarea fácil. En Bolivia, lo más pertinente es hablar de un mercado, en lo general, cerrado, que difícilmente deja respirar a propuestas que se alejen del cine de Hollywood. En los últimos años, las iniciativas que existen para exhibir cine independiente surgen principalmente a través del trabajo de pocas distribuidoras, que arriesgan en diversificar la oferta de películas al público y, con esto, entran en el sistema de exhibición del cine comercial. Que la actividad de estas distribuidoras locales tenga que medirse con los parámetros que manejan las distribuidoras multinaciones de cine comercial, casi siempre termina en una competencia desigual.
Es así que, en este contexto, sólo valen los riesgos. Y las buenas iniciativas que, de una forma inteligente, buscan conciliar lo independiente con lo comercial. Ésta es la propuesta del Centro Cultural Yaneramai, distribuidora de cine independiente en Bolivia que trabaja hace ya varios años en la exhibición de cine latinoamericano y europeo: este próximo 3 de abril abrirá una sala de exhibición exclusiva para cine independiente, en el complejo de cines más grande Bolivia, el Megacenter de La Paz.
Este multicine cuenta con 18 pantallas. En una de esas salas se presentarán las películas distribuidas por Yaneramai. La entrada tendrá el mismo costo que una función regular en La Paz, 25 bolivianos (casi 4 dólares). Las proyecciones se realizarán en formato fílmico de 35 mm o en digital, dependiendo de la película.
La idea, según Marcelo Cordero, director de Yaneramai, es abrir el circuito comercial. “Si bien el principal objetivo de nuestra distribuidora es crear un circuito de distribución y exhibición paralelo al tradicional, no podemos dejar de lado al circuito comercial, porque esto implicaría abandonar a la población que asiste a estos recintos y condenarlos al monopolio hollywoodense, por lo tanto a la mediterraneidad cinematográfica. No podemos dejar de trabajar en estos espacios, porque hacerlo significaría resignarnos a los dictámenes del mercado y pasar por alto la responsabilidad social que tienen estas empresas al trabajar con productos culturales”.
La programación de esta sala está a cargo de Yaneramai, que ha anunciado el estreno de al menos 23 películas hasta el mes de octubre. La apertura de esta sala al interior de este complejo de cines implica, según Cordero, la puesta en marcha de otra lógica de exhibición, que posibilite un impacto real del cine independiente y de autor en el mercado. “El cine independiente necesita un tiempo prudente en cartelera para que la gente pueda asistir. No puede competir con la lógica del cine norteamericano, que te dice que si tu película no hace tal cantidad de espectadores la primera semana, sale de cartelera”.
La lista de estrenos es como sigue:
- El martes 3 de abril la sala se inaugura con el filme chileno La vida de los peces, de Matías Bize. La actriz Blanca Lewin será la invitada especial. Luego llegará la alemana «El arquitecto», de Ina Weisse (19 abr.)
- La colombiana Los colores de la montaña, de Carlos César Arbelaez (3 mayo); la mexicana «Acorazado» de Alvaro Curiel (17 mayo). Además, «Slovenian Girl» de Damjan Kozole (31 mayo).
- Las chilenas Velódromo (7 jun.) y Te creís la más linda pero erís la más puta (28 jun). La argentina Vikingo, de José Campusano (14 jun); y la colombiana El vuelco del cangrejo, de Oscar Ruiz (21 jun).
- Las argentinas «Un peso un dólar», de Gabriel Condron (5 jul), y «Los labios», de Iván Fund y Santiago Loza (19 jul). La uruguaya La vida útil, de Federico Veiroj (12 jul). Además, la colombiana Los viajes del viento, de Ciro Guerra (26 jul).
- Música campesina de Alberto Fuguet (2 ago); la colombiana Rabia, de Sebastián Cordero (9 ago); «Vil romance», de José Campusano (16 ago); la guatemalteca Las marimbas del infierno, de Julio Hernández (23 ago); y el documental sobre Andrés Caicedo, «Noche sin fortuna» de Francisco Forbes y Álvaro Cifuentes (30 ago).
- La mexicana «El lenguaje de los machetes», de Kyzza Terrazas (6 setiembre); la chilena «Hija», de María Paz González (13 set); la portuguesa «Dot.com», de Luís Galvão (20 set); y la brasileña «Un lugar bajo el sol», de Gabriel Mascaro (27 set).
- Finalmente, la chilena «Perro muerto», de Camilo Becerra (4 octubre).
Yaneramai, que trabaja hace una década en el proyecto Microcines Bolivia, en alianza con el Grupo Chaski de Perú, ha dedicado gran parte de su trabajo a la exhibición de cine latinoamericano.
En los últimos años, la distribuidora ha estrenado filmes como La nana (2009) de Sebastian Silva, Dioses (2008) de Josué Mendez, Hamaca paraguaya (2006) de Paz Encina, y Un tigre de papel (2007) de Luis Ospina, y el año pasado logró estrenar seis películas en dos meses, trabajando ya con las multisalas de La Paz. “Esto se dio gracias a la apertura de ‘Multicine’ (otra cadena de cines), pero los resultados no fueron buenos, en términos de público y recaudación. Por eso apostamos por abrir una sala para exhibición exclusiva de cine independiente y de autor, para que la llegada al público sea mayor”, comenta Cordero.
La sala de cine independiente en el Megacenter de La Paz –parte de Grupo GSA, que cuenta con complejos de salas de cine en las tres ciudades más importantes de Bolivia– tendrá un periodo de prueba de 7 meses. “Bolivia, por su contexto social y económico, es para nosotros un laboratorio donde podemos experimentar; creemos que esta posibilidad es única y sabemos la responsabilidad que implica. Si logramos demostrar que es posible sostener programación independiente en circuito comercial, habremos ganado una sala y se comenzaría la etapa de expansión”, explica Cordero.
La apertura del circuito comercial no se limita a este proyecto de la distribuidora Yaneramai. Megacenter también se ha asociado con la Fundación Cinemateca Boliviana, para la apertura de una sala destinada a sus estrenos en el circuito comercial. Para proyectos de estas características, “los retos en el futuro son muchos”, comenta el director de Yaneramai. “Es posible demostrar que con una lógica propia y con un producto diferenciado podemos hacer que el público se triplique y que el cine independiente sea atractivo a nivel comercial y tenga un impacto cultural”.
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